Toqué la puerta del despacho dos veces, esperando una respuesta.
-Adelante- oí su voz neutra al otro lado de la puerta. Esta chirrió cuando la abrí.
-Buenos días, Hange. Traje el papeleo que me pediste - saludé, cerrando la puerta tras de mí, con los informes en las manos.
-Buenos días, Amalia. Muchas gracias, déjalos aquí- respondió Hange con una sonrisa. Dejé los papeles en su escritorio, separados de otros informes.
Mis ojos vagaron por las esquinas de la oficina, mientras mis pensamientos me invadían. ¿Le digo o no le digo? me preguntaba, mientras Hange seguía firmando y organizando los documentos a su alrededor.
-Hange, hay algo que debo preguntarte - dije al fin, sintiendo que ya no había vuelta atrás.
-¿Qué sucede, pequeña? - respondió, desviando su mirada de los informes para mirarme con ternura, apoyando su mentón en la palma de su mano.
-Hange, solo nos llevamos tres años. No soy tan pequeña - respondí, un tanto irritada por aquel apodo.
-¡Oh, pero es que eres tan bajita que pareces una niña! - dijo, mirándome como si fuera una criatura adorable. Fruncí el ceño ante su comentario.
-¡Hange! ¿Le dices eso a todas las personas que miden menos de 1,60?
-No, a Levi nunca se lo diré. Me daría una paliza - bromeó, fingiendo un escalofrío al abrazarse a sí misma. Solté un bufido.
-No va al caso. El comandante Erwin mencionó algo sobre una solicitud para capturar un titán.
Hange saltó de su silla en un instante, acercándose a mí y tomándome por los hombros.
-¿Se ha aceptado? - preguntó con los ojos clavados en los míos, como si pudiera perforar mi alma.
-S-sí, pero yo no envié ninguna soli... - fui interrumpida por un grito de emoción, demasiado expresivo.
-¡WOOOH! - Hange dio un par de vueltas por la oficina antes de sostenerme entre sus brazos y comenzar a girar conmigo.
-¡Hange, bájame! - exclamé, pataleando en el aire mientras ella seguía dándome vueltas.
-¡Muchas gracias, Amalia! ¡No tienes idea de lo feliz que estoy!
En realidad, sí me hago una idea. Por favor, bájame.
La puerta se abrió lentamente, dejando ver a Levi con su taza de té negro en las manos.
-Cuatro ojos, bájala. La estás mareando. Escucho sus gritos desde la cocina - dijo Levi, mirándola con desaprobación. Hange me soltó con algo de vergüenza.
-Oh, tienes razón... jeje... lo siento, Amalia. Gracias, otra vez.
-Hange, no entiendo por qué sigues agradeciéndome si yo no hice ninguna sol... - intenté decir, pero Hange me interrumpió abrazándome con fuerza, silenciándome. Fruncí el ceño y llené mis mejillas de aire, pero la abracé siguiendo su juego.
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𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄-𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐚𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧
Romanceᴅᴏɴᴅᴇ ᴀᴍᴀʟɪᴀ ᴄᴀᴍɪɴᴀ, ʟᴏꜱ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏꜱ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴘᴀᴅʀᴇ, ᴜʀɪ, ꜱᴇ ᴅᴇꜱᴠᴀɴᴇᴄᴇɴ ᴄᴏᴍᴏ ɴɪᴇʙʟᴀ ᴀʟ ᴀᴍᴀɴᴇᴄᴇʀ, ᴍɪᴇɴᴛʀᴀꜱ ꜱᴜ ʟɪɴᴀᴊᴇ ʀᴇᴀʟ ʟᴀ ᴘᴇʀꜱɪɢᴜᴇ ᴇɴ ꜱɪʟᴇɴᴄɪᴏ. ᴇɴ ꜱᴜ ᴄᴏʀᴀᴢóɴ, ᴀúɴ ʀᴇꜱᴜᴇɴᴀ ʟᴀ ɪɴꜰᴀɴᴄɪᴀ ǫᴜᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪó ᴄᴏɴ ʟᴇᴠɪ ᴇɴ ᴇʟ ꜱᴜʙᴛᴇʀʀáɴᴇᴏ, ᴅᴏɴᴅᴇ ᴄʀᴇᴄɪᴇʀᴏɴ ᴊᴜɴᴛᴏꜱ, ꜰᴏʀ...