Narra Madison.
Salgo vestida y duchada, el lugar está limpio y sin cadáveres. >>Demonios, ¿cuánto me tardé en el baño?<< Miro a Christian que está en los ventanales observando la ciudad. >>Si lo miras desde otra perspectiva, no es tan malo como lo describen, luce como un león, actúa como uno y uno muy bastardo, pero en el fondo está herido, muy herido... ni siquiera me imagino su dolor... él solo necesita a alguien que lo haga creer de nuevo en el amor y le quite lo bastardo<<
-¿Sabes camuflarte? –dice Christian sacándome de mis pensamientos mientras observa la ciudad.
-Sí. –digo mientras me seco el cabello. - ¿Por qué? –sonríe y me mira.
-Porque nos camuflaremos.
-¿En dónde?
-En un cementerio. –dice sonriendo siniestramente. –Nos vamos a las 5am.
-¿Por qué tan temprano?
-Tenemos un funeral que asistir.
-¿Funeral? –suspira frustrado.
-¿No puedes simplemente aceptar y ya?
-Necesito información para trabajar.
-Mañana a las 5am, funeral, alguien que no ha pagado ¿eso te basta?
-¿Cómo es? ¿Quién es? ...
-Eres muy exasperante ¿sabías eso? –dice caminando hacia mí tranquilamente.
-Y tú eres un obstinado mandón. –me mira cómico.
-Soy tú jefe.
-Cierto, cierto, eres un obstinado mandón, jefe. –se muerde el labio y se acerca más a mí haciéndome retroceder de nuevo. >>Maldita sea<<
-Creo que lo poco que me quedaba de control se fue. –dice rozando mis labios, mi corazón se acelera, mi mente se nubla y solo deseo que me bese como nadie en este momento. –Tú no ayudas.
-Aléjate de mí. –trato de decir, pero él sonríe de lado.
-Oblígame. –coloco mis manos en su pecho y las agarra. No puedo hacer nada, solo estoy ahí parada embelesada por sus labios, sus ojos y por el deseo de que me bese, y me haga el amor salvajemente. Sube mis manos por encima de mi cabeza, siento que las piernas me tiemblan y se acerca más a mis labios, cierro los ojos lentamente dejándome llevar y tocan a la puerta. >> ¿Qué demonios haces? Tienes novio, no seas una zorra<< Me reprendo mentalmente y me separo de mala gana al igual que él. Se aclara la garganta. - ¿Quién? –dice Christian serio.
-Es la policía, Sr. Grayson. –me mira serio y luego abre. >> ¿Acaso piensa que los llamé?<< Niego. –Vine porque me llamaron de recepción.
-Mis investigadores personales ya hicieron el trabajo. –dice Christian sin dejarlo entrar y sin poder verlo.
-Entiendo, Sr. Grayson, pero es mi trabajo saber que sucedió.
-Estoy acostumbrado a esto, alguien del hotel dejó entrar a dos asesinos poniendo en riesgo a mi novia y a mí, la intento violar...
-Se escucharon disparos y me informaron que tiene armas aquí.
-Sí, tengo un arma para defenderme, está registrada.
-¿Su novia...?
-Ella está bien, llegué a tiempo y les disparé.
-Bien, tiene que ir...
-Como dije, oficial, mis investigadores personales se están ocupando, no requiero de sus servicios, muchas gracias. –cierra la puerta.
-¿Siempre eres un cretino? –digo y me mira.
-No dejaré a la policía meterse en mis asuntos. –dice serio, saca su teléfono y le marca a alguien.
-Sí, con eso lo responde todo. –susurro.
-Necesito que te prepares para mañana... si... no me interesa, te lo dije esta mañana... desocúpate, si no atente a las malditas consecuencias. –tranca.
-Qué lindo. –digo sarcásticamente.
-No estoy de humor ahora. –dice pasando por un lado mío.
-Realmente no me importa, jefe. –se detiene, sus hombros suben y bajan, está respirando hondo.
-Abre el cuadro de la derecha, encontrarás un rifle, límpialo, lo necesitarás mañana.
-Está bien. –digo de mala gana y entra a su habitación.
1 hora después.
-Muero de hambre. –digo acostada en el sofá observando el techo.
-Pedí pizza. –me sobresalto ante la repentina aparición de Christian. Lo miro y está caminando hacia la cocina.
-¿Pizza? –me mira cómico. >> ¿Qué sucede con sus cambios de humor?<<
-¿No te gusta la pizza?
-Me gusta, pero pensé que a ti no te gustaba. –me mira extrañado. -Tu impresión así lo demuestra.
-¿Mi impresión? –dice cómico. - ¿Qué impresión doy?
-¿En serio quieres que te diga lo que pienso de ti?
-Me intriga. –dice tranquilamente.
-Bien. –sonrío. -Comencemos con que tienes un complejo de emperador muy elevado, eres un engreído, eres un psicópata...-me mira sin decir nada. –Un patán de primera, alguien de quien no me fiaría mucho, un...
-Bien, entendí, soy el ser más despreciable para ti. –me río.
-No todo es malo. –me mira curioso.
-¿Ah no? –niego.
-No, por ejemplo, has sido un caballero conmigo, eres divertido, excepto cuando te pones de mal humor. –se ríe. –Eres un buen jefe y gran compañero.
-¿Lo dices en sarcasmo?
-No. –digo riendo. –Lo digo en serio, supongo que hubiese sido lindo si te hubiese conocido en la universidad.
-¿Me estás diciendo que ahora no es lindo? –dice cómico.
-Me secuestraste.
-Yo no fui.
-Bueno, enviaste a tú gente a secuestrarme.
-Y tú me robaste.
-Bueno...- se ríe. –Tú querías que te robaran. –se acerca a mí.
-¿Y cómo sabías eso?
-¿Quién no lo sabe? –se ríe. –Eres muy popular en internet.
-¿Me has estado acosando, hermosa? –se acerca más.
-Claro que no, solo uso la tecnología, como ahora que quisiera utilizarla.
-Utilízala.
-No puedo. –se acerca más, apoyando su mano en el espaldar del sofá y la otra a un lado mío.
-¿Por qué?
-Porque...-tocan la puerta. –La pizza llegó. –sonrío y me escabullo por debajo, me mira cómico. Abro la puerta y es el repartidor.
-Aquí están las pizzas que ordenó. –las voy a agarrar y Christian se me adelanta, le paga y cierra, lo miro.
-Debo agregar que eres un grosero. –se ríe.
-No creo que te merezcas la pizza. –agarra un pedazo y se la lleva a la boca.
-¿Por qué? Muero de hambre. –me mira mientras mastica. –Claro, primero me encierras y luego me matas de inanición.
-Eres muy dramática. –muerde otro pedazo.
-Y tú eres un imbécil.
-Hagamos algo. –se limpia las manos. –Te doy pizza si te quitas la ropa.
-¿Qué? –sonríepícaramente.
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Lucifer
RomanceUn hombre rico y apuesto dispuesto a todo cuando se lo propone, persistente, no se rinde fácilmente y nunca acepta un no por respuesta, le gusta hacer trabajos rápidos y limpios, tiene a su disposición todo lo que quiere con solo pedirlo. Ninguna mu...