¿Quién es Rosse?

Capitulo 15- Tristeza

Un par de semanas despues.

La puerta de mi habitación sonó. Quizás era mi madre otra vez pidiendo que saliera con mis amigos. Quizás era Mat despotricando que mataría al cabron que me hizo deprimirme.

-Azul, abre la puerta -Era Lissa otra vez.

Lissa había venido todos los días para intentar sacarme de la habitación. Todos los días tenía un plan diferente, a veces me invitaba al cine, a veces a comer helado, otros días a por pizza, ver una película, al parque, a un bar incluso y a todos dije que no.

Ni yo misma entendía porque me sentía así, quizás al principio no había notado que me estaba encerrando cada vez más, pero ya habían pasado semanas, estábamos por terminar el último año del instituto y yo estaba a un paso de reprobar.

-Az... Por favor, ya no sé que hacer para que salgas de allí, sé que nos vemos en la escuela, pero...

Suspiré, no sabía cómo salir del hueco en el que me había metido, para ser sincera estaba paranoica también, cada día al despertar olía su perfume en la almohada y en la sabana. Era como el hada de los dientes, desaparecía antes de que pudieras verlo. Y antes de que digas que no existe, lo sé, parecía que Asher tampoco.

Lo había intentado pero seguía recayendo una y otra vez...

Mi madre tenía una llave de mi habitación y algunas veces la había usado para saber si estaba viva, está vez la usó Lissa.

La miré entrar con cuidado, miró a su al rededor y vi la tristeza en su rostro cuando vio el estado de mi habitación. Me ayudó a levantarme otra vez, me guío al baño nuevamente, ya habíamos hecho esto y parecía dispuesta a hacerlo las veces que fueran necesarias.

Me obligó a entrar al baño para tomar una ducha, evitaba mirarme al espejo, pero se me hizo imposible, cuando ví mi rostro zurcos negros estaban dibujados bajo mis ojos, a Asher lo le gustaría verme así. Suspiré.

Me bañé, y salí a la habitación, Lissa había estado recogiendo la basura en una bolsa grande, había escogido también la ropa que debía usar. Un jean y un suéter a rayas. Odia preocuparlos a todos, internamente sabía que era algo exagerado, tanto tiempo y ni siquiera nos conocimos bien.

Me vestí en el baño, no sabía cuál era el plan de mi amiga, pero estaba casi segura de que sería salir de casa, no quería, pero ya había escuchado a mi madre hablar con mi padre sobre llevarme a un psiquiatra y no quería, no estaba loca, creo.

-Iremos al cine y luego a un bar -dijo de manera casual mientras limpiaba.

-Sabes que soy menor de edad.

Bufo antes de hablar.

-Si Pero eso no te impidió tomar aquella vez... -recordó que en ese momento estaba Asher y se disculpó-. Lo siento, a veces olvido...

No termino la frase, sabía que estaba cometiendo un error.

-No sabías que el iba a desaparecer -susurre-. Lo sé.

Terminamos de limpiar mi habitación y me arrastró hacia afuera, mi madre estaba trabajando al igual que mi padre, mis hermanos se sorprendieron al verme bañada y saliendo.

El sol afuera estaba brillante, se notaba que estábamos cercanos al verano, el calor empezaba a calentar el ambiente. Lissa me iba contando sobre un chico que le gustaba.