4- Capítulo.

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El sol de la mañana se filtraba a través de las ventanas del aeropuerto, iluminando la terminal con una luz cálida y acogedora. Valentín caminaba hacia la sala de reuniones, disfrutando del familiar bullicio del lugar. Cuando llegó, encontró a Violeta ya allí, ocupada con su tablet. Había algo diferente en su expresión, una mezcla de nerviosismo y determinación que no había visto antes.

-Buenos días, Violeta.-saludó con brillante entusiasmo.

-Buenos días, Valentín. ¿Listo para otro día?

-Por supuesto. ¿Tú estás bien?

-Sí, solo un poco nerviosa.

Valentín levantó una ceja, intrigado. Sabía que Violeta era muy profesional y rara vez dejaba que sus emociones interfirieran con su trabajo. Mientras el resto de la tripulación se unía a ellos y comenzaban los preparativos, notó que ella lo miraba de vez en cuando, como si quisiera decir algo pero no encontraba el momento adecuado.

El vuelo despegó sin problemas y pronto alcanzaron la altitud de crucero. Violeta se movía por la cabina con su habitual gracia, atendiendo a los pasajeros con una sonrisa que ocultaba su inquietud. Valentín, desde la cabina de mando, monitoreaba los instrumentos, pero no podía dejar de pensar en la extraña actitud de Violeta.

Durante una pausa, Violeta se acercó a la cabina de mando con una bandeja de café. Valentín la recibió con una sonrisa, agradecido por el descanso.

-Gracias, Violeta.

-Valentín, hay algo que quiero preguntarte.

La seriedad en su tono lo tomó por sorpresa. Dejó la taza a un lado y se inclinó hacia adelante, atento.

-¿De qué se trata?-cuestionó, ya algo preocupado por la situación tan misteriosa.

Violeta respiró hondo, como si estuviera reuniendo valor para lo que iba a decir.

-Me preguntaba si te gustaría salir conmigo esta noche. Solo nosotros dos.

Valentín quedó momentáneamente sin palabras. La idea de una cita lo llenaba de dudas, especialmente debido a su filofobia. Pero al mismo tiempo, sentía una conexión genuina con Violeta, una que no quería ignorar.

-Claro, me encantaría.-finalmente aceptó, con una ansiedad y emoción que se entrelazaban curiosamente en su interior.

Violeta exhaló, aliviada y con una sonrisa radiante.

-Genial. Pensé que podríamos ir a ese nuevo restaurante cerca del puerto. He oído que es muy bueno.

-Perfecto. Entonces, nos vemos allí esta noche.

El resto del vuelo transcurrió sin incidentes, pero ambos estaban más conscientes de la presencia del otro. Valentín luchaba con sus pensamientos, intentando calmar las dudas que surgían en su mente. Sabía que salir con Violeta era un paso importante, pero también sabía que enfrentar sus miedos era necesario para seguir adelante.

Al terminar la jornada, Valentín se dirigió a su apartamento para prepararse. Se duchó, se afeitó y se vistió con una camisa y pantalones casuales pero elegantes. Mientras se miraba en el espejo, se recordó a sí mismo que debía ser valiente, que esta era una oportunidad para abrir su corazón.

Violeta, por su parte, también se preparaba con cuidado. Eligió un vestido sencillo pero elegante, que resaltaba su figura sin ser demasiado formal. Se arregló el cabello y se maquilló ligeramente, queriendo verse bien pero sin perder su naturalidad. Estaba nerviosa, pero también emocionada. Sabía que esta cita era un paso grande, pero sentía que valía la pena arriesgarse.

Una Vida Junto a Ti|+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora