La primera, la última, la única (+18)

10 - Intrusa

JUNGKOOK

Pasaron unos cuantos meses desde que comencé a salir con Angie de manera recurrente y de que se convirtió en mi aprendiz, no dejó el trabajo en el bar, porque primero quería asegurarse de que era buena para poder trabajar conmigo y la realidad es que conforme pasaba el tiempo mejoraba más y más, logrando se mejor incluso que Jimin y yo, bien dicen que el alumno siempre supera al maestro.

Todo marchaba bien con nosotros, no éramos novios ni habíamos vuelto a tener sexo, por el momento se podría decir que sólo éramos buenos amigos y nada más, queríamos conocernos mucho mejor porque entre más pasaba el tiempo más cosas había para conocer y era necesario saber un poco más del otro antes de llevar las cosas un poco más allá.

Pero no todo en la vida es perfecto y hay ocasiones en las que algunas personas se empeñan en dañarte o en hacer tu vida un poco más complicada y en la mía había una persona así, la cual me ocasionó un gran problema con Angie, o bueno, quizá no muy grande, pero sí logró que se alejara un poco.

Una mañana salí de la ducha para buscar la ropa que me pondría para ir a trabajar, hacía algo de frío, así que quería usar mi chaqueta favorita, pero no la encontré por ningún lado, pensé en que quizá alguno de los chicos la había tomado un día que se quedaron en casa y lo dejé pasar, aunque era raro, ninguno acostumbraba a llevarse nada sin avisar, ni siquiera Jimin o Tae que eran los más confianzudos.

Al día siguiente me pasó lo mismo con un par de jeans, pero nuevamente no hice caso, unos días después mis camisas favoritas no estaban, un par de días más tarde fueron mis botas favoritas, pero seguía intentando convencerme de que alguno de los chicos me estaba haciendo una broma.

El colmo fue cuando lo que desaparecieron fueron mis calzoncillos, debía ponerle un alto a los chicos, así que aproveché que irían al estudio para reclamar y pedir que pararan su broma porque ya era demasiado y se estaban llevando mis cosas favoritas, sin embargo, me llevé una gran sorpresa cuando hablé con ellos.

Estando reunidos todos, excepto Angie pues había tenido día libre en el bar y ese día no iba tampoco al estudio, comencé mis reclamos.

Jk: oigan, hay algo importante que debo hablar con ustedes - dije serio porque en verdad estaba molesto.

Tae: no me digas que embarazaste a Angie - dijo con la misma seriedad que yo.

Sg: ¿Voy a ser abuelo? - preguntó sorprendido.

Jk: ¿Qué? ¡no! - contesté de inmediato.

Sg: ¡qué lástima! - dijo con fastidio y eso me hizo reír, pero al recordar la conversación que tenía pendiente volví a ponerme serio.

Jk: esto no tiene nada que ver con Angie - dije para que no comenzaran a hacer preguntas sin sentido.

Jin: habla entonces, la intriga me desespera - comentó poniendo mala cara.

Jk: si dejan de interrumpirme tal vez pueda hacerlo, - respondí - lo que quiero hablar con ustedes es porque quiero que quien se está llevando mis cosas para jugarme una broma, las devuelva, al principio fue divertido, pero llevarse mis calzoncillos ya fue excesivo - dije mirándolos mal a todos.

Nam: ¿Qué te hace pensar que nosotros haríamos algo como eso? - preguntó bastante confundido.

Jk: no lo sé, son los únicos que tienen acceso libre a mi casa - contesté.

JH: pero ¿por qué nos llevaríamos tus calzoncillos? ¡qué asco! - dijo mientras hacía una cara de desagrado que nos hizo reír a todos.

Uno a uno me aseguraron que ninguno había hecho tal cosa, pero no sabía si creerles, aunque con todos los argumentos que me daban parecían ser inocentes, en todos esos días nadie había ido a quedarse conmigo, por lo general aunque entraban a mi casa nunca lo hacían a mi habitación pues respetaban mi privacidad y sobre todo, aunque teníamos demasiada confianza sabíamos que las bromas no eran nuestro estilo de convivencia.