La primera, la última, la única (+18)

11 - Distancia

JUNGKOOK

Regresé a mi casa furioso, pero al menos había recuperado todas mis cosas y había logrado ser consciente de que en el tiempo que llevaba de conocer a Angie comencé a sentir algo bastante fuerte por ella, así que al menos eso me ayudó a tranquilizarme un poco.

Por la mañana, me desperté emocionado, pues lo primero que quería hacer era ver a mi querida Angie y hablarle sobre mis sentimientos hacia ella, esperando que pudiera corresponderme, aunque estaba casi seguro de que podría ser así, y quizá en una de ésas, podríamos comenzar una relación, ambos estábamos listos para tenerla y estaba de más decir que nos gustábamos, así que ¿qué podría detenernos para que eso pasara?

Me fui al estudio y esperé a que llegara para poder hablar con ella y como siempre, llegó muy puntual, acercándose directamente al espacio donde practicábamos, pero en total silencio, no me saludó como solía hacer, y ni hablar del beso en la mejilla que siempre me regalaba a penas me veía, esa actitud era demasiado extraña en ella.

Pensando en que no se sentía bien la dejé estar tranquila un rato, mientras preparábamos las cosas para comenzar la práctica del día.

Nunca me había sentido incómodo con ella, pero esa mañana era inevitable, no sabía si debía hablar, quedarme callado, irme, decirle que si necesitaba descansar se fuera a casa, quedarme quieto, dejar de existir, simplemente no entendía qué pasaba, hasta que llegó Jimin y al menos eliminó el silencio incómodo del momento.

Jm: Buenos días Angie, buenos días Jungkookie, ¿cómo están? - preguntó sin notar aún la actitud de Angie.

An: Bien Jimin, gracias, ¿tú cómo estás? - me sentí un poco mal porque a él sí lo había saludado y a mí ni siquiera me dirigió la mirada.

Jm: me alegro mucho, yo también lo estoy - respondió mientras se acercaba a nosotros ¿qué harán hoy? - preguntó al ver todo lo que teníamos preparado.

Jk: nada en especial, solamente hará algunas líneas sencillas para mejorar el pulso - dije en respuesta para Jimin y al mismo tiempo como indicación para ella, de verdad no sabía si debía hablarle directamente o no.

Jimin sólo asintió, nos deseo éxito y se fue a alistar su área para atender a su primer cliente, dejándonos solos nuevamente, ambos estábamos tomando una actitud bastante inmadura al no hablarnos, pero es que yo no entendía qué era lo que estaba pasando.

El tiempo pasó y a la hora que normalmente almorzábamos ella salió al pequeño jardín sin decir nada y ya no pude tolerar la incertidumbre así me acerqué y me senté junto a ella.

Jk: ¿estás bien? - pregunté esperando a que por lo menos volteara a verme, pero no lo hizo.

An: Sí, lo estoy - su respuesta fue demasiado cortante.

Jk: ¿estás molesta conmigo? - esperaba que la respuesta fuera negativa, pero no fue así.

An: Supongo que sí - dijo cortante.

Jk: ¿Por qué? - volví a preguntar.

An: por nada - iba a levantarse, pero se lo impedí.

Jk: no sé qué hice, pero lo que sea, lo lamento, te aseguro que no fue mi intención - me disculpé sin saber por qué lo hacía exactamente.

An: no deberías pedir disculpas si ni siquiera sabes por qué las personas están molestas - por fin volteó a verme - nunca lo hagas, puede que los demás estén molestos consigo mismos y no exactamente por algo que tú hiciste y al disculparte les estés dando una herramienta para culparte y no responsabilizarse de sus emociones - sus palabras me confundieron aún más de lo que ya estaba.