—¡Vamos a hacer una fiesta inolvidable para tu cumpleaños, Vale! —le dije emocionada mientras planeábamos los detalles.—¡Sí! Me vendría bien un poco de diversión —respondió ella, con una sonrisa brillante.
—Cuenta conmigo para todo —añadió Santiago, con su habitual entusiasmo.
Richard, siempre dispuesto a ayudar, se encargó de contratar el catering y el DJ. Valeria y yo nos encargamos de la decoración, transformando la casa en un lugar vibrante lleno de luces y colores. Santiago, con su impecable gusto, nos ayudó a seleccionar la música y los detalles finales.
La noche de la fiesta, la casa se llenó de amigos y familiares. La música vibrante, la comida deliciosa y el ambiente festivo hicieron que todos se sintieran animados y felices.
—¡Feliz cumpleaños, Vale! —le dije, abrazándola con fuerza cuando llegó.
—¡Gracias, Dani! ¡Esto es increíble! —respondió ella, radiante.
Santiago, vestido impecablemente y con su característica sonrisa, apareció con una botella de champaña.
—Vamos a brindar por nuestra estrella del día —dijo, abriendo la botella con estilo y sirviendo las copas.
Levantamos nuestras copas y brindamos, riendo y disfrutando del momento. Richard estaba ocupado asegurándose de que todo estuviera perfecto, pero cada vez que nuestras miradas se encontraban, me sonreía con ternura.
A medida que la noche avanzaba, la música se hizo más fuerte y la pista de baile se llenó. Valeria, Santiago y yo nos unimos a la multitud, bailando y riendo sin preocupaciones. Era exactamente lo que necesitábamos después de las tensiones de los días anteriores.
En un momento, Santiago me tomó del brazo y me llevó a un lado.
—Dani, tengo una sorpresa para Valeria. Necesito tu ayuda para que sea perfecta —dijo, con una sonrisa conspiradora.
—¿Qué tienes en mente? —pregunté, intrigada.
—Quiero hacer un pequeño show para ella. Sabes cuánto le gusta cuando improvisamos nuestras coreografías. Además, traje una canción especial que sé que le encantará.
—¡Me encanta la idea! Vamos a sorprenderla.
Santiago y yo nos escabullimos para preparar todo mientras Valeria seguía disfrutando de la fiesta. Cuando estuvimos listos, Santiago tomó el micrófono.
—¡Atención, atención! —dijo, atrayendo la mirada de todos—. Esta noche es especial porque celebramos a una persona increíble. Valeria, esto es para ti.
La música comenzó a sonar y Santiago y yo comenzamos a bailar, haciendo nuestra coreografía improvisada. Valeria nos miraba con los ojos llenos de emoción, riendo y animándonos con cada paso. La energía en la sala era electrizante.
Cuando la canción terminó, Valeria corrió hacia nosotros, abrazándonos con fuerza.
—¡Ustedes son los mejores! —dijo, con lágrimas de felicidad en los ojos—. No sé qué haría sin ustedes dos.
—Te queremos, Vale —dije, devolviendo el abrazo.
La fiesta continuó con más música, risas y momentos inolvidables. Richard se unió a nosotros en la pista de baile, y por una noche, olvidamos todas nuestras preocupaciones.
Al final de la noche, cuando los últimos invitados se fueron, nos sentamos en la terraza, mirando las estrellas. Valeria, Santiago, Richard y yo, disfrutando de la calma después de una noche llena de alegría.
—Gracias por hacer de este cumpleaños el mejor —dijo Valeria, con una sonrisa.
—Siempre, Vale. Siempre estaremos aquí para ti —respondió Santiago, tomándola de la mano.
Richard me abrazó, y yo me recosté contra su hombro, sintiéndome agradecida por tener a personas tan increíbles en mi vida.
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mi niñero || richard rios
RomansEn un tranquilo barrio residencial, la vida de Daniela, una adolescente vivaz y curiosa, da un giro inesperado cuando sus padres se van de viaje por dos meses, dejándola al cuidado de Richard Ríos, un joven y carismático niñero hijo de un amigo de l...