La rueda y la mariposa Una saga de Dan X Pinkie Pie

Pinkie vs. Equilibrio: Epílogo

Parte 5 Pinkie vs. Balance

Epílogo

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“¡TORNADO EXTRAÑO A TRAVÉS DE LA!” Pinkie gritó, vestida con su camisa blanca, chaleco negro, pantalones cortos de mezclilla y calentadores de arcoíris.

“¡ AHHHHHHHHHHHHH !” Dan respondió desde la cama, cayéndose de ella.

'GOLPEAR'

Dan, aturdido, levantó del suelo su cuerpo vestido con un boxer y se frotó la cabeza. “Uhh…situación 'T'…'ornado'…” Murmuró. "Traeré mis llaves". bostezó

Pinkie se inclinó cerca de Dan y continuó gritando. “¡TAMBIÉN EL TORNADO HA RECOGER TIBURONES DEL OCÉANO Y AHORA ES UN TORNILLO LETAL DE MUERTE  QUE BARRE Y MORDE TODO LO QUE SE ENCUENTRA!”

“ ¡GAH !” Dan se frotó la oreja. “Estoy aquí … espera… ¿Acabas de hacer referencia a una  película original de Syfy ? ¿Cómo te ATREVES  a traer esa inmundicia a esto...?

“¡LOS TIBURONES PUEDEN ATACAR EN CUALQUIER MOMENTO O EN CUALQUIER LUGAR, DAN!” Insistió Pinkie, poniendo sus manos alrededor de los hombros desnudos de Dan y sacudiéndolo. "Suponiendo que esos lugares tengan tiburones a poca distancia de los tornados". Añadió, levantando un dedo índice informativamente.

Dan suspiró. “¿Al menos puedo ponerme algo de ropa?”

“¡ NO HAY  TIEMPO! ¡AGARREN AL SR. MUMBLES Y SUS LLAVES! ¡YO AGARRARÉ EL ARPONERO!”

“¡DEJA DE GRITARME  ! Me voy, me voy…” insistió Dan.

“¿Merow?” Gritó el Sr. Mumbles.

Dan se inclinó y extendió la mano, encogiéndose cuando el gato trepó por su brazo desnudo y se posó en su hombro.

Caminó penosamente hacia su cómoda y agarró su billetera y sus llaves, mientras una mancha rosa pasaba zumbando a su lado y saliendo del dormitorio. Dan salió de la habitación con el gato, las llaves y la billetera a cuestas y continuó su lento avance hacia la puerta abierta del apartamento.

"¡Conseguir el coche! Conseguir el coche ! CONSEGUIR EL COCHE ! ¡COCHE, COCHE, COCHE, CARCARCAR CARCARCARCAR !” Ordenó Pinkie, saltando enérgicamente arriba y abajo en la pasarela sosteniendo una pistola en una mano y un carcaj de lanzas en la otra.

—¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡No se apresuren a subirse a los caballos… o a los ponis… como quieran…! —murmuró Dan mientras caminaba con dificultad hacia afuera, por la pasarela y las escaleras hasta el vehículo.

Dan subió al auto y dejó que el Sr. Mumbles saltara al asiento trasero. Notó que Pinkie ya había apilado cuidadosamente la ropa para él junto a sus zapatos. Encima de la pequeña pila de ropa había un portapapeles, una hoja de papel y un bolígrafo que Dan agarró. Se inclinó para bajar la ventanilla del lado del pasajero, se abrochó el cinturón, puso en marcha el coche y lo colocó en su posición.

Tan pronto como el auto estuvo debajo de la pasarela, Pinkie apareció con los pies por delante y aterrizó en el asiento del auto como si hubiera sido vertida en el auto desde la pasarela de arriba, sosteniendo el fusil y el carcaj en uno de sus brazos.

Pinkie rápidamente se abrochó el cinturón de seguridad. “¡¿Cómo lo hice?! ¡¿Cómo lo hice?!  ¿Eh? Eh ?! ¡Dime! ¡DIME! DIME !"

"Uhhh..." Dan miró su portapapeles y anotó algunas cosas. "Impresionante. A+” Respondió simplemente.

“¡Yippy- skippy !” Exclamó Pinkie lanzando sus manos al aire, casi golpeando a Dan en el proceso y golpeándolas contra el techo del auto. "¡AY!" Dijo Pinkie, estrechando ligeramente sus manos.

Dan arrugó la frente ante la enérgica y vertiginosa chica sentada frente a él. "¿Qué hay con vos? Pareces incluso más hiperactivo de lo habitual... ¿Estás drogado? Dan preguntó con una ceja levantada.

“¡Bebí un par de bebidas energéticas para mejorar mi velocidad!” Dijo Pinkie con ojos enormes y muy abiertos y una sonrisa gigante. Se inclinó y tomó una bolsa de plástico reutilizable del piso del auto frente a ella que estaba repleta de latas de forma cilíndrica. " Quiero uno ?!"

Dan volvió a bostezar. "Seguro gracias". Dijo mientras Pinkie rápidamente hundía su brazo en la bolsa y sacaba una lata de color naranja brillante, entregándosela a Dan. Abrió la lata y dio un golpe. "¿A donde?"

“¡Oh! ¡Ooo! ¡Ooo! ¡Ooo! ¡Conduzcamos hasta San Diego y liberemos a todos los animales de la prisión para animales! Dijo Pinkie emocionada.

Dan arrugó la frente hacia Pinkie. "¿Quieres decir 'zoológico'?"

Pinkie sonrió y saludó con desdén: “¡Como sea! ¡Solo quiero mantener a la humanidad alerta!
Dan pensó en esto por un segundo y tomó otro trago de su bebida. "Demasiado ecoterrorista para mitad de la noche". Dijo sacudiendo la cabeza.

"Está bien..." arrulló Pinkie. “¡Robemos la miel de las abejas y mantengamos a la Madre Naturaleza  alerta  !” Hizo una pausa y añadió. "Me desanimó un poco que ayer estuviera nublado".

Dan hizo una pausa y levantó una ceja. "¿Trajiste los trajes?"

Pinkie sonrió ampliamente. "¡Están en el maletero!"

Dan sonrió, puso el coche en marcha y salió a la calle. —Nosotros dos contra el mundo, ¿eh?

Pinkie se inclinó sobre la joroba de transmisión para pasar un brazo alrededor de los hombros de Dan y darle un abrazo, apoyando su cabeza en su hombro. “No lo haría de otra manera”. Dijo con una sonrisa contenta.

El hatchback rojo se adentró en la noche hacia un caos pegajoso.

Fin de la parte 5