El cielo estaba despejado cuando Valentín y Violeta se despertaron, aún sintiendo la emoción de su día en Fantasy Island. Decidieron que era el momento perfecto para oficializar su relación. Sentían una conexión tan fuerte que no querían seguir ocultándola a sus compañeros de trabajo y, sobre todo, a los padres de Violeta.
-Violeta, he estado pensando. Creo que es hora de que hagamos esto oficial. ¿Qué opinas?
-Estoy totalmente de acuerdo. Quiero que todos sepan lo que significas para mí.
Después de arreglarse, Valentín y Violeta se dirigieron al aeropuerto, donde sus compañeros de trabajo los esperaban para el próximo vuelo. Habían planeado hacer el anuncio antes de empezar la jornada, querían que todos lo supieran de una vez.
En la sala de descanso, sus compañeros charlaban y tomaban café. Valentín y Violeta se acercaron, tomándose de la mano, y esperaron a que todos se reunieran.
-Chicos, tenemos algo que queremos compartir con ustedes.
Las miradas curiosas se volvieron hacia ellos, algunos ya sonriendo con anticipación.
-Violeta y yo estamos juntos. Oficialmente.
Los aplausos y las felicitaciones no se hicieron esperar. Sus compañeros se acercaron para darles abrazos y palabras de aliento.
-¡Qué gran noticia! Se les ve muy felices.
-¡Felicidades! Hacen una pareja hermosa.
El ambiente en la sala de descanso se llenó de alegría y camaradería. Los compañeros se turnaron para felicitar a Valentín y Violeta, compartiendo risas y anécdotas sobre cómo habían notado las miradas y sonrisas que se intercambiaban en el trabajo.
Después de las felicitaciones y de que se calmara el alboroto, Valentín y Violeta se prepararon para su vuelo. Sentían una ligereza en el corazón, como si un gran peso se hubiera levantado. Ahora podían ser ellos mismos sin preocuparse por esconder sus sentimientos.
El vuelo transcurrió sin problemas, y cuando aterrizaron, Violeta supo que era el momento de contarle a sus padres. Sentía un nudo en el estómago, pero estaba segura de su decisión y de su amor por Valentín.
-Valentín, quiero que conozcas a mis padres. Esta noche. Quiero que sepan cuánto significas para mí.
-Claro, Violeta. Estoy listo.
Valentín y Violeta se dirigieron a casa de los padres de Violeta. Era una casa acogedora en un barrio tranquilo. Al llegar, Violeta respiró hondo antes de entrar.
-Mamá, papá, estamos aquí.
Los padres de Violeta salieron a recibirlos. Su madre, una mujer de semblante amable, y su padre, con una mirada seria pero curiosa, observaron a Valentín con atención.
-Mamá, papá, este es Valentín.
-Un placer conocerlos.
Se saludaron con cortesía, y los invitaron a pasar al salón. La tensión inicial era palpable, pero Valentín sabía que debía ganarse su confianza.
-Papá, mamá, Valentín y yo estamos juntos. Oficialmente.
Hubo un momento de silencio. Los padres de Violeta intercambiaron miradas antes de que su madre sonriera ligeramente.
-Es un placer conocerte, Valentín. Violeta nos ha hablado mucho de ti.
-Queremos que seas feliz, hija. Si Valentín te hace feliz, entonces tienes nuestra bendición.
-Gracias. Eso significa mucho para nosotros.
La cena transcurrió con una mezcla de formalidad y momentos de calidez. Valentín respondió a las preguntas del padre de Violeta con honestidad, demostrando su sinceridad y respeto por ella. Poco a poco, la seriedad del padre se fue suavizando, y la conversación se tornó más amena.
-Valentín, Violeta, lo único que les pedimos es que no se apresuren en nada. Disfruten de cada momento juntos. El tiempo es precioso y, si realmente se quieren, no hay necesidad de apresurarse.
-Lo prometemos. Queremos disfrutar de cada segundo juntos.
La cena terminó con risas y la sensación de que habían superado un gran obstáculo. Valentín y Violeta se despidieron con abrazos y promesas de volver a visitarlos pronto.
De camino a casa, se sentían más unidos que nunca. Habían dado un gran paso al oficializar su relación ante sus compañeros y los padres de Violeta, y sabían que esto era solo el comienzo.
-Gracias por estar a mi lado en esto, Valentín. Me has hecho muy feliz.
-Y tú a mí, Violeta. No podría haber pedido una mejor compañera.
Llegaron al apartamento de Valentín, donde decidieron pasar la noche celebrando su nuevo comienzo. Se acomodaron en la cama de Valentín, disfrutando de una copa de vino y recordando los momentos del día.
-Ha sido un día increíble. Me siento muy afortunada de tenerte en mi vida.
-Yo también, Violeta. Y estoy emocionado por todo lo que viene.
Pasaron la noche conversando, riendo y planificando su futuro juntos. Sabían que, aunque el camino no siempre sería fácil, estaban listos para enfrentarlo juntos. Cada paso que daban, cada decisión que tomaban, fortalecía su relación y les daba la confianza para seguir adelante.
La relación entre Valentín y Violeta creció y se profundizó con el tiempo. Aprendieron a apoyarse mutuamente, a comunicarse con honestidad y a disfrutar de cada momento juntos. Sus compañeros de trabajo, que habían sido testigos de su amor desde el principio, continuaron animándolos y celebrando cada hito junto a ellos.
Los padres de Violeta, inicialmente serios, también se convirtieron en grandes apoyos para la pareja. Valoraban a Valentín por su respeto y amor hacia su hija, y lo consideraban parte de la familia.
-¿Te has dado cuenta de cuánto hemos crecido juntos?
-Sí, y me encanta. Estoy emocionada por todo lo que el futuro nos tiene preparado.
-Lo enfrentaremos juntos, como siempre.
El tiempo pasó y su amor siguió fortaleciéndose. Valentín y Violeta enfrentaron desafíos y celebraron victorias, siempre apoyándose mutuamente. Su relación se convirtió en un ejemplo para los demás, mostrando que el amor verdadero no solo es posible, sino que también puede ser duradero y profundo.
Una noche, mientras disfrutaban de una cena tranquila en casa, Valentín tomó la mano de Violeta y la miró a los ojos.
-Violeta, hemos recorrido un largo camino juntos. Hemos crecido, hemos aprendido y hemos enfrentado tanto. Y no puedo imaginar mi vida sin ti.
-Yo tampoco, Valentín. Eres mi roca, mi apoyo y mi mejor amigo.
-Y tú eres mi inspiración, mi fuerza y mi amor. Quiero seguir recorriendo este camino contigo, día tras día.
Se miraron a los ojos, sintiendo la profundidad de su amor y compromiso. Sabían que, independientemente de lo que el futuro les deparara, estarían juntos para enfrentarlo.
Valentín se levantó, sacando una pequeña caja de su bolsillo. Violeta lo miró, sorprendida y emocionada.
-Violeta, ¿te gustaría pasar el resto de tu vida conmigo?
Las lágrimas de felicidad llenaron los ojos de Violeta mientras asentía.
-Sí, Valentín, sí quiero.
Se abrazaron, sintiendo que todo el amor y las experiencias compartidas los habían llevado a este momento. Sabían que estaban listos para dar el siguiente paso en su viaje juntos, enfrentando el futuro con amor y determinación.
Los compañeros de trabajo y los padres de Violeta celebraron la noticia, felices de ver cómo su relación había florecido. Valentín y Violeta se convirtieron en un ejemplo de lo que puede lograrse con amor, respeto y compromiso.
Su historia era una prueba de que el amor verdadero no solo es posible, sino que también puede ser fuerte, profundo y duradero. Y así, con cada nuevo día, Valentín y Violeta continuaron escribiendo su historia de amor, sabiendo que, juntos, podían enfrentar cualquier cosa y disfrutar de cada momento compartido. Pero, como toda historia en la dura realidad, los verdaderos problemas se presentarían dentro de poco...
ESTÁS LEYENDO
Una Vida Junto a Ti|+18
Romance"Una Vida Junto a Ti": cuenta la emocionante historia de Valentín, un hombre envuelto en un mundo de secretos y poder, y Violeta, una mujer fuerte y decidida. A través de encuentros casuales y citas inesperadas, su relación evoluciona desde una simp...