Capítulo 37 El nacimiento de Adam

17 7 1
                                    

Me desperté a causa de un llanto, me levanté ya que quería saber quien lo causaba; y me di cuenta de que era Phoebe.

P: mamá -sollozaba

Subí arriba y la cogí
-Que pasa amor

P: ¿por qué no me hacías caso?

-Me había dormido mi vida

P: hace mucho tiempo que llevo llorando y no me haces caso.

Miré el reloj y vi que habían pasado tres horas y media.

-Lo siento mi amor. Estaba muy cansada

P: no pasa nada.
Ve a hacer la cena -se levantó y cogeó hasta su habitación.
Bajé abajo triste. Entonces sentí sus manos en mis caderas. Me giré y la miré. La cogí en brazos y la abracé mientras me caían lágrimas.

P: Me duele la pierna mami

La miro y la vendo la pierna
-¿Mejor?

P: no, me duele mucho -se giró y vi como el hueso salía por la parte de atrás.

-Vamos al médico amor

P: no puedo andar

-Mami te lleva

P: no

-Si
Caminé hacia el coche y la metí con cuidado. Ella se ató y emprendimos el camino al hospital. Conducí bastante rápido y a los diez minutos ya habíamos llegado. Bajé rápido y la cogí con cuidado. Corrí a urgencias y le expliqué a un médico que tenía. La metieron en una sala haciéndola una radiografía y al rato entramos en una habitación.

Dr: vamos a sedarla y a ponerla un tranquilizante para ponerla el hueso bien.
Lo que ha pasado es que los huesos de la rodilla se han separado.
Se los colocaremos y la escayolaremos.

¿Se pondrá bien?

Dr: si, aunque deberá tener cuidado después ya que se le podrá desplazar el hueso fácilmente.

Asentí nerviosa. La colocaron el hueso y la vendaron. Esperamos a que se secara la escayola.

Dr: os vamos a dejar una silla de ruedas, cuando tengáis que venir a quitarla la escayola la dejáis, es demasiado pequeña como para llevar muletas.

-Está bien doctor

Nos dio una silla y senté a Phoebe. Salí de la consulta y fui hacia el coche. La cogí en brazos y la senté en su silla y la puse el cinturón. Metí la silla en el maletero y me senté alante. Empecé a conducir y fui hacia casa.
Cuando llegué Phoebe estaba dormida así que la subí a su cuarto acostándola.

Phoebe estaba tranquila durmiendo cuando llegó Ben. Estaba preparando la cena cuando me manché los pantalones y noté calambres en la vagina. Avisé a Ben y me cambié de ropa, llamamos a Jeff para que cuidara de Phoebe y emprendimos el viaje hacia el hospital de nuevo.
Esta vez la que sería la paciente era yo. Intentaba respirar hondo para poder tranquilizarme pero los calambres me lo impedían.
Gritaba mucho, lo cual hacía que Ben se asustara. Solo esperaba que estuviera listo para ser padre y aguantar los llantos nocturnos del bebé y mi mala leche.
Cuando llegamos hablamos con la enfermera de antes y me llevaron a una habitación.
Me puse una bata en el baño y entré a la habitación de nuevo.

Dr: ¿quiere el parto natural?

-Si doctor

Dr: el bebé está en buena posición, tienes pelotas de látex para saltar; también puedes caminar y así acelaras el parto.
Vendremos cada hora a ver cuántos centímetros tienes dilatados. Y debes tener cuidado si vas al baño a orinar.

Asentía a cada cosa que me decía el doctor y me tumbé en la camilla. Dos horas después ya había llegado el momento de empujar y me moría de dolor.
No sé de dónde saqué las fuerzas suficientes pero empujé todo lo que pude.
Ahí estaba Ben, a mi lado dándome la mano e intentando hacer que no prestara atención al dolor.
Después de empujar varias veces, mi gordito salió llorando como un poseso buscando a su madre. Alcé los brazos para que me lo dieran mientras me caían lágrimas. Le cortaron el cordón umbilical y le cubrieron con una mantita poniéndolo en mi pecho. Le abracé llorando y le miré con los ojos nublados. Era igualito a Ethan pero eso no quitaba que le amase. Era mi gordito, mi niño y aunque era igual a su padre le amaba. Tenía el pelo negro como el mío y los ojos azules intensos. La tez muy blanca y una nariz pequeñita. Era lo más parecido a aun dios; y era solo mío. Mi niño perfecto.

B: es precioso -escuché como comentaba Ben
Le miré y sonreí

-Perfecto

(...)

Quince días después fue el cumpleaños de Phoebe.
Aunque tenía que encargarme de Adam no se me olvidó prepararla el mejor cumpleaños posible. Decoramos la casa entera con globos rosas, manteles rosas, princesas y demás cosas que a Phoebe le encantaban. Invitamos a los niños de su clase y encargué una tarta de tres pisos de sus princesas favoritas.
La fiesta era muy bonita pero ella andaba separada de los niños. Estuvo todo el rato sentada en una silla mirando a la nada y eso me preocupaba. No era normal en ella, antes se relacionaba con los niños, jugaba con ellos, sonreía, se divertía; pero desde que me separé de Ethan y nos fuimos de su casa no volvió a ser la misma.
De vez en cuando la veía sonreír y mirar a su lado, además, prohibía a los niños sentarse en la silla de su lado. Debía hablar con ella así que me acerqué y me puse de cuclillas delante suya.

Ethan Fitzgerald [EDITANDO] [LS 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora