Parecían tan perdidos en la mirada del otro como para no poder notar la presencia de un perro y un joven pelirrojo que los veían escondidos en un arbusto, o eso hasta que al animal le dio por perseguir un ave, podría soportar muchas cosas por el amor de su dueña pero una paloma de ley tiene que ser perseguida por el.
Fue por eso que ambos jóvenes sentados en la banca dirigieron la mirada a aquel arbusto topándose con Satori agarrando al pequeño perro para evitar que escapara tras esa rata alada.
-Tendō- san, que hace ahí? Preguntó Ren
-Verán, les relataré mi aventura, iba como de costumbre camino a mi humilde hogar, hasta que escuché un ladrido muy sospechoso, y cuando volteé vi a esta rata con forma de perro ladrándome, después de una muuuuuy agotadora charla me pidió que lo siguiera, y como obviamente yo sabía que era tu dulce mascota la seguí para asegurarme que no corrieras peligro; no me equivoqué, cuando llegamos estabas llorando como una cascada, te juro que estuve a nada de acercarme para que el grandote parara de hacerte llorar pero Bailey me detuvo y decidimos evaluar la situación desde él arbusto , espera un momento ¿ Ese helado es de chocolate?- Más que relatar dramatizo como acabo de chismoso a la vez que tomaba la gigante cuchara y empezaba a saborear el helado.
- Que dulce eres, eres gran amigo- Asentía frenéticamente la muchacha.
- ¿Quién es Bailey?- Cuestionó Ushijima al oír el nombre de alguien qué obviamente no estaba presente.
-El pqheñhoo perjdo de Ren- Con la boca ahogada de helado respondió.
Wakatoshi no entendió nada de lo que dijo su compañero y entrecerró los ojos con notable confusión.
- Pero mi perro no se llama Bailey- La de flequillo denotó al entender a lo que se refería el chico que usurpó su postre.
- Eso es un secreto entre el peludo y yo- Trago mientras veía y guiñaba al perrito el cual solo ladro.
Los tres se regresaron a sentar en un silencio cómodo en la banca dejando al peludo en las piernas de Ushijima que estaba sentado en una extremo dejando a Ren en medio de ellos para compartir el helado con Satori.
En su silencio cómodo presenciaron el atardecer en el parque, viento fresco, olor a árboles, amigos y comer helado, por primera ocasión la jovencita se sintió plena y tranquila, una calma que no sentía desde hace muchos años.
El helado se terminó indicando que ya era momento de regresar a sus respectivas casas.
- Es mi momento de regresar- Tendō se despedía muy animado.
- Yo igual, ya voy tarde para mi rutina de noche- El más corpulento de los tres mencionó seriamente.
- Mi abuelo debe estar enojado- Mencionó Ren al recordar los sermones de su anciano cascarrabias.
- Ren- chan, no me dio tiempo de decirlo pero en verdad estuviste genial contra esa rubia tonta, eres lo mejor del mundo- Con una sonrisa gatuna Satori le celebró.
Lo único que hizo la chica fue ruborizarse y reírse.
- Bueno, mi casa es para allá- Señaló la de cabello oscuro.
- Que coincidencia, mi casa también es por ese lado- El oji verde denotó.
- Pues yo quedo del otro lado, hasta mañana- El peli rojo se despidió.
Pero en su mente recordó el lugar del que había salido el perrete y si esa era la casa de su amiga le quedaba lejos al capitán, con una sonrisa santurrona se rio y siguió caminando, sin duda alguna su intuición era tan aguda.
De camino a la casa de la femenina iban callados disfrutando del paisaje y el clima perfecto para caminar, un regreso muy agradable; pero para la mascota de la chica eso no bastaba. Decidió tomar cartas en el asunto y se atravesó entre las piernas de su dueña consiguiendo que tropezara, como él creía, los reflejos de su amigo de las perseguidas eran buenos y consiguió agarrar de la mano a la mujer para que no cayera.
- Muchas gracias- con una hermosa sonrisa le agradeció su amiga.
- Debes de tener cuidado, un atleta no se debe lastimar, falta que me ayudes a mejorar cómo correr- Seriamente le dijo aún sin soltarla de la mano, algo le decía que debería de sostenerse de ella por más tiempo.
La jovencita creyó que era para evitar que volviera a tropezar y no se soltó tampoco, ahora caminaban de la mano en un ambiento perfecto y armonioso, el can cantaba victoria mientras hacía que su cola bailara intensamente.
-Ya llegamos, muchas gracias por acompañarme Ushijima- san- Ren se despedía.
- Deja de ser tan formal conmigo Ren, ahora entra, no quiero que te resfríes- Soltó la mano de la mujer y sintió un extraño pesar.
- Igualmente, regresa con cuidado Wakatoshi, linda noche- Se fue junto a su mascota y no vio que el chico se fuera hasta que entrara ella a su casa.
Ushijima podría haber extendido mucho su llegada a casa pero sentía que algo así valió la pena, sin duda alguna esa mujer era única.
(Extra)
Satori regresaba a su casa, pero antes le dio antojo de algo dulce, como de chocolate decidió regresar unas calles a la tienda de conveniencia; un ladrido le hizo voltear y vio a la pulga velocista.
- Eh? Que hace la rata de Ren por aquí.
Un ladrido más fuerte le respondió.
- Eres un humano atrapado en el cuerpo de un perro acaso?
El perro se quedó quieto.
- Un alienígena acaso?
Otro silencio
- Ya se, eres como esos personajes que renacen en un juego y debes cumplir misiones y tu meta es juntar a tu dueña con el amor de su vida.
El cachorro seguía sin responder.
- Reencarnación de cupido?
Dios ese humano era muy tonto.
- Mmmmm, a lo mejor eres el protector que un ser querido le envió a Ren para superar algo de su pasado y por eso la proteges por que en realidad es tu tarea dada para al fin reunirte con ese alguien más, estilo la razón de estar contigo, esa peli es genial- Tendō dijo ya soltando su imaginación.
Un ladrido llegó a sus oídos.
- Jefazo!?
El can no sabía de quién hablaba, se hecho a correr esperando que el pelirrojo lo siguiera.
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Je ne regrette rien (Ushijima Wakatoshi)
Fanfiction"Y desconfío, el miedo a dar un salto y encontrar vacío Ansío que esto que siento no sea mío ¿Por qué de pronto se siente tan frío? Parece que saber hacerse bien es todo un desafío" -Wos Donde una mujer alguna vez voló con sus propios pies en Tokio...