Confiar (To Trust) severitus (completo)

cap 46 : El hombre de tres caras

Resumen:

Harry saltó sorprendido cuando Scabbers volvió a aparecer a la vista, hasta que estuvo a sólo unos centímetros de los pies de Harry. Entonces se detuvo en el lugar y comenzó a temblar como si estuviera sufriendo algún tipo de ataque. Harry miró con sombría fascinación, sin saber qué hacer, cuando la rata comenzó a... cambiar. Parecía crecer, la cola y el pelo retrocedían, su forma se expandía desde todos los bordes, hasta...

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La pendiente era lo suficientemente empinada como para que Harry se deslizara más que caminar hacia abajo, y no pudo evitar caer sobre manos y rodillas cuando llegó abajo. Se puso de pie de un salto, estabilizando su varita y siguió el único camino hacia adelante. Parecía interminable, girando y girando con tanta frecuencia que empezaba a sentirse mareado. Podía escuchar pasos débiles y con eco en algún lugar delante de él, pero sabía que no debía gritar el nombre de Ron. Cualquiera podría estar aquí abajo...

¡Estúpido, estúpido, estúpido! ¿Por qué hice esto? Al menos debería haber conseguido refuerzos en lugar de saltar aquí como un completo idiota.

Pero ya era demasiado tarde. Ron podía resultar herido y ahora tardaría el doble de tiempo en volver. ¿Y si llegaba a la entrada y se encontraba con el Sauce Boxeador balanceando sus ramas con toda su fuerza? Así que Harry siguió por el pasadizo, iluminado únicamente por su varita, con el corazón latiendo tan rápido que podía oírlo latir en sus oídos. O tal vez porque estaba tan inquietantemente silencioso, ya que los pasos distantes se habían calmado. Finalmente, el túnel empezó a subir en una pendiente pronunciada hacia arriba, luego giró bruscamente al final, deteniéndose justo antes de una pequeña abertura.

Harry dudó por un breve momento, luego levantó su varita más alto para poder ver lo que había más allá.

Lo primero que notó fue una mata de pelo rojo que brillaba como el fuego a la luz de su varita. Ron yacía inmóvil en el suelo, con los brazos y las piernas estirados sin fuerzas.

No estés muerto, no estés muerto...

Harry se apresuró y cayó de rodillas, sin apenas notar el dolor del impacto, sus dedos sudorosos y torpes buscaron el pulso en el cuello de su amigo. Tardó unos momentos en encontrarlo, pero sus dedos finalmente rozaron el punto correcto. Débil, ligeramente irregular, pero innegablemente allí.

El aliento de Harry se liberó en un largo silbido y se movió hacia atrás para mirar alrededor de la habitación correctamente, poniéndose de pie mientras lo hacía.

Parecía como si hubiera estado deshabitada durante un largo período de tiempo. Mucho polvo, con pintura rayada y descascarada en las paredes y un aire general de abandono. Todas las ventanas estaban tapiadas con losas de madera desiguales, también plagadas de marcas de arañazos. También había manchas oscuras por todo el suelo y muebles rotos que parecían haber sido destrozados deliberadamente. Una pequeña mesa de madera rota por la mitad, patas de silla esparcidas y astilladas, un armario vacío sin puertas... Lo único que estaba de una sola pieza era un sofá hundido y sucio con la mayor parte del relleno arrancado.

Sin embargo, había una cosa que no parecía vieja ni descuidada. Una varita, a unos metros de donde yacía Ron.

¿Esa es la varita de Ron?

Pero Harry sabía la respuesta a eso. Era notablemente más corto que el de Ron y de un tono completamente diferente. Además, carecía del punto blanco y brillante en la parte superior que, según Ron, era un poco de pelo de unicornio que sobresalía.

El ritmo cardíaco de Harry se aceleró de nuevo y sostuvo su varita a la altura del pecho. El escenario más probable era que alguien hubiera noqueado a Ron y hubiera huido. ¿Pero por qué habrían dejado su varita allí? Permaneció inmóvil durante varios momentos, y estaba considerando regresar al castillo en busca de ayuda, con Sauce Boxeador o no, cuando un crujido rompió el silencio.