Las clases del Alfa

Part. 2, Capítulo 6: ¿El perdon?

Alex:

Llorando levemente me quedé mirando una foto de Ethan qué tenia en la galería de mi celular. Una foto de hace tres años atrás, una foto en la que a simple vista se le podía notar un chico muy alegre antes de la situación que, por MI culpa, marcó su vida para siempre. Yo en ese tiempo veía el amor como algo sexual: Sí amabas a alguien tenias que demostrárselo con una buena follada en el caso de que seas activo, y en el caso de los pasivos son los que tenían que dejarse hacer de todo si verdaderamente amaban a su hombre... ahora recién me di cuenta de que no todo es así. Ethan no solo era mi estudiante, si no que el siempre estuvo enamorado de mi a pesar de todo y yo nunca lo valoré; a pesar del sexo duro diario, los malos tratos cuando me enojaba y el castigó que le había dado una noche, el seguía amándome.

Al final me cansé de llorar por el arrepentimiento, así que apagué mi celular, lo dejé boca abajo en el sofá y me levanté para ir hacia el baño y lavarme la cara. Anoche le había mandado un audio para que viniese a mi departamento, puesto que estoy más que decido a contarle que de ahora en adelante asumiré mi paternidad y me haré cargo de mi hijo. Tal vez no me perdone, pero estoy dispuesto a lo que sea a cambio de que me permita asumir mi responsabilidad como padre y también...

El sonido de la puerta me distrajo.

—E-Ethan... pasa.

Mi ex alumno entró en mi departamento, con la mirada hacia abajo. Joder, aún se veía igual de lindo. No saben las ganas que me dieron de tomarle la cara para darle un beso igual que hace tres años. Esa luz que había en su rostro ya no existía, pero eso, está a punto de cambiar. Puede que no ahora ni mañana ni pasado, pero de que lo haré lo haré y estoy dispuesto a lo que sea para volver a ver una sonrisa formada en los labios de Ethan.

—Vi tu mensaje anoche, Alex. Dime, ¿que cosas quedaron pendientes, según tú?

«Muchas cosas, pequeñín, muchas.» 

—Ethan, yo... —fui diciendo, mientras señalaba el sofá para indicarle qué se sentara. —Necesito hablar contigo sobre algo muy importante.

—Claro. Dime, no más.

Mierda, aquí era en donde entraba el momento de no saber como empezar. ¿Debería pedirle disculpas y ya? No, creo que eso sonaría feo. Pero, ¿cómo empiezo, joder?

—Bueno, yo... yo necesito hablar sobre algo muy importante que quedó pendiente del otro día. Es sobre... sobre lo que pasó entre nosotros. —tras soltar mis palabras de una sola vez pude ver cómo el rostro de mi pequeñín cambiaba drásticamente, sus ojos me miraron de una manera asustada.

—¿Q-que quieres decir con eso?

No sé que me pasó después, pero por algún motivo me paré del sofá otra luego arrodillarme frente a el y tomar una de sus manos.

—Pequeñín, yo estoy MUY arrepentido de lo que hice. Lo que pasó hace tres años en Canadá no tuvo que haber ocurrido, ¡yo tengo la culpa de todo! Yo fui quien te dejó embarazado y después se fue como si nada, y no sabes como me gustaría poder retroceder el tiempo para haber hecho las cosas bien, porque ni siquiera pensé en ti y eso es lo que más me duele ahora. Ethan, por favor, perdóname. Quiero asumir mi responsabilidad como padre.

Cuando terminé de hablar, elevé la mirada y vi a Ethan con sus ojos poniéndose vidriosos, mientras una de sus piernas comenzaba a temblar de los nervios. ¿Eso era un si?

—Alex...

—¿Si?

—Yo... yo puedo dejar que veas a Noe una vez por semana todos los sábados.

Al instante mis ojos se iluminaron como el sol. La idea de poder ver a mi hijo una vez por semana me ponía muy feliz. Tal vez no era la respuesta que buscaba, pero al menos era un pequeño avance.

—¿Estás hablando en serio?

Asintió. Iba a decirle algo más, pero justo en ese momento Ethan se levantó del sofá. También había algo más pendiente pero no sabia si era el momento apropiado para decirlo: Tenía pensado decirle que se devolviera conmigo a Canadá. Igual lo veo como muy imposible después de todo lo que yo hice, pero esque anhelo demasiado tenerlo de vuelta en mis brazos.

—¿Tienes algo más que decir?

—No. —metí.