Capítulo 16.

112 4 3
                                    

Alice camina y yo llevo todas sus bolsas junto con Beltran. >>Lo está disfrutando la perra<< pienso.

-Si me disculpan...-dice mirándonos. –Yo iré a hacer unas cosas, si me pueden esperar...

-No. –decimos.

-No lo estoy preguntando, es una orden. –miro a Beltrán y él suspira.

-Que Christian no se entere. –ella sonríe.

-Beltrán...-niega y la miro. -10 minutos.

-Volveré en 20 minutos. –se va.

-¿Qué? No...-suspiro frustrada. –Perra.

-Si no controlas eso, será peor. –dice Beltrán sentándose.

-¿Si no controlo qué? –me siento.

-Tú odio hacia ella. –suelto un bufido. –Entiendo lo que sientes a mí tampoco me da buena espina, pero Christian la ama.

-Lo manipula y lo sabes.

-Te daré un consejo porque no quiero que él te devuelva a ese lugar. –lo miro. –Sé profesional con ella, será más fácil. –asiento. –Christian la ama y un hombre enamorado es...

-Es un idiota, lo sé. –digo.

-Que bien que me entiendes. –sonrío. Al pasar media hora miro a Beltrán. –La buscaremos.

-Gracias. –nos levantamos y la comenzamos a buscar, él la llama.

-No atiende.

-Christian nos va a matar. –digo.

-Cálmate, está aquí.

-¿Cómo sabes eso? –me enseña su teléfono y hay un punto rojo dentro de un círculo. –Tiene un rastreador. –asiente. –Es un enfermo. –él se encoge de hombros.

-¿Qué buscan? –dice Alice y la miramos.

-Dios ¿dónde te metiste? Dije 10 minutos.

-Tú no me mandas querida, yo soy tú jefa. –aprieto mi mano fuertemente y Beltrán coloca una mano en mi hombro. Lo miro y niega.

-Sí, perdón. –ella sonríe superficialmente. - ¿Nos vamos?

-Sí, claro. –camina adelante.

-Lo haces bien. –me dice Beltrán y sonrío. Llegamos al pent-house de Christian y entramos, él está sentado en su laptop.

-Chris, mi amor. –dice Alice y niego. Dejo las bolsas ahí y abro la nevera.

-¿Tienes hambre Beltrán? –él asiente.

-Tenemos que hablar. –dice Christian y me mira.

-¿De qué? –dice Alice.

-De algo. –mira a Alice.

-¿Podemos hablar a solas? –le dice ella y Christian asiente.

-Vamos a la habitación. –ella lo hala.

-Creo que se enteró que la odio. –digo comiendo y Beltrán se sienta.

-Él sabe que a ninguno de los dos nos cae bien, pero sabe que la cuidaré mientras él me lo pida. –comienza a comer.

-¿Por qué los hombres son unos idiotas? –piensa. - ¿Enserio lo estás pensando? –digo cómica.

-Iba a responder, pero si era broma entonces no. –me río.

-Me caes bien. –digo y él sonríe de lado.

-¡Ella comienza! –escuchamos a Alice y Beltrán me mira.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora