24- Capítulo

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Valentín y Leonardo habían sido amigos inseparables desde su niñez. Desde las primeras clases en el instituto hasta las escapadas al parque, su relación había sido una de camaradería y confianza. Compartieron innumerables aventuras, confidencias y sueños de futuro. Pero había una sombra que se cernía sobre su amistad, un evento que lo cambiaría todo.

-Recuerdo cuando solíamos escaparnos de clases para ir al parque. Siempre llegábamos justo a tiempo para el final de la última clase, como si nunca hubiéramos faltado.

Los ojos de Leonardo se oscurecieron al evocar esos días felices. La nostalgia y el rencor se entrelazaban en su mente, formando una maraña de emociones contradictorias. No podía evitar recordar el día en que su vida cambió, el momento en que su amistad con Valentín comenzó a desmoronarse.

Todo comenzó durante su último año de instituto. Leonardo había estado saliendo con Laura, una chica encantadora con una risa contagiosa y una personalidad vibrante. Estaba completamente enamorado de ella y pensaba que su relación era sólida. No obstante, había un pequeño detalle que nunca había previsto: Laura y Valentín empezaron a pasar más tiempo juntos, debido a sus actividades extracurriculares y proyectos de clase.

-Nunca imaginé que esto pudiera suceder. Valentín siempre fue leal, nunca mostró interés en Laura de esa manera. Pero ella, ella comenzó a mirarlo diferente, a buscar su compañía.

Una tarde, después de las clases, Leonardo los encontró juntos en el parque. No había nada inapropiado en su comportamiento, pero la forma en que Laura miraba a Valentín, la manera en que sus ojos brillaban al hablar con él, despertó algo oscuro en el corazón de Leonardo.

-Lo vi claramente, esa chispa en sus ojos. Ella estaba enamorada de él.

Leonardo confrontó a Laura al día siguiente. En lugar de negarlo, ella confesó sus sentimientos por Valentín, rompiendo el corazón de Leonardo en mil pedazos. La traición no vino solo de su novia, sino del hecho de que Valentín, a pesar de no corresponder a esos sentimientos, se había convertido en el objeto de su afecto.

-No podía creerlo. Laura me dejó, alegando que su amor por Valentín era verdadero, aunque él nunca lo aceptó. Valentín se negó a estar con ella, me juró que nunca miraría a la novia o la ex de un amigo de esa manera.

Valentín, fiel a su código moral, rechazó a Laura y trató de consolar a Leonardo, pero el daño ya estaba hecho. La amistad entre ellos quedó marcada por ese evento, y aunque intentaron seguir adelante, una sombra de rencor se asentó en el corazón de Leonardo.

Con el paso del tiempo, Leonardo alimentó su resentimiento y comenzó a tramar un plan. No buscaba simplemente destruir la felicidad de Valentín; quería algo más complejo, más retorcido. Quería que Valentín experimentara la máxima felicidad para luego arrebatarle todo, dejando un vacío aún más profundo.

-Mi plan no es solo vengarme. Quiero que Valentín alcance el pináculo de la felicidad. Solo así, cuando todo le sea arrebatado, comprenderá el dolor que me causó.

Leonardo observaba a Valentín y Violeta, viendo cómo construían una vida juntos, prosperando y alcanzando metas. Cada momento de alegría que ellos compartían, cada risa y caricia, alimentaba su determinación.

Valentín, ajeno a los oscuros pensamientos de su amigo, vivía en un mundo de éxito y amor. La empresa de fachada que habían creado para ocultar sus actividades ilícitas prosperaba, y la seguridad de Violeta había sido reforzada. Pero incluso con todas estas precauciones, no podía escapar de la sombra que se cernía sobre ellos.

-Violeta, nuestra vida es perfecta, pero no podemos bajar la guardia. Siempre hay quienes envidian nuestro éxito.

Violeta, aunque feliz, también sentía una ligera inquietud. Los pequeños deslices de Leonardo y su actitud evasiva comenzaban a levantar sospechas en su mente.

-Valentín, ¿no crees que Leonardo ha estado actuando extraño últimamente? Solo son pequeñas cosas, pero no puedo evitar sentir que algo no está bien.

Mientras Valentín y Violeta compartían estos pensamientos, Leonardo seguía tejiendo su red de engaños. Su posición dentro de la empresa le permitía manipular y controlar ciertos aspectos de las operaciones, todo mientras mantenía una fachada de lealtad y dedicación.

-La paciencia es mi aliada. Cada día que pasa, Valentín se confía más en mí. Pronto, muy pronto, llegará el momento de ejecutar mi plan final.

Leonardo no deseaba simplemente destruir a Valentín de manera repentina. Quería que su caída fuera lenta y dolorosa, que cada paso hacia el abismo fuera una agonía que erosionara su espíritu.

Valentín, por su parte, comenzó a tomar medidas más directas para asegurarse de que todo estuviera en orden. La presencia de un experto en seguridad cibernética y la revisión constante de los informes financieros eran solo algunas de las precauciones que había implementado.

-Leonardo, quiero que hagamos una auditoría completa de nuestras operaciones. Quiero asegurarme de que todo esté en perfecto estado.

Leonardo aceptó la solicitud sin titubear, manteniendo su fachada de eficiencia y lealtad. Sin embargo, en su interior, sabía que cada día que pasaba, estaba más cerca de su objetivo.

Desde su perspectiva, Leonardo se veía a sí mismo como un estratega meticuloso, un maestro del engaño que estaba a punto de lograr su venganza definitiva. El recuerdo de Laura, de cómo lo había dejado por Valentín, seguía alimentando su odio y su determinación.

-No es suficiente con que Valentín sea feliz. Debe alcanzar la cumbre de la dicha, para que la caída sea aún más devastadora.

La mente de Leonardo estaba llena de escenarios posibles, de cómo arrebatarle todo a Valentín en el momento justo. Cada sonrisa de Valentín, cada muestra de afecto hacia Violeta, era una victoria momentánea para Leonardo, un paso más hacia el desenlace que había planeado.

Él, ajeno a la totalidad del plan de Leonardo, seguía disfrutando de su vida familiar y profesional. Los momentos de duda eran rápidamente disipados por la aparente eficiencia y dedicación de Leonardo.

-Tenemos que seguir adelante, Violeta. Nuestra familia y nuestra empresa son lo más importante.

Violeta, aunque preocupada, confiaba en el juicio de Valentín. Sabía que juntos podían superar cualquier obstáculo, pero la sombra de Leonardo seguía presente, una amenaza latente que acechaba desde las sombras.

Mientras tanto, Leonardo continuaba su juego, moviendo las piezas de su ajedrez personal con precisión y cuidado. Cada acción estaba calculada, cada movimiento planeado con meticulosidad.

-Pronto, muy pronto, Valentín entenderá el verdadero significado del dolor. Y yo estaré allí, para reclamar lo que siempre debió ser mío.

El destino de todos estaba sellado, en una danza peligrosa de engaños y desconfianza. El pasado, el presente y el futuro se entrelazaban en un complejo juego de poder y venganza, donde solo el más astuto saldría victorioso. La revelación final se acercaba, prometiendo cambiar para siempre la vida de Valentín, Violeta y Leonardo.

Una Vida Junto a Ti|+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora