—¡Sí! —vitoreó Changbin mientras atravesábamos las puertas dobles que conducían a la casa del sexo; las palabras de Seungmin.
Caminé lentamente al lado de Han, quien estaba enganchado al brazo de Minho, pero él rápidamente se encogió de hombros para ir a ver a algunos chicos deslizándose en un poste en ropa interior.
—¿Qué es este lugar? —dije inclinándome hacia Seungmin.
—La casa del sexo, ya te lo dije —dijo con un resoplido.
—Pero...—
Me interrumpió: —Vienen a bailar en el regazo, a ver strippers, a ver bailarines de tubo o se van a una habitación con algún chico, aunque todos se ven iguales, cabello largo y negro, ojos oscuros, maquillaje y sin ropa —dijo Seungmin con un gruñido molesto.
—Vamos, Felix —dijo Hyunjin mientras me agarraba del brazo.
Cerré los ojos y miré hacia otro lado con disgusto, haciéndolo suspirar antes de jalarme contra él. —Ni siquiera pienses en jugar aquí, o mataré a todos las prostitutas de este lugar... lo que significa a tus amigos, por supuesto.
Gruñí, frustrado porque él prácticamente llamaba zorros a mis amigos, él sabía que no haría un buen trabajo amenazándome con mi vida, pero una vez que Han estuvo en escena, supe que tenía que ser una buena maldita mascota suya o lo mataria.
Puso su brazo alrededor de mí y me condujo más allá de una mesa con hombres amontonados alrededor, solo uno de ellos tuvo las pelotas para mirar a Hyunjin y luego a mí, levantando ligeramente las cejas hacia mí. Le di una mirada mezquina infantil y él apartó la mirada riéndose levemente de mis acciones.
Hyunjin siguió caminando a través del lugar tipo club, pasó junto a Changbin que estaba en el bar y pasó junto a algunos bailarines de barra que gemían su nombre mientras pasaba.
—Bruto —dije ante todas las acciones del chico.
Hyunjin me jaló más cerca de él y mordisqueó mi oreja, jugando segundos antes de finalmente llegar al punto.
—Me pareció bastante excitante —susurró. Llegamos a un tramo de escaleras con una alfombra roja extendida sobre ellas y nos dirigimos hacia arriba, yo comenzaba a sentirme un poco asustado, curioso de hacia dónde íbamos.
—¿A dónde me llevas? —gruñí.
Hyunjin miró hacia atrás por un segundo o dos para mostrarme su sonrisa y suspiré. Llegó a una habitación y abrió la puerta, había soltado mi mano. Sonrió a las dos chicas japoneses que estaban dispuestas para él en la cama con su pequeña ropa interior. Sonrieron al verlo.
—Hyunjinnie —dijo una de ellos, recordándome inmediatamente a Yumi y enviando un dolor agudo a mi pecho.
Sabía lo que era esto ahora; en realidad pensó que podría arrastrarme a esta habitación mientras se folla a esas estúpidas chicas. Le di la espalda con molestia e incredulidad, como si realmente pensara que seguiría con eso, tuve que aguantarlo con él y Yumi y no iba a pasar por eso de nuevo, no con dos jodidas prostitutas esta vez. Empecé a alejarme de la habitación, pero Hyunjin me agarró de la muñeca.
—¿Adónde crees que vas? —dijo pasando su lengua por su labio.
—A la mierda, no voy a verte follar con un puta —lo miré —. Ahora suéltame —dije molesto por su mano alrededor de mi muñeca.
—¿Quién dijo algo sobre mirar? —Hyunjin dijo mientras me empujaba hacia la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
Me las arreglé para patearlo y me dejó caer de rodillas.
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Red Corsa
FanficEra guapo, conducía un coche sexy y siempre tenía una chica del brazo. Parecía el hombre ideal, pero era todo lo contrario. Mi nombre es Felix, y soy uno de esas chicas. No estoy aquí por voluntad propia, me obligaron a ser su "mascota". Le gustaba...