Ethan:
El medio día llegó y tanto Alex como yo nos bajamos de su auto en un lugar bastante alejado de la ciudad, caminamos un poco y me asombré cuando entramos a un lugar el cual tenía un Jet privado estacionado frente a nosotros.
—¿Qué es esto, Alex? ¿Por qué me traes para acá? —pregunté de repente.
—¿No es obvio, pequeñín? Estamos en mi aeropuerto privado.
No se porqué, pero en ese momento mi corazón se aceleró un poco. ¿Acaso mi profesor quería que nos fuéramos del país o que? Mierda, no estoy entendiendo nada.
—¿Podrías ser un poco más claro? —mi voz se elevó un poco por la tremenda confusión que tenia en esos momentos.
Al parecer, Alex estaba disfrutando de mi reacción, puesto que es su rostro de dibujó una sonrisa de oreja a oreja.
—Cómo firmaste el contrato, lo que sigue ahora es que cumplamos las normas del juego como corresponde.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que a mi me gusta tomar las cosas en serio. —dijo. —A parte, mi penthouse no está en este país.
—¿Y donde está, entonces?
—En Toronto, Canadá. —me respondió, y ahora su voz ya no era la de todos los días, si no que ahora era la de un hombre autoritario. —Nos iremos allá para realizar nuestro juego sexual. Ahora, pequeñín, súbete al Jet.
Me quedé boquiabierto. Quería reprocharle todo esto por no habérmelo contado antes o no haberlo puesto en el contrato, quería salir corriendo de allí e irme a mi departamento... pero no podía; Alex me miraba fijamente con esos ojos tan sexys y penetrantes, los cuales eran capaz de convencer a cualquier persona. Joder, creo que lo estaba logrando.
Sin decir nada más, subí las pequeñas escaleras y entré al avión privado, me senté en aún asiento al lado de la ventana y posteriormente mi profesor se sentó frente a mi.
—En dos minutos despegamos, pequeñín.
*****
El vuelo fue de 10 horas.
Habíamos salido de Chile a las 12:45 p.m. y llegamos a Canadá a las 22:45 p.m. Sinceramente el viaje fue bastante tedioso ya que Alex y yo no cruzamos ni una sola aburrida palabra durante esas 10 largas horas. Después de bajarnos de su Jet privado, mi profesor y yo nos subimos a una camioneta negra la cual la manejaba su chófer privado.
Honestamente estaba algo sorprendido porque nunca llegué a pensar que mi profesor tuviese tanto dinero para poder pagarse esas cosas. Media hora mas tarde, llegamos a un alto y lujoso edificio, el y yo nos bajamos de la camioneta, entramos y nos dirigimos al ascensor.
Al llegar al último piso, el 30, las puertas del ascensor se abrieron, dejando a la vista un departamento grande y lujoso.
—Después de ti. —dijo Alex estirando su brazo, indicándome de que pasara primero.
El departamento era simplemente fascinante: De dos pisos, bastante iluminado, las escaleras eran de mármol y en la sala había un gran ventanal con una hermosisima vista nocturna de la ciudad.
—¿Qué te parece, Ethan?
—Es... es...
—Hermoso. —terminó la frase por mi.
—Si...
Me giré para ver a mi profesor.
—¿De verdad viviremos aquí?
El asintió.
Alex se acercó a mi, agarró mi mano y me llevó hasta las escaleras. Intenté decir algo, pero simplemente me ignoró. Caminamos por el segundo piso hasta que llegamos a una puerta que estaba a mitad de pasillo.
—¿Por qué me traes aquí?
—Ya veras, pequeñín.
Dicho esto, la puerta se abrió, y mis ojos se abrieron como platos al ver lo que había frente a nosotros: Era un cuarto completamente rojo, con una cama con sabanas rojas, una mesa, muebles y una cosa para amarrar a alguien.
Sentí la presencia de Alex detrás mío mientras me susurraba al oído:
—Esto es la habitación para follar.
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Las clases del Alfa
Romance〔PARTE 1 Y 2 DISPONIBLES〕 Ethan, un estudiante universitario omega, lleva tiempo enamorado de su profesor alfa, Alex. Así que, para llamar la atención de su profesor, Ethan decide empezar a bajar su rendimiento y tener malas notas apropósito. Con es...