18.- Reina

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A medida que nos acercamos a las montañas, el aire comienza a azotar más fuerte y un fuerte rugido se escucha proveniente de las montañas.

—¿Qué es eso?

—Son los gigantes, ya están durmiendo al parecer.

"¡Sujétate fuerte!" —me dice Moonlight mientras cambia el ángulo para sobrevolar las montañas.

Me sostengo con fuerza de su crin con mis manos y con mis piernas de sus costados. Cuando termina de ascender la montaña, el sol da de golpe en mi rostro. Aquí arriba puede verse que aún no es hora del atardecer. Moonlight aterriza en la cima rocosa de la montaña más alta junto a Astrid. Desde aquí la vista es increíble. Debajo de nosotros un inmenso valle se extiende hasta donde se pone el sol.

—Debemos tener cuidado en esta parte, los ronquidos de los gigantes crean ráfagas de viento que pueden hacer que pierdas el equilibrio. Y aún no están bien dormidos, así que es probable que se muevan también por lo que no podemos volar muy bajo. ¿Puedes verlos?

Me inclino hacia adelante y observo con atención. Sigo el sonido de los ronquidos y de las ráfagas de viento. Solo entonces veo a los gigantes. No son muy fáciles de ver. Su piel y su ropa, tienen el mismo color que las montañas por lo que pasan desapercibidos. En aspecto, son iguales a los de las tormentas, pero esto son cuatro veces más grandes.

—¡Increíble!

—Sígueme de cerca.

—Bien Moonlight, ya la escuchaste.

—¿Moonlight? —me pregunta curiosa.

—Es su nombre—respondo encogiéndome de hombros.

—¿Acaso tu tienes uno además del que te di? —le pregunta a su pegaso que relincha en ese instante.

"Su nombre es Darknight". —murmura en mi mente.

—¿Cómo le pusiste? —pregunto intrigada por saber.

—Lo encontré en una noche muy oscura cuando apenas era un potrillo, estaba perdido al parecer. Así que lo nombré Darknight.

Comienzo a reír a carcajadas. No puedo creerlo.

—Ese es su nombre—confirmo con una sonrisa.

—¿Cómo es posible?

"Las valkirias y los pegaso tienen un vínculo muy especial".

—Bien amigo—palmea el cuello de su pegaso—. Ya sabes la ruta que debemos tomar. Sígueme de cerca Brenda.

El pegaso da un salto y cae en picada montaña abajo.

—No los pierdas de vista.

Me sostengo con fuerza del cuello de Moonlight mientras este da un salto ágil y sigue de cerca a Astrid. El vuelo en picada termina rasante al suelo, donde pasamos por debajo de varios arcos formados por las piernas de los gigantes. Ascendemos un poco y entonces puedo ver las corrientes de aire que escapan de sus bocas o de sus narices.

Astrid sortea con agilidad las ráfagas de aire y las barrigas, manos y piernas de los gigantes. Algunos aún se mueven inquietos y tenemos que sortear sus brazos y piernas con agilidad en un intento porque no nos aplasten.

De repente una ráfaga de viento me toma por sorpresa y me lanza lejos de Astrid.

—¡Astrid! —grito, pero no creo que pueda escucharme—. ¡Moonlight! Debemos alcanzarla.

"Creo que lo mejor sería volar bajo y evitar el aire".

—Podemos ser aplastados.

"No con mi velocidad."

Fuego Sagrado© (+18) #2 FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora