Capítulo 12. Conociendo a mi suegro

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Al poco rato de quedarse dormida Sarah, caí en un profundo sueño, yo ni si quiera me di cuenta de que me estaba quedando dormido, supongo que estaría demasiado cansado como para intuir que me iba a dormir en breves.

Unos instantes después desperté pero noté la sensación de cuando hablaba con Sarah. Todo era blanco y sentí como alguien me tocaba la espalda, a lo que me giré y vi a Slender.
Tenía cara de enfado y a la vez de preocupación. Seguro que sabía lo que había pasado entre su hija y yo minutos atrás. Seguro que me caería la bronca del siglo. No quería ni imaginarme la que me vendría encima.

Al ver que no decía nada empecé a preocuparme. No me atrevía a decir nada así que me limite a mirarle.

Sl: ¿Sabes que pasa si tenéis un hijo?
-dijo serio y sin expresión- que lo matarán, os cogeran, os torturarán y luego os matarán a vosotros también.

-Qui...quién -pregunté con un hilo de voz apenas sin poder hablar.

Sl: Todos.

-¿Todos los crepys?

Sl: Y las sombras.

-¿Por qué?

Sl: Porque los crepys y las sombras no pueden cruzarse. Saldría un bebe como Sarah pero en negro. Las sombras dirán que es uno de los suyos y los crpeys que es uno de los nuestros, lo que haría que nos enfrentásemos entre nosotros.
Mi padre tuvo una relación con una crepy y nacimos mi hermano y yo. Los dos bandos se pelearon durante años hasta que fuimos mayores de edad y nos dividimos. Mi hermano se fue al bando de los buenos y yo al de los malos, desde entonces las sombras y los crepys se llevan muy muy pero que muy mal.

-Sl...Slender y...yo -tragué saliva.

Sl: Sé que eres sombra.

-N...no, no es eso y...yo... acabo de quitarle la virginidad a tu hija.

Sl: ¿Qué? -gritó enfadado.

-S...sin condón -murmuré con miedo sin poder mirarle a la cara.

Sl: ¿Cómo? -gritó aún más alto- ve a comprar una pastilla del día después, ¡ya! como esté embarazada yo mismo mato al bebé.

-Nos amamos y no pienso matarlo. Lo decidiremos juntos.

Vi como se levantaba y me daba un puñetazo en la mandíbula. Caí al suelo dándome un golpe en la cabeza. Me cogió de la camiseta y me elevó en el aire llevándome hacia su cara.

Sl: Si tenéis al bebé mucha gente morirá, y tus padres serán encarcelados.

Suspiré.
-Le compraré la píldora y me iré de su vida, para siempre. Se ve que no puedo estar con la gente a la que quiero.

Sl: No puedes estar con ella, ¿no entiendes?

-Ya no estaré, tranquilo, desapareceré de su vida. Ahora haz que despierte.

-Haz que despierte.

Entonces me soltó y desapareció. Al poco tiempo desperté.

Salí de Sarah y le puse los pantalones. Me vestí y le escribí una nota en el móvil diciéndole que fuese a por la píldora del día después. Le besé la mejilla con lágrimas en los ojos y me alejé andado.

《Siempre te querré mi niña》
Salí del bosque y fui hacia mi casa llorando. Entré y subí a mi cuarto.

[Sarah's Pov]

Cuando me desperté vi que estaba sola. Me pasé las manos por la cara y busqué mi camiseta; cuando la encontré me la puse y miré al rededor. Cogí el móvil y al desbloquearlo vi la nota. Los ojos se me cristalizaron y un inmenso dolor invadió mi cuerpo.

Empecé a llorar sin parar y corrí a mi casa. Me encerré en mi cuarto y lloré hasta quedarme dormida.

[Ethan's Pov]

Me tumbé en la cama llorando y me quedé mirando al techo. Estaba claro; no estaba permitido que yo fuera feliz. Nunca lo he sido y nunca lo seré. Mi vida quitando a mi abuela ha sido un asco. La odiaba. Odiaba todo y solo quería desaparecer. Había perdido al amor de mi vida y todo por mi puto pasado. Por si no fuera poca tortura, a la cabeza solo me venían momentos dulces con Sarah, sus ojos, sus labios, sus palabras... nuestras conversaciones... Yo la amaba, verdaderamente la amaba pero estaba claro que no podía tener un futuro con ella. Estaba claro que no merecía ser feliz, ni tener pareja ni familia ni nada. Y todo por culpa de Slenderman y sus putas sombras.

Después de estar varias horas llorando me quedé dormido. Rece para que ella no apareciese en mi sueño. No quería explicarla porque la había dejado sola, no me apetecía hacerlo y si la diría la verdad no me creería así que deseé no verla. De verdad no me apetecía darla explicaciones.

(...)

Volví a sentir la misma sensación que sentía cuando veía a Sarah en mis sueños; pero esta vez la habitación no era blanca o gris como solía ser. Esta vez estaba en una habitación; las paredes eran blancas y negras dos a dos y la cama tenía sábanas grises oscuras. En las puertas de los armarios habían posters de bandas como Nirvana, Queen, ACDC...

En una de las paredes no había nada, ya que había un mural pintado en ella. Había un hombre alto, delgado y sin cara -al que tomé por Slenderman- y de la mano llevaba a una niña pequeña. Al principio pensé que era una sombra ya que estaba de un color grisáceo, pero vi el peluche que llevaba en la mano. Era el peluche que estaba sobre la cama de mi niña la primera vez que vi su cuarto. Era mi pequeña, Sarah.

La puerta de la habitación se abrió y apareció Sarah con los ojos rojos, pero esta vez no estaba pálida, estaba gris.
Cogí miedo y me eché para atrás, pero me traspasó. ¿Cómo ha hecho eso? pensé.

-¿Sa-Sarah? -en ese momento comprendí que ni me escuchaba ni me veía.

Se tumbó en la cama y comenzó a llorar. Por impulso me acerqué y la acaricié la espalda. Se me encharcaron los ojos al ver lo destrozada que estaba.
Todo había sido mi culpa.

-Pequeña, no lo hice queriendo.

Al verla tan destrozada me arrepientí al instante de lo que había deseado antes de dormirme. Quería abrazarla, quería que supiera que estoy ahí y que siempre estaré. Más que nunca quería explicarle que no fue decisión mía, sino el destino. Yo nunca la hubiese dejado pero tenía que hacerlo, sino, todos irían a por ella y el bebé.

Vi como tenía la mano en la barriga y se la acariciaba. La moví la mano y la besé la barriga dulcemente.

Ethan Fitzgerald [EDITANDO] [LS 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora