Hay algo dentro de mí, algo que me está consumiendo. Puedo sentirlo, como se retuerce lentamente, son como pequeñas larvas, parásitos o una nueva enfermedad que he contraído, pero en vez de ayudarme o de hacerme análisis para saber qué es lo que tengo, me encerraron este cuarto. ¡Me han puesto en cuarentena! Una cuarentena en la que me vigilan solo para ver cómo estos malditos parásitos se consumen lentamente.
Me han convertido en un estúpido espectáculo para que los científicos vean mi condición y se maravillen. Puedo entenderlo, tal vez como es una nueva enfermedad es muy contagiosa no quieren que se propague, o tal vez me tienen aquí solo para estudiar mis síntomas y ver cómo evoluciono. ¡ seguramente cuando me muera entrarán vistiendo trajes que los protejan y me harán una necropsia solo para conocer más de la enfermedad! ¡Eso es injusto!
Yo también soy persona, una persona con derechos, deberían estar tratando de curarme en vez de usarme como conejillo de indias para ver qué pasa conmigo al dejarme aquí encerrado con estos... estas... cosas que están dentro de mí. Si pudiera contactar con alguien del exterior, alguien que le explicara al mundo entero que me están dejando morir en esta especie de laboratorio solo por la curiosidad de la enfermedad que tengo.
Las cosas van empeorando, al principio cuando esa extraña araña, si es que a ese grotesco animal con ocho patas y alas membranosas se le puede llamar araña, cuando esa cosa me acababa de "picar" en el brazo izquierdo solo sentí un leve dolor, al día siguiente la inflamación era muy pequeña así que no me preocupé, pero después sentí como el picor se extendía por todo mi brazo, fue entonces cuando me preocupé y fui al médico, pero al no tener ninguna forma de detectar esta enfermedad, atribuyó la inflamación a un golpe, y me dijo que todo lo de la araña fue un sueño, que no era nada grave y que mejoraría con el tiempo.
Estaba muy equivocado... ahora sé lo que hizo ese insecto... me inyectó sus huevecillos.
¿Cómo lo descubrí?
Pues porque el tercer día, cuando la hinchazón no bajaba, comencé a exprimirla, lo hice inconscientemente, como si un mecanismo de autodefensa se hubiese activado o como si un extraño placer morboso se hubiese apoderado de mí, un placer también inexplicable como el que se siente al deshacerse del acné de la misma forma.
Ojalá lo hubiese hecho antes.
Al exprimir mi herida puede ver que no sabía pues sangre u otro líquido común en los cuerpos enfermos en su lugar une hediondo líquido transparente de un tono azulado emanaba de mí. Por curiosidad me acerqué a examinarlo, y entonces me di cuenta, ¡Ese líquido contenía cientos de minúsculos huevos!
Acudí de inmediato al doctor pero era inútil al examinar mi brazo había sacado la mayoría de los huevos y los que quedaron pasaron a otras partes de mi brazo por la presión que ejercí.
El doctor no encontró nada, desesperado intenté hacerle ver que mi vida estaba en grave peligro, pero solo se limitó a darme un par de pastillas y me mandó a dormir. Durante un tiempo pensé que las pastillas eran una especie de antibiótico fuerte que se había deshecho de los huevos que quedaban, incluso la inflamación bajó, pero eso solo era porque se estaban incubando mi cuerpo preparando para eclosionar y dejar correr por mi cuerpo esas horribles larvas.
Tiempo después empeoró podía sentir como una gran cantidad de pequeños gusanos se arrastraban debajo de mi piel entonces no lo sabía pero poco después en mi trabajo lo descubrí.
Estaba yo solo terminando unos informes antes de la hora de comer cuando sentí un picor renovado, comencé rascarme tan fuerte que mi brazo izquierdo comenzó a sangrar, y entonces fui al baño para lavar mi herida. Ahí fue la primera vez que lo vi. De entre mi piel salió un pequeño gusano. Una de las pocas larvas que sobrevivió dentro de mi cuerpo.
Todo comenzó a tener sentido, el por qué siempre me sentía cansado, mi pérdida repentina de peso, todo se debía a que esas cosas se estaban alimentando de mi cuerpo para crecer y fortalecerse, y al final convertirse en un insecto idéntico al que me había picado, listo para infectar a otros humanos.
Mi terror y desesperación se convirtieron en coraje, lo tiré al lavamanos y al ver que el diminuto gusano permanecía vivo, arrastrándose, intentó salir, cogí mi bolígrafo de punta fina y lo apuñalé con mucho cuidado logrando partirlo por la mitad, pero mi sorpresa fue aún mayor al darme cuenta que esa cosa no solo seguía viva, sino que se había dividido y ahora eran dos.
De inmediato me las imaginé creciendo dentro de mí, y cuando llegaban a un buen tamaño se dividían ¡¡Todo mi brazo estaba infectado!! No había tiempo de dudar, tenía que hacer algo antes de que se infectara el resto de mi cuerpo, así que cogí de un escritorio una cuchilla de una guillotina para papel y me concentré para sentirlos moverse. Me di cuenta que ellos habían logrado invadir mi brazo hasta un poco más arriba del codo.
Me preparé y deje caer la cuchilla en mi carne, el corte fue limpio en la piel y músculo, pero no pudo hacer nada con el hueso, aún así me retorcí en el suelo del dolor. Cuando mis compañeros de trabajo se dieron cuenta de lo que pasaba de inmediato me llevaron a urgencias, allí después de curarme y hacerme pruebas se dieron cuenta de mi condición. Yo estaba feliz, pues pensé que seguramente me iban a curar, lamentablemente no fue así, me encerraron en este laboratorio para vigilar el desarrollo de mi enfermedad, ahora estas cosas están en todo mi cuerpo, pronto serán tantas como para consumirme por completo.
Solo puedo hacer una cosa y yo estoy preparado. Hoy, como todos los días, me sacan unos hombres con traje para hacerme unas extrañas pruebas, como no quieren que las muestras se contaminen me mandan a bañarme primero, pero yo no voy a soportar esto más. Con el trazo de sábanas que corté con mis propios dientes tapo la rejilla del suelo de la ducha, dejo que el agua inunde el baño, apoyándome en las llaves del agua alcanzo el techo, arranco la bombilla que siempre está encendida y tiro de los cables dejándome caer hasta estos, y mi cuerpo cae de espaldas tocando el suelo.
Lo he conseguido, al final he matado a todos esos parásitos que vivían en mi cuerpo.
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Expediente 17302
Caso extremo de esquizofrenia, el paciente aseguraba tener heridas irreales, y estar invadido por una especie de parásitos. Intentó amputarse su brazo para evitar que los inexistentes parásitos invadieran su cuerpo, tres días después de ser ingresado en hospital psiquiátrico, donde se le cuidaba en un cuarto acolchonado para evitar que se hiciera daño, el paciente se suicida mediante una descarga eléctrica en el baño.
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Historias Para No Dormir 6
HorrorCon el paso de los años, las historias de miedo crearon arquetipos y forjaron un lenguaje narrativo común que desembocó en la auténtica edad de oro del género que fue el siglo XIX. Tuvieron que llegar grandes maestros como H. P. Lovecraft o Edgar Al...