Noche de suerte en el Rainbow

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La noche estaba en su apogeo en el Rainbow Bar & Grill, el famoso refugio de los rockeros de Los Ángeles. La atmósfera vibraba con la energía cruda y eléctrica de la música en vivo. Las luces multicolores iluminaban el pequeño escenario donde Red Velvet, la banda liderada por la carismática Raquel, estaba a punto de dar inicio a una presentación que sería recordada.

Raquel, conocida como Rocky por sus fans, se paró al frente del escenario con su guitarra en la mano. Su cabello ondulado y castaño brillaba bajo las luces, y su mirada intensa capturaba la atención de todos. Alex, el coqueto y ególatra vocalista, se paseaba por el escenario con confianza. Ethan, el baterista energético y alegre, golpeaba los tambores con una sonrisa radiante. Derek, el bajista sarcástico, mantenía una postura relajada pero su mirada era afilada, muy profunda y enigmática.

El set comenzó con una explosión de acordes potentes y melodías cautivadoras. Rocky tocaba su guitarra con una destreza impresionante, sus dedos volando sobre las cuerdas mientras su cuerpo se movía al ritmo de la música. La audiencia estaba hipnotizada, y entre ellos, tres miembros de una banda novata pero prometedora, Guns N' Roses: Duff, Steven y Slash. Los chicos habían oído hablar de Red Velvet y especialmente de la chica guitarrista, y no podían perderse la oportunidad de verlos en vivo.

-¡Miren cómo toca! -exclamó Steven, golpeando a Slash en el brazo con entusiasmo.

-Sí, es increíble. -respondió Slash, sus ojos fijos en Rocky.

Con cada canción, la conexión entre la banda y el público se hacía más fuerte. Rocky irradiaba una mezcla de poder y sensualidad que era simplemente irresistible, sumado al encanto del atrevido Alex, la energía contagiosa de Ethan y magnetismo aire enigmático de Derek.

Al final de cada presentación, la carismática guitarrista tenía una tradición que los fans adoraban: arrojaba su púa de guitarra al público. Quien la atrapara ganaría un pase para subir al escenario, saludar a la banda y recibir un beso suyo.

Esta noche no sería la excepción. Después de una animada y eléctrica presentación, Alex se acercó al borde. -¡Y ahora, el momento más esperado!
-anunció con el micrófono al público.

Rocky se acercó junto a él al borde del escenario, levantando su púa en el aire, no sin antes darle un suave beso que dejó marcado su labial rojo. La multitud contuvo el aliento en anticipación. Con un movimiento rápido y preciso, lanzó la púa hacia la audiencia.

Duff, aprovechando su altura y reflejos, dio un salto, extendió la mano y atrapó la púa en el aire. La multitud estalló en aplausos y vítores mientras el bajista, con una mezcla de sorpresa y orgullo, se dirigía hacia el escenario. Steven y Slash lo animaban desde abajo, con sonrisas cómplices y silbidos.

-Ve por ella. -le animó Steven.

Al subir al escenario, Duff saludó a Alex, Ethan y Derek, quienes lo recibieron con cordialidad.

-¡Buena atrapada, amigo! -dijo Alex, guiñándole un ojo.

-Gracias -respondió Duff, todavía procesando la emoción del momento.

Finalmente, se encontró cara a cara con Rocky. Ella lo miró con una chispa de diversión en sus ojos oscuros, una sonrisa juguetona en sus labios.

-Damas y caballeros, ¡el ganador de esta noche!
-Recalcó Rocky hacia el público animadamente. -¿Cómo te llamas, guapo? -Le preguntó.

-Duff McKagan -respondió tratando de no parecer muy nervioso, ocultándolo con una sonrisa coqueta.

-Duff, eh? Eres bastante alto, me gusta -Terminó por decir Rocky dejando el micrófono a un lado para acercarse a Duff, lo suficiente para que solo él pudiera escuchar sus palabras.

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⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

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