Capítulo 19. Segundo cumpleaños

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En su segundo año de vida la llevé a conocer a su bisabuela.

A ella la encantó la visita, la verdad es que Kate era igual a Emily y a Ethan, y la pequeña Phoebe era clavada a su padre, así que estaba en familia. Ahora ya sé que es verdad eso que dicen de que las niñas se parecen a sus padres y los niños a sus madres. Ella se parecía a mi solo en el mal carácter, todo lo demás lo tiene de su padre, quitando los ojos que no los tiene de ninguno.

La piel la tiene bastante pálida pero no era tan blanca como la mía, y su pelo era bastante oscuro. La gente decía que era negro pero no tenía ese color, era un poco mas claro.
Claramente era una mezcla entre mi pelo y el de su padre.

De estatura es bastante alta para su edad, creo que en eso salió a mi, ya que cuando era crepy medía tres metros y medio. En parte me alegro de que no haya salido en forma de crepy, ya que si hubiese salido así no se podría haber relacionado con niños de su edad ni con nadie.

Pero ya me esperaba que no fuese así, Ethan es humano, así que había pocas probabilidades de que ella puediera ser crepy.

Cada día es más y más guapa. Sin duda alguna se parece a su padre.

En su segundo cumpleaños conoció al hijo del vecino y estuvieron jugando todo el día, como si no hubiese nadie más en la fiesta. Desde aquel día ella y Matt son inseparables.
Aunque el la saque tres años se han hecho inseparables de la noche a la mañana. Ella va detrás de él todo el tiempo y están siempre abrazándose.
Desde que se conocieron, Phoebe no hace más que hablar, aunque la mitad de lo que dice no lo entiendo.

Un día aposté con Ethan que acabarían juntos ya que son como uña y carne y estamos esperando a que crezcan. A verlos grandes y a ver que pasa entre ellos.

En su día a día cada vez es más traviesa ya que no se está quieta en ningún momento y se pasa el día correteando por casa. Coge todo lo que pilla y se lo lleva a la boca o lo tira al suelo. Tenemos que estar todo el rato pendiente de ella para que no se trague nada de lo que coge aunque todo lo que es pequeño, lo que ella sea capaz de ingerir, todo lo que tenga puntas o lo que se pueda romper lo tenemos puesto en un mueble donde ella no llega.

La verdad es que me da miedo que se resfríe o se haga heridas ya que los niños de dos años suelen medir ochenta centímetros y ella mide un metro. No quiero llevarla al médico y que la vean como a un bicho raro. No quiero que la hagan prueba tras prueba. Tengo miedo que descubran mi pasado y que ella salga perjudicada. Además si descubrieran que no somos humanos del todo, nos podrían coger para hacernos experimentos; y no quiero que mi pequeña sea una rata de laboratorio, o Ethan. O simplemente yo.

Sólo quiero tener una familia normal y ser felices. Vivir la vida como cualquier persona sin estar preocupándome de si algún día nos descubrirán o no.
Pero no obstante, tampoco puedo renunciar a mis raíces.

Voy a visitar a mi padre todos los días con la pequeña Phoebe y siempre que la ve le sale una sonrisa de oreja a oreja. Se ve que la quiere muchísimo y me alegro de que la acepte, aunque sea humana. La verdad es que se llevan muy bien pero la primera vez que se la presente... lo pasamos mal.

Flash Back

-Phoebe, vamos a conocer al abuelo, seguro que se enamora de ti nada más verte amor.

La cogí y cogí su peluche. Emprendimos camino hasta el bosque y allí invoqué a papá.

Sl: Hija -dijo sonriente mientras me abrazaba.

-Hola papi -le devolví el abrazo- había venido a presentarte a tu nieta -la miré a ella y sonreí- mira Phoebe, este es el abuelo.

Ella le miró y empezó a temblar, abrazó a su peluche y al instante lloró.
Supongo que se había asustado al verle en forma de crepy así que la cogí y la acurruqué en mi pecho.

-Tranquila amor, es el yayo, no va a hacerte nada.

Ella lloraba una y otra vez gritando muy alto. La intenté tranquilizar cantándola su canción favorita pero no sirvió de nada. Entonces él se acercó a ella y sacó un peluche que había sido mío.

Se quedaron un rato mirándose y sonreí al ver su conexión, supe que desde ese momento se llevarían muy bien y que se querrían siempre. Ella dejó de llorar y empezó a sonreír. Se bajó de mis brazos y corrió hacía él con los brazos abiertos, pero era tan pequeña que le abrazo la pierna ya que apenas llegaba a su rodilla.

Reí y la levanté a su altura a lo que él la cogió en brazos.

Sl: Hola pequeña -dijo con su siniestra voz. Pohebe se quedó un poco desconcertada pero acabó abrazándole fuerte.

Pasamos la tarde entre risas, juegos y caídas. Al caer la noche decidí que era la hora de irnos.

Sl: Esta niña es un torbellino, ¿cómo puedes con ella? Tú eras inquieta pero creo que ella es hiperactiva.

-No lo sé ni yo, supongo que es mi instinto maternal.

Sl: Me has dejado molido pequeña, no puedes hacerle esto al yayo.

-Tú ya estas viejo papi -reí y le abracé dulcemente- ella no tiene culpa de nada -besé su mejilla- te echaba de menos.

Sl: Y yo a ti pequeña -dijo pasando un brazo sobre mi hombro- creo que esta niña hoy dormirá como un ángel.

-Siempre duerme del tirón, apenas se despierta, es maravillosa.

Sl: ¿Sabes? Está mas pequeña que tú cuando tenías su edad.

-Yo era crepy, ella es humana.

Sl: Es 25% humana, 25% sombra, 50% crepy. Las sombras y los crepys somos prácticamente iguales.

-Ethan es humano, vale que se haya reencarnado pero él es humano y yo crepy. De sombra no tiene nada, sólo Ezra lo es y tampoco del todo.

Sl: Lleva genes de sombra.

-Es una niña muy especial.

Besó la frente de Phoebe y desapareció entre los árboles.
Supongo que le molestó que no reconociese los genes de sombra que tenía Phoebe pero no me parecía que resaltasen sobre los demás genes que tenía. Así que decidí no darle más vueltas e ir a casa.

Fin flash back

Ethan Fitzgerald [EDITANDO] [LS 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora