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Hoy es el día en que los nuevos reclutas decidirán si entregarán sus corazones a la Legión de Reconocimiento o si seguirán las órdenes del rey desde la Policía Militar.
A veces desearía haber tenido esa misma oportunidad de elección. Pero tanto Levi como yo no tuvimos opción cuando llegamos aquí.
No me arrepiento, porque fue gracias a Erwin que encontramos una nueva forma de vivir, una que nos permitió mantener la cabeza en alto y ver el mundo desde una perspectiva diferente.
Aunque al principio, lo culpamos a él.
Aún recuerdo aquel día. Nunca podré borrarlo de mi mente.
La niña alegre con dos coletas y el chico rubio y sereno fueron mis primeros amigos.
Chicos...
Vivirán siempre en mí, son una parte de mi ser.
-Debemos recuperar el Muro María - la voz de Erwin me sacó de mis pensamientos-. Perdimos las rutas que nos tomó cuatro años formar. Todo nuestro esfuerzo fue en vano. En ese tiempo, más del 60% de la Legión cayó. Fue una gran pérdida; todos eran soldados de élite. Dentro de un mes, los nuevos cadetes nos ayudarán en una expedición al exterior. Sus posibilidades de sobrevivir son del 30%.
Hice una mueca al escuchar eso. Con un discurso así, solo Dios querría unirse a la Legión.
-Habrá más muertes que en los últimos cuatro años. Sin embargo, aquellos que sobrevivan serán los soldados más fuertes que la humanidad pueda ofrecer - continuó Erwin-. A todo soldado dispuesto a sacrificarse le pido que permanezca aquí. De lo contrario, pueden retirarse.
-Comandante, ¿no cree que intimida demasiado a los reclutas? Nadie querrá quedarse, señor - Gunther se acercó para hablar con él.
Vaya discurso, Erwin. Creo que ahora todos los reclutas están listos... para salir corriendo en la dirección contraria.
Y así fue. No quedó ni la mitad de los reclutas en el campo de entrenamiento.
Pero, aun así, valoro profundamente a los pocos soldados que decidieron quedarse.
Su coraje y lealtad son los pilares sobre los que construiremos nuestra victoria.
-¡Cadetes, ofrezcan sus corazones! - gritó Erwin, y todos hicieron el saludo.
Al día siguiente, comenzamos los preparativos para la nueva expedición. Estábamos en el patio, mostrando el mapa a Eren. Yo estaba de pie junto a Levi, quien sostenía a su caballo mientras yo acariciaba su pelaje.
-Aún no sé qué puede hacer mi poder. No sé si podré continuar con esto - dijo Eren, algo apenado.
-Eren, ¿entendiste la pregunta que te hizo el comandante el otro día? - le preguntó Gunther, refiriéndose a la pregunta que Erwin le hizo mientras observaban los titanes de prueba de Hange decapitados.
