Chapitre 7

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Dos chicas, misma edad, ninguna tiene algo extra o algo menos, ambas relativamente iguales, pero para Kira ella tiene escasez de talento, lleva tres años aspirando a quedar no en primero sino solamente clasificar a las primeras 20 en todo Japón cuando escucho que una chica de su secundaria consiguió una beca al cien por ciento a un equipo de élite en Tokio ella admiró eso.

Pero cuando en su primer mes se hizo corredora principal y primer lugar en la tabla se convirtió en envidia porque ella si podía mientras que la rubia no era capaz de reducir su mediocre tiempo, durante tres años solo veía su espalda al correr y en las premiaciones siempre debía alzar la cabeza para verla con su medalla en el primer puesto del podio.

Al oír de su lesión se sintió realizada por fin se había librado de su fantasma pero en el que creía que iba a  ser su año en la ceremonia de la escuela de la que ella era la principal sintió su mundo derribado; al verla en muletas la satisfacía como no tenía idea.

Pero al verla andar sin problema se sintió amenazada por Ren pues siempre es lo mismo, su reto le terminó de mostrar su impotencia, la hundió sin si quiera sudar un poco.

-Alguien más lento que yo no tiene derecho a retarme- otra vez esa maldita mirada, como si fuera un bicho.

- Y tú que eh!? Siempre es eso, siempre por sobre tu hombro mirándome con esa mirada, los que no somos ni un poco de talentosos estamos condenados a seguir tu sombra- a punto de llorar estaba la rubia.

-Otra vez vas a esconderte detrás de la excusa del talento como una maldita mediocre- Ren ya estaba harta de esa tonta.

- Es que no es justo- siempre es lo mismo, emberrinchada seguía en su posición de victima.

-Quítate los tenis y calcetines- ordenó a la vez que ella mismo lo hacía.

La capitana lo hizo con la intención de saber a qué es a lo que quería llegar con eso pusieron sus pies uno junto al otro.

- Mira las diferencias, traes un esmaltado reciente y solo un callo, ahora mira el mío, mis uñas son casi inexistentes gracias a que traerlas un poco largas me lastima, ampollas que se han abierto miles de veces, mis pies están deformados, tú haces lo mínimo con intención de llegar a lo mejor, debes de ser muy descarada- Expuso con calma e indignada.

La capitana seguía rehusándose a admitir que no tenía argumentos válidos.

- Yo he sudado, sangrado, raspado por cada uno de mis logros, me he desmayado mil veces por el cansancio y aún así la gente solo ve un "talento" a lo mejor si tengo aunque sea un poco pero no es todo- La pelinegra estaba muy enojada.

- Si tú tienes poco yo tengo menos- La rubia seguía y seguía.

-Te falla no? - Ren estaba considerando seriamente golpearla.

- Lo que yo tengo es un talento promedio, pero poseo algo superior a eso, lo mío es una ridícula obsesión insana por la práctica y la preparación para ser la mejor sin nada más-

- Y yo que tengo?- la más baja pregunta con desesperación por una respuesta.

-Nada, tú destruyes todo lo que posees, dices que querías estar entre las primeras 20? ¿Recuerdas a Amanai y a Yamaha?-Interrogo la de flequillo.

- Pues claro, número 10 y 11 del ranking, son del Hakonen y van en tercero igual, estrellas en ascenso- Kira respondió.

- Aquellas niñas se mataron entrenando, la semana de su primer nacional iban de acompañamiento pero me veían a todas horas, estoy segura que memorizaron mi postura, respiración y ritmo, las vi correr cada mañana con unos tenis nuevo; el año de su segunda nacional las volví a ver con los mismos tenis destrozados por su esfuerzo, ellas estaban en las posiciones 33 y 34 pero saltaron hasta el top 20 con sus propias piernas, no lloriqueando como tú pretendes hacerlo - Contó con el fin de hacerla entender.

Cuando la rubia bajó la cabeza dio por terminado ese encuentro, hasta que vio en lo alto de las gradas al entrenador acompañado del director deportivo, y cuando pretendían acercarse agarró su uniforme de gala y patitas para que las quiero.

Esa corta carrera la había vuelto a condenar a las competiciones.

Esa corta carrera la había vuelto a condenar a las competiciones

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Je ne regrette rien (Ushijima Wakatoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora