Capitulo 56 - Rojo

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Dalia sonríe, se acerca el haciendo que este enmudezca de manera inmediata y tras ello lo besa en los labios.

-Dalia: ya no hay miedo, Ángel ¿quieres que seamos raros juntos?

Tras esas palabras Ángel quedó paralizado y sonrojado como nunca en su vida, pero estas palabras se clavaron en los pensamientos del mismo "Ya no hay miedo" , "Ya no hay miedo", "Ya no hay miedo". Por lo que se llenó de valor se acercó a Dalia se aproximó a sus labios y tras una breve parada la beso, un beso que ella correspondió al instante.

-Ángel: seamos los más raros juntos entonces.

-Dalia: llevaba esperando esto demasiado.

Dalia se abalanza sobre Ángel y lo besa desenfrenadamente mientras comienza a quitarle la camiseta dejando ver su torso lleno de cicatrices de batallas pasadas.

-Dalia: te han hecho tanto daño que me sorprende que sigas de una pieza

-Angel: Dalia, quiero comerte de pies a cabeza, ahora mismo el daño que tenga no me importa

-Dalia: pues entonces no paremos

Ambos comienzan a besarse y a liarte desenfrenadamente hasta el punto de que se cayeron de la piedra en la que estaban hasta la playa. Cuando ambos ya estaban en su límite y la cosa iba a subir de nivel un sonido de pasos los alertó.

-Dalia: espera espera, hay alguien por aquí

-Angel: na ah eso a mi no me importa, que escuche el espectáculo

-Dalia: tienes razón, dios qué guapo eres...

Dalia volvió a fijarse en Angel y vio algo que la sorprendió.

-Dalia: Angel guapo, tus ojos están rojos

-Angel: será por la sal no te preocupes

-Dalia: no Angel, mírate en el agua.

Ángel se levantó y se miró en el reflejo del océano y vio cómo sus ojos brillaban en un color rojo intenso como cuando se transformaba en su modo hikary de ojos rojos.

-Ángel: que raro nunca me había pasado en base

-Dalia: ¿esta todo bien?

-Angel: no, acércate un segundo

Dalia se acerca cautelosamente a Angel acercándose cada vez más a la orilla del mar, las frías olas engullen sus pies hasta los tobillos.

-Dalia: dime ¿te pasa algo?

Angel en un rápido movimiento la salpica dando un golpe al agua con su cola.

-Angel: no iba a ser el único que se fuera mojado hoy, este traje no es mio...

Dalia lo salpica de vuelta

-Dalia: oí que penita, como la de mojarme el pelo estupida.

-Angel: como que estúpida, estúpido en todo caso vieja sabrosa

-Dalia: pues ven aquí y demuéstrame tu genero viejo sabroso

-Angel: ya veras

Angel la vuelve a salpicar y Dalia se lo devuelve comenzando así una pelea se playa llena de risas mientras a la distancia los luminosos peces iban desapareciendo. Ya más avanzada la noche ambos estaban volviendo a lo que fue la antigua academia mientras hablaban de importantísimos asuntos.

-Dalia: Entonces ¿viejo y vieja sabrosos serán nuestros apodos cariñosos?

-Angel: a mi me gustan, no somos viejos pero si sabrosos

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