⚡ Inicio segundo libro capitulo 1⚡

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NOTA: los demás personajes los pondré como valla pasando la historia tengo personajes que no son de la historia que no quieren a la Rayis pero ya verán :3

dejados, hacía once años, en la puerta de los Dursley. A la edad de un año, los mellizos habían sobrevivido milagrosamente a la maldición del hechicero tenebroso más importante de todos los tiempos,
lord Voldemort, cuyo nombre muchos magos y brujas aún temían pronunciar. Los padres de de ellos habían muerto en el ataque de Voldemort, pero los hermanos se había librado, quedándoles  la cicatriz en forma de rayo. Por alguna razón desconocida, Voldemort había perdido sus poderes en el mismo instante en que había fracasado en su intento de matar a los niños. De forma que se habían criado con sus tíos maternos. Habían
pasado diez años con ellos sin comprender por qué motivo sucedían cosas raras a su alrededor, sin que hicieran nada, y creyendo la versión de los
Dursley, que les habían dicho que la cicatrices era consecuencia del accidente de automóvil que se había llevado la vida de sus padres. Pero más adelante, hacía exactamente un año, Harry y ____ habían recibido una carta de Hogwarts y así se habían enterado de toda la verdad. Ocuparon su plaza en el colegio de magia, donde tanto ellos como su cicatriz se hicieron famosos… pero el curso escolar había acabado y se encontraban otra vez pasando el verano con los Dursley, quienes lo trataban como a unos perros que
se hubieran revolcado en estiércol. Los Dursley ni siquiera se habían acordado de que aquel día Harry y ____  cumplían doce años. No es que tuvieran muchas esperanzas, porque nunca les habían hecho un regalo como Dios manda, y no digamos una tarta… Pero de ahí a olvidarse completamente… En aquel instante, tío Vernon se aclaró la garganta con afectación y dijo:
—Bueno, como todos sabemos, hoy es un día muy importante.
Harry levantó la mirada, incrédulo y miro a ____. —Puede que hoy sea el día en que cierre el trato más importante de toda
mi vida profesional —dijo tío Vernon. Y los niños volvieron a concentrar su atención en las tostadas. Por supuesto, pensaron
con amargura, tío Vernon se refería a su estúpida cena. No había hablado de otra cosa en los últimos quince días. Un rico constructor y su esposa irían a
cenar, y tío Vernon esperaba obtener un pedido descomunal. La empresa de tío Vernon fabricaba taladros.

—Creo que deberíamos repasarlo todo otra vez —dijo tío Vernon—.
Tendremos que estar en nuestros puestos a las ocho en punto. Petunia, ¿tú estarás…? —En el salón —respondió enseguida tía Petunia—, esperando para
darles la bienvenida a nuestra casa. —Bien, bien. ¿Y Dudley?
—Estaré esperando para abrir la puerta. —Dudley esbozó una sonrisa idiota—. ¿Me permiten sus abrigos, señor y señora Mason?
—¡Les va a parecer adorable! —exclamó embelesada tía Petunia.
—Excelente, Dudley —dijo tío Vernon. A continuación, se volvió hacia los otros dos —. ¿Y ustedes?
— Nos quedaremos en nuestro dormitorio— dijo____, —sin hacer ruido para que no se note que
estamos — termino Harry, con voz inexpresiva. —Exacto —corroboró con crueldad tío Vernon—. Yo los haré pasar al salón, te los presentaré, Petunia, y les serviré algo de beber. A las ocho
quince… —Anunciaré que está lista la cena —dijo tía Petunia—. Y tú, Dudley, dirás… —¿Me permite acompañarla al comedor, señora Mason? —dijo Dudley, ofreciendo su grueso brazo a una mujer invisible. —¡Mi caballerito ideal! —suspiró tía Petunia y ____ hizo una mueca ya que su caballero ideal era otro. —¿Y ustedes?—preguntó tío Vernon con brutalidad. — Nos quedaremos en nuestro dormitorio, sin hacer ruido para que no se note que
estamos — recitaron los mellizos al mismo tiempo —Exacto. Bien, tendríamos que tener preparados algunos cumplidos para la cena. Petunia, ¿sugieres alguno?
—Vernon me ha asegurado que es usted un jugador de golf excelente, señor Mason… Dígame dónde ha comprado ese vestido, señora Mason… —Perfecto… ¿Dudley? —¿Qué tal: «En el colegio nos han mandado escribir una redacción sobre nuestro héroe preferido, señor Mason, y yo la he hecho sobre usted»?—
Eso fue más de lo que tía Petunia y los chicos podían soportar. Tía Petunia rompió a llorar de la emoción y abrazó a su hijo, mientras ellos escondían la
cabeza debajo de la mesa para que no los vieran reírse.

El Último Black (Regulus y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora