Chapitre 2

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Wakatoshi sentía cierta intriga respecto a la jovencita pero no tanto como para quitarle el sueño, a mitad de entrenamiento en el gimnasio el entrenador decidió dar un descanso en lo que hacía pruebas para los de primer año, afuera divisó el campo de entrenamiento del club de atletismo, con una curiosidad que en su vida había sentido por otra disciplina se acercó, vio a quien creía que era la capitana, preparando al equipo para ir a correr por los alrededores, y sin nada que hacer  creyó que sería buena idea correr un poco , siendo el más discreto según él siguió de "lejos" a los de atletismo.

Su recorrido iba bien pero parecían muertos de cansancio muy rápido , por un motivo extraño hasta se indignó de la poca resistencia de lo que se supone eran los especialistas en la velocidad, resignado continuó el trayecto sin ánimos, hasta que vio una pulga, parece más una rata, o no , solo era un perro diminuto parecía un cachorro, lo más interesante fue lo que hacía, saltando, corriendo, acostándose corría junto a ellos pero lo mas gracioso era ver a los preparatorianos sacar la lengua del cansancio esa pulga lo hacía de diversión, los estaba humillando corriendo tranquilamente como si jugase a ir por la pelota , su mente divago a cierta joven corriendo mientras tararea alguna canción mientras él ya no siente las piernas.

Eso hasta que ese canino diminuto ladró alto y animado para después meterse en el hoyo de una cerca de una casa tradicional, se estaba despidiendo de sus nuevos compañeros de juego, pero aún más al ver un flequillo conocido sobresaliente de la cerca mientras seguía escuchando los ladridos, bien dicen que los perro se parecen a sus dueños .

Una comparación que lo hizo sonreír de lado, vio de reojo una casa tradicional algo grande, para después acelerar el paso y dejar atrás a los lentos de atletismo y justo pasando a lado de la capitana estaba sudando como si no huebiese mañana.


Hasta la mañana siguiente, casualmente salió más temprano a correr, casualmente estiró justo a una cuadra de la casa clásica que casualmente recordaba junto a la dirección y casualmente una chica salía de ella estirando, lo mejor fue ver a la pulga de ayer saltando de emoción portando un collar azul que ayer no había visto, junto a una placa, y por primera vez logró escuchar la voz de Ren.

- No te separes de mí, no vayas a buscar aves y porfas no te atravieses entre mis piernas- decía lento y con voz relajada.

- Si me entiendes?- mencionó al ver al perrito ladear su cabeza de un lado al otro parecía confundido.

- Me estoy volviendo loca- y un ladrido tuvo como respuesta como si le respondiera afirmando.

Por primera vez la vio reír y eso le provocó una sensación desconocida, desconcertado la siguió y se se ajustó al ritmo era una sensación diferente a la de ayer verla era refrescante y debía admitir que desde que la comenzó a "acompañar" sin que ella supiera había mejorado abismalmente su resistencia, pero algo le llegó a la mente de repente ¿ Dónde están sus muletas? Ayer las portaba y ahorita volaba, se fijó en sus pies para buscar alguna anomalía pero parecían perfectamente sanos.

Acaso tendrá una gemela idéntica que vaya a otra preparatoria, esa idea no era descabellada para el, noto un lunar en la parte trasera de la rodilla, que curioso, otra vez la pendiente en la que él sufría un poco, pero no iba a permitir que sea nuevamente dejado, su orgullo terminó de romperse al ver a esa pulga saltando y moviendo la cola al ritmo del tarareo de su dueño, parecían tan relajados que le ponían los pelos de punta.

Je ne regrette rien (Ushijima Wakatoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora