XIX

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Capítulo 19: "Ahora mismo, mis sentimientos son más suyos que míos"

—¿Y de que querías hablar?— mencionó Merlin, dándole un trago a su té y mirando expectante a la albina

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—¿Y de que querías hablar?— mencionó Merlin, dándole un trago a su té y mirando expectante a la albina.

Elizabeth ya estaba lista. Había tomado un baño relajante y algo rápido para limpiar todo su cuerpo después de tanto viaje y no dejar esperando a sus amigos por mucho tiempo. Había permitido que sus damas lavaran su cabello devolviéndole el brillo al que estaba acostumbrada, su piel volvió a su suavidad normal y finalizó con vestirse con un vestido azul intenso de mangas largas sin corona.

Cuando por fin terminó se reunió con Merlin y Arthur en el laboratorio de la mujer excéntrica y apenas estuvieron solos su corazón latió con rapidez. No sabía por cuál de todos los temas empezar y temía bastante terminar más confundida que aliviada. Pero no había otra opción, necesitaba sacar todo lo que su pecho guardaba.

—Bien, lo primero—inhalo hondo y fijó sus ojos azules en los ámbar de la mujer—Sucedio algo con Meliodas y conmigo...—el de cabellos anaranjados se atraganta con la galleta de azúcar que acababa de morder y la princesa tuvo que detener su discurso mientras golpeaba la espalda de su mejor amigo. Después de que Arthur terminara de toser y aclarara su garganta con el té, miró a Elizabeth con los ojos tan abiertos como platos.

—Oh diosas Elizabeth no me digas que él y tú...—Arthur hizo una ceña con su mano simulando dos bocas tocándose, las mejillas pálidas de Elizabeth se pusieron rojas como la misma sangre y rápidamente negó en un chillido vergonzoso tapando su rostro.

—¡NO PARA NADA!—chilló—Diosas Arthur, ¿En qué piensas? ¡Es mi escolta y además él es irritante!—fruncio su ceño—Siempre callado, su mirada sobre mi es intensa, a veces es molesto que me siga a todas partes o que trate de sobre protegerme—ella dudó durante unos segundos, su ceño se ablandó al igual que su corazón y el recuerdo de aquella foto en la que Meliodas aparecía mirando molesto a una ardilla cruzó su mente. Sin darse cuenta sonrió y Merlin la observo atenta—Pero tiene un lado adorable...—sus ojos cambiaron—Es leal y dedicado, siempre demuestra su valía, se preocupa por mi y trata de mostrarse más abierto aunque no lo esté logrando mucho—

—¿Te estás escuchando?—la princesa reaccionó de inmediato y mantuvo la cabeza agachada—Diosas Elizabeth, parece que ya no lo detestas—un suspiro salió de los labios de la joven, negando suavemente con la cabeza y arrugó la tela de su vestido sintiendo su corazón expuesto.

—No, no lo odio—se alzó de hombros—Creo que en realidad nunca lo odié, tan solo no podía soportar la culpa de fallar y decidí que él era perfecto para desquitarme—

—Ellie no entiendo—Arthur se acercó más a la princesa—¿Por qué odiarias al señor Meliodas?—

—Tú más que nadie sabe lo difícil que ha sido para mí intentar despertar mi poder—el joven asintió—Cuando asignaron a Meliodas como mi guardián, pensé que sería una mala broma de las diosas o de mi padre para recordarme lo inútil que era...—suspiro—Él es el héroe, el elegido, controla esa espada a la perfección y yo...solo he decepcionado a todos—

The princess with sacred power Donde viven las historias. Descúbrelo ahora