Capitulo 4

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La vida en La Madriguera no se parecía en nada a la de Privet Drive. Los Dursley lo querían todo limpio y ordenado; la casa de los Weasley estaba llena de sorpresas y cosas asombrosas. Los chicos se llevaron un buen susto la primera vez que se miraron en el espejo que había sobre la chimenea de la cocina, y el espejo le gritó: «¡Vaya pinta! ¡Métete bien la camisa!» o «¡peinate más esos gallos! ¡Acomodate la blusa!» El
espíritu del ático aullaba y golpeaba las tuberías cada vez que le parecía que reinaba demasiada tranquilidad en la casa. Y las explosiones en el cuarto de Fred y George se consideraban completamente normales. Lo que Harry y ____
encontraban más raro en casa de Ron, sin embargo, no era el espejo parlante ni el espíritu que hacía ruidos, sino el hecho de que allí, al parecer, todos les querían.
La señora Weasley se preocupaba por el estado de sus calcetines e
intentaba hacerles de comer cuatro raciones en cada comida. Al señor Weasley le gustaba que Harry se sentara a su lado en la mesa para someterlo a un
interrogatorio sobre la vida con los muggles y le preguntaba cómo funcionaban cosas tales como los enchufes o el servicio de correos.
—¡Fascinante! —decía, cuando Harry le explicaba cómo se usaba el teléfono —Son ingeniosas de verdad, las cosas que inventan los muggles para apañárselas sin magia.—

Una mañana soleada, cuando llevaban más o menos una semana en La Madriguera, Harry y ____ los oyeron hablar sobre Hogwarts. Cuando Ron, ____ y Harry bajaron a desayunar, encontraron al señor y la señora Weasley sentados con Ginny a
la mesa de la cocina. Al ver a Harry, Ginny dio sin querer un golpe al cuenco de las gachas y éste se cayó al suelo con gran estrépito. Ginny solía tirar las cosas cada vez que Harry entraba en la habitación donde ella estaba, solo con el ya que con ____ se llevan bien se la pasan hablando de cosas de chicas dice ____ y le cierra la puerta en la cara a Harry y su amigo pelirrojo. Se metió debajo de la mesa para recoger el cuenco y se levantó con la cara tan colorada y brillante como un tomate. Haciendo como que no lo había visto, Harry se sentó y cogió la tostada que le pasaba la señora Weasley.
—Han llegado cartas del colegio —dijo el señor Weasley, entregando a Harry, ____ y a Ron tres sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde.
—Dumbledore ya sabe que están aquí, no se le escapa una. También han llegado cartas para ustedes dos— añadió, al ver entrar tranquilamente a Fred y George, todavía en pijama.
Hubo unos minutos de silencio mientras leían las cartas. A Harry y ____ les indicaban que cogieran el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, como de costumbre, en la estación de King’s Cross. Se adjuntaba una lista de los libros de texto que necesitaría para el curso siguiente:
LOS ESTUDIANTES DE SEGUNDO CURSO NECESITARÁN:
Libro reglamentario de hechizos, segundo curso, Miranda
Goshawk.
Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
Recorridos con los trolls, Gilderoy Lockhart.
Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.

Después de leer su lista, Fred echó un vistazo a la de ____.—¡También a ti te han mandado todos los libros de Lockhart!— exclamó —El nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo; apuesto a que es una bruja.— En ese instante, Fred vio que su madre lo miraba severamente, y trató de disimular untándo mermelada en el pan.
—Todos estos libros no resultarán baratos— observó George, mirando de reojo a sus padres.
—De hecho, los libros de Lockhart son muy caros… —Bueno, ya nos apañaremos —repuso la señora Weasley, aunque parecía preocupada —Espero que a Ginny le puedan servir muchas de sus cosas. —¿Ya vas a empezar en Hogwarts este curso?— preguntó Harry a Ginny. Ella asintió con la cabeza, enrojeciendo hasta la raíz del pelo, que era de color rojo encendido, y metió el codo en el plato de la mantequilla.
Afortunadamente, el único que se dio cuenta fue Harry, porque Percy, el hermano mayor de Ron, entraba en aquel preciso instante. Ya se había vestido y lucía la insignia de prefecto de Hogwarts en el chaleco de punto. —Buenos días a todos —saludó Percy con voz segura—. Hace un
hermoso día.— Se sentó en la única silla que quedaba al lado de ____ eso hizo ponerse de un color rojo como Ginny. Pero inmediatamente se levantó
dando un brinco, y quitó del asiento un plumero gris medio desplumado. O al menos eso es lo que Harry pensó que era, hasta que vio que respiraba. —¡Errol!— exclamó Ron, cogiendo a la maltratada lechuza y sacándole
unas cartas que llevaba debajo del ala —¡Por fin! Aquí están las respuesta de Regulus y Hermione. Les escribí contándoles que los íbamos a rescatar de los Dursley.— Ron llevó a Errol hasta una percha que había junto a la puerta de atrás e intentó que se sostuviera en ella, pero Errol volvió a caerse, así que Ron lo dejó en el escurridero, exclamando en voz baja «¡Pobre!». Luego rasgó el
sobre y leyó primero la carta de Hermione en voz alta.

El Último Black (Regulus y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora