Capitulo 10

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Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a Harry o a ____ para que lo ayudaran en aquellas
reconstrucciones; hasta el momento, Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado
de una maldición que le hacía tartamudear, un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra
cosa que lechuga, y a ____ de las fans locas por el pero era evidente que lo quería hacer era matarlo.
En la siguiente clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sacó de
nuevo a Harry, esta vez para representar a un hombre lobo. Si no hubiera tenido una razón muy importante para no enfadar a Lockhart, se habría negado.
—Aúlla fuerte, Harry (eso es…), y en aquel momento, créanme, yo
salté (así) tirándolo contra el suelo (así) con una mano, y logré
inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus;
él emitió un gemido lastimero (venga, Harry…, más fuerte…, bien) y la pieldesapareció…, los colmillos encogieron y… se convirtió en hombre.

Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que lee libró de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo. Sonó el timbre y Lockhart se puso en pie.
—Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor del mejor poema será premiado con un ejemplar firmado de El encantador!
Los alumnos empezaron a salir. Harry volvió al fondo de la clase, donde lo esperaban Ron, Hermione, ____ y Regulus.
—¿Listos? —preguntó Harry.
—Espera que se hayan ido todos —dijo Hermione, asustada—. Vale, ahora.— Se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano. Los otros cuatro iban detrás de ella.—Este… ¿Profesor Lockhart? —tartamudeó Hermione—. Yo querría…
sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. —Le entregó el trozo de papel con mano ligeramente temblorosa—. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a
comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado. —¡Ah, Una vuelta con los espíritus malignos! —dijo Lockhart, cogiendo la nota de Hermione y sonriéndole francamente—. Creo que es mi
favorito. ¿Te gustó?
—¡Sí! —dijo Hermione emocionada—. ¡Qué gran idea la suya de atrapar al último con el colador del té…! —Bueno, estoy seguro que a nadie le parecerá mal que ayude un poco a
la mejor estudiante del curso —dijo Lockhart afectuosamente, sacando una pluma de pavo real—. Sí, es bonita, ¿verdad? —dijo, interpretando al revés la expresión de desagrado de Ron—. Normalmente la reservo para firmar libros.Garabateó una floreteada firma sobre el papel y se lo devolvió a Hermione.

—Así que, Harry y ____—dijo Lockhart, mientras Hermione plegaba la nota con dedos torpes y se la metía en la bolsa—, mañana se juega el primer partido de quidditch de la temporada, ¿verdad? Gryffindor contra Slytherin, ¿no? He oído que ustedes son unos jugador fundamentales. Yo también fui buscador como Harry. Me pidieron que entrara en la selección nacional, pero preferí dedicar mi vida a la erradicación de las Fuerzas Oscuras. De todas maneras, si necesitaran unas cuantas clases particulares de entrenamiento, no duden en
decírmelo. Siempre me satisface dejar algo de mi experiencia a jugadores menos dotados…— ____ hizo un ruido indefinido con la garganta y luego salió del aula a
toda prisa, detrás de ella Harry, Regulus, Ron y Hermione.
—Es increíble —dijo ella, mientras examinaban los cinco la firma en el papel—. Ni siquiera ha mirado de qué libro se trataba. —Porque es un completo imbécil —dijo ____— Pero ¿a quién le importa? Ya tenemos lo que necesitábamos.— dijo Ron —Él no es un completo imbécil —chilló Hermione, mientras iban hacia la biblioteca a paso ligero.—Si lo que digas— dijo Regulus y rodó los ojos —Ya, porque ha dicho que eres la mejor estudiante del curso…—Bajaron la voz al entrar en la envolvente quietud de la biblioteca. La señora Pince, la bibliotecaria, era una mujer delgada e irascible que
parecía un buitre mal alimentado.—¿Moste Potente Potions?—repitió recelosa, tratando de coger la nota de Hermione. Pero Hermione no la soltaba.
—Desearía poder guardarla —dijo la chica, aguantando la respiración. —Oh vamos—dijo Ron, arrancándole la nota y entregándola a la señora Pince —Te conseguiremos otro autógrafo. Lockhart firmará cualquier cosa que se esté quieta el tiempo suficiente.— La señora Pince levantó el papel a la luz, como dispuesta a detectar una
posible falsificación, pero la nota pasó la prueba. Caminó orgullosamente por entre las elevadas estanterías y regresó unos minutos después llevando
con ella un libro grande de aspecto mohoso. Hermione se lo metió en la bolsa con mucho cuidado, e intentó no caminar demasiado rápido ni parecer
demasiado culpable.

El Último Black (Regulus y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora