16.- Progenitores

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Hago todo de forma automática. No estoy pensando en nada. Solo un pensamiento ocupa me mente y ese es saber quiénes eran mis padres.

—Vamos a bailar—Vali me tiende la mano interrumpiendo mis pensamientos y me sostengo de ella. Me conduce hacia el centro de la pista donde sus altezas reales están bailando.

Comenzamos a bailar al lento ritmo de la suave melodía. Me sostengo de sus hombros y él se agarra de mi cintura con fuerza. Su agarre me transmite seguridad. Su mirada siempre que la posa en mi es de fuego. Esto es algo inusual.

—Tus ojos—susurro entreabriendo mis labios.

—Los ojos son las ventanas del alma Brenda, solo transmiten mis deseos y sentimientos.

—Me deseas—confirmo.

—Te deseo y te amo, no tienes idea cuánto.

—Si la tengo—acaricio la base de su nuca y el deja escapar un ligero gemido.

Su mirada se desplaza a mis labios. Puedo ver las chispas de fuego crecer en sus ojos mientras el agarre en mi cintura se intensifica.

—Tengo miedo Brenda—me confiesa en un giro y lo miro ahora angustiada.

—¿De qué?

—De que mis emociones nublen mis sentidos, de cometer una locura.

—¿Sería tan malo dejarse llevar por nuestras emociones? —inquiero mientras él se pega ahora a mi cuerpo.

—No, no lo sería, más bien placentero es la palabra que viene a mi mente— hace una pausa dejando escapar un ligero gemido—. Ven conmigo—susurra con voz ronca mientras tira de mi mano lejos de la multitud.

Me conduce hacia una cueva iluminada por luces parpadeantes. Llegamos hasta el fondo donde hay un enorme estanque de agua cristalina y una pequeña cascada cae en este. La música no se escucha aquí adentro, solo el sonido del agua correr.

—No creo que pueda resistirme más, Brenda—su voz sale en un susurro, pero retumba en las paredes.

—Pero...

Y su boca me toma con posesión. La parte racional se queda escondida en lo más recóndito de mi mente y el deseo salvaje y la necesidad de sentirlo nubla mis sentidos. Gimo contra su boca y esto solo hace que su necesidad por mi aumente en intensidad. Baja sus manos hacia mis pechos y los masajea por encima del vestido.

—No puedo conformarme solo con esto—murmura más para sí mismo que para que yo lo escuché.

Sube mi vestido lo suficiente para meter una mano debajo y deslizar un dedo en mi interior.

—¡Vali!—esto está retorcidamente mal.

Su dedo se mueve trazando círculos placenteros en mi interior que a cada instante me acercan más a la cúspide del placer.

—Te necesito—jadea en mi boca mientras saca el dedo de mi interior y comienza a zafarse el pantalón.

—¡Detente! ¡No podemos!

—Si podemos.

Sostengo sus manos con fuerza evitando que continúe.

—Una parte de mi me dice que esto está mal.

—Lo sé, pero he llegado al punto de que nada me importa. Ahora decídete. ¿Quieres que estemos juntos aun sabiendo que somos hermanos o no?

«Si—me grita rápidamente mi subconsciente—. ¡No!—exclama otra parte de mí.»

Fuego Sagrado© (+18) #2 FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora