Capítulo 19

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Narra Madison.

Las horas habían pasado, me dolía la cabeza y sentía la cara hinchada de tanto llorar.

Un doctor entra y me mira.

-¿Se encuentra bien, señorita Rogers? -se acerca firmando algo.
Era joven, como de unos treinta y algo quizás.

-Sí, estoy...bien. -me intento levantar.

-Déjeme ayudarla.-se acerca y toma mi mano ayudándome a levantar. El suelo estaba frío y me sentía un poco mareada.

-Me siento mareada.

-Es normal, es por los antibióticos. -camino en dirección al baño.

-Gracias. -entro cerrando la puerta tras de mí y me acerco al lavamanos.

Necesitaba calmarme, regresaría a ese asqueroso almacén y trataría de comunicarme con Evan o algunos de los muchachos, si, eso haría.

Me enjuago la cara y salgo, el doctor aún estaba ahí.

-Para tú buena noticia, te puedes ir. -me entrega una hoja. -Le puedes decir a tu novio.

-No es mi novio. -tomo la hoja. -Gracias.

-Te tienes que cuidar la herida. -asiento.

Al rato me había cambiado, el doctor entra y se acerca a mí.

-¿No tienes más pacientes que curar? -se ríe.

-Ahorita estoy con un paciente.
-Yo ya salí, así que...

-Si, lo sé. -lo miro. -Y quisiera que esa herida no hubiese sanado tan rápido.

-Pensé que la misión de los doctores era que sus pacientes curaran rápido. -se ríe. -Quizás es porque te pagan más si los mantienes aquí.

-Eso sería negligencia y no me llevo con ella. -hace que me ría. -Dijiste que el gran Christian Grayson y tu no son nada. -asiento. -Entonces ¿qué haces con él?

-Trabajo para él. -va a hablar y lo interrumpo. -Nada sexual, solo soy su secretaria.

-No iba a decir nada. -nos reímos. -Bien, secretaria, entonces ¿quisiera aceptarme una cita?

-Quisiera decir que si, pero acabo de salir de una relación y no creo...

-Bien, bien, todo a su tiempo. -me entrega una tarjetita con su número. -Cuando estés lista, me llamas. -sonríe.

-No prometo nada. -la agarro.
-Esperare la llamada. -niego riendo. -Como ya te vas, tienes que ir a recepción y firmar unos papeles.

-Gracias por la información, doctor Hunt. -sonríe.

-Para eso estoy. -sale. Guardo la tarjetita y al salir veo a Evan a lo lejos.

-Esta es mi oportunidad. -la alegría que sentía al verlo era más grande que mi rabia por Christian.

Me detengo en el momento en que Evan se mueve mostrando a la chica de la foto, Molly si mal no recordaba, ella lucía enojada y Evan parecía estresado, hablaban de algo, me acerco un poco más sin que me noten.

-¿Por qué no? -dice Molly.

-Sabes la maldita respuesta. -dice Evan. -No puede ser mío.

-¡Claro que lo es! ¡Es tú hijo, Evan, hazte cargo! -esas palabras me destrozaron lo poco por lo que vivía.

No sabía que hacer, quería ir y preguntarle si era cierto, quería huir lejos, quería gritar, llorar, el aire me faltaba, me estaba empezando a dar vueltas mi mundo.

-Tu estuviste...

-Solo contigo, maldito infeliz, así que termina con la zorra de Madison y hazte cargo porque me lo prometiste hace 1 año. -tenia ganas de vomitar por esa doble noticia.

Me estaba engañando quizás desde hace un año o más, eso significaba que las fotos que Christian me había mostrado en las que parecía que estaban teniendo sexo era verdad, todo este tiempo y solo me utilizó.

-Madison...-era Beltran. -Madison ¿Estás bien? -me sentía aturdida y los recuerdos de Evan y míos venían a mi mente como un flashes. - ¿Estás..? -miro a Beltran.

-Me...me dio una punzada en el hombro.

-Llamaré al doctor. -niego. Respiro hondo >>Tengo que se profesional<< me digo a mi misma.

-No, estoy mejor.

-Bien, entonces vamos. -asiento. >>Evan no me puede ver con Beltran<< pienso.

-Espérame afuera, firmaré unos papeles.

-Esta bien. -sale. Miro en dirección en donde están Evan y Molly, ya no estaban. Camino en dirección a la recepción, la enfermera me ofrece los papeles y los firmo.

-Muchas gracias. -digo.

-¿Madi? -escucho la voz de Evan, camino ignorándolo. -Madi...-acelero un poco mi paso. Quería gritarle en la cara y golpearlo, pero me desataría.

Al salir, el auto está estacionado esperándome, me subo y Beltran me mira.

-¿Me llevarás al almacén? -arranca.

-Son órdenes.

-Sí, lo sé. -me limpio una lágrima. -Órdenes.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora