Capítulo 23. Final 2/2.

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-¿Qué...?

-Si estas tan necesitada de dinero me lo hubieses pedido, pero preferiste ser una zorra...-le doy una cachetada y me mira furioso.

-No me acuesto con hombres.

-Lo dudo.

-Ya que estás aquí, puedes ver a la zorra de tú prometida tener sexo por drogas.

-Alice está con sus amigos, no se rebajaría como tú. -niego riendo sin gracia. Me había dolido, quería que esto terminara.

-Puedes comprobarlo. -saco mi teléfono y le enseño el vídeo. Lo agarra y me levanto, voy a salir y me detengo en el momento en que el teléfono impacta a un lado mío.

-¿Dónde está? -dice fríamente. Trago grueso y me giro.

-Sígueme. -su mirada era tan fría que sentía un escalofrío pasar por mo columna. Caminamos hacía la habitación de Alexander.

La abro y no estaba él, solo estaba un hombre encima de una Alice drogada, Christian pasa por un lado mío casi empujándome.

-Maldito imbécil. -lo agarra y lo comienza a golpear, la sangre comenzaba a chorrear, miro a otro lado. - ¿Dónde está el mal nacido de Alexander? -lo miro.

-No lo sé.

-Si lo estás ocultando...

-¿Para qué mierdas quiero ocultarlo? -su ira casi era palpable, Beltran entra y niega.

-Yo la llevo.

-Llévala a su casa, espera a que reaccione y me llamas.

-Si, señor. -Beltran agarra a Alice y se la lleva.

-Con ese imbécil arreglo luego, vámonos. -agarra mi brazo y me hala, algunas personas nos veían pero no se atrevían a decir nada.

Al salir hace que me suba al carro a empujones, él se sube y arranca, no quería decir nada y Christian tampoco, lo notaba tenso.

Unas patrullas nos hacen detenernos.

-¿Qué haces? -digo viendo que saca un arma.

-Quitar basura de mi camino.

-Retrocede. -aprieta el volante. -Solo hazlo.

-Maldita sea. -gira bruscamente y acelera. Nos estaba siguiendo, pero Christian sabía perderlos fácilmente.

Estábamos lejos y los habíamos perdido o eso creímos, al frente había una patrulla, Christian frena bruscamente y vemos que se bajan dos policías, Christian se baja y les dispara.

-Suelta el arma. -era Sean, me bajo al escuchar su voz, estaba detrás de Christian, lo miro. -Queda detenido por...

-¿Detenido? -sonríe de lado. Sabía lo que haría, lo mataría y ya no lo iba a soportar.

-Ay no...-antes de que llegue a él, Christian se gira rápidamente y lo comienza a golpear. Lo iba a matar. - ¡Detente! -lo halo. - ¡Para, tiene refuerzos! -se detiene y Sean estaba inconsciente. -Tenemos que irnos. -se quita el suéter.

-Ponte esto. -me lo coloco y comienza a llover.

-Tenemos que irnos, ahora.

-Si no lo asesino...

-No hablará.

-Súbete. -me subo y luego él. Intenta encender el auto, pero no sirve. - ¡Mierda! -debía acabar con esto hoy, si no mataría a Sean. Meto mi mano por un lado del asiento y había un arma, la agarro y Christian se baja, hago lo mismo y le apunto, me mira serio. - ¿Qué mierda...?

-Christian Grayson, por orden de la SSABT queda arrestado por asesinato, corrupción...

-Así que era cierto. -su mirada era diferente.

-Venta de droga...

-Era un maldito engaño. -dice dolido.

-Has asesinado a muchas personas.

-Tu...-me señala con el arma. -De todas las personas de ti era la que menos esperaba esta mierda.

-Aqui acaba mi misión. -niega con una sonrisa fingida.

-Te dije que si me traicionabas las ibas a pagar muy caro. –dice apuntándome. Estábamos empapados por la lluvia.

-Sólo fingía. -digo tratando de ser profesional. –Fingí para ganarme tú confianza y así poder acabar con todo eso…

-¡Te confíe mi vida y mi amor! –su voz se había quebrado, quería abrazarlo, pero recordaba lo que me había dicho y que había preferido a Alice. Niego.

-¡No puedes amar, tú mismo me lo dijiste!

-¡Te amo a ti, maldita sea! ¿¡Acaso no lo notaste!? –no podía creer lo que acaba de decir. – ¿Acaso no lo viste? –dice dolido.

-No, porque preferiste a Alice. -niega.

-Te imaginaba a ti cuando estaba con ella y ahora...tu...-niega y cae arrodillado. -Solo asesiname, hazlo, sino te asesinaré. -había descubierto que no podía dispararle, que no podía hacerlo, me temblaba el pulso. Me mira y sus ojos ahora están rojos. - ¡Asesíname, librame de este maldito dolor, de este Maldito sufrimiento! -niego. Sin percatarme, estaba llorando. -Bien...-se levanta y me apunta, escucho un disparo.

Suelto el arma y Christian cae arrodillado, Sean estaba parado apuntándole, él le había disparado.

-No, no, no...-me acerco tratando de cubrir su herida. Le habia disparado en el pecho.

-Evan viene en camino...-dice con dificultad Sean.

-Mierda...-dice Christian.

-Cállate, Cállate...-sujeta mi mano.

-Te... amo...-un carro llega y al abrirse noto que es Beltran que se baja rápido.

-Beltran, ayúdalo, por favor...-lo carga. Nos mira. -Solo vete.

-Ya lo sabía. -se sube al carro.

-Lo siento. -arranca rápidamente. Sabía que Beltran lo salvaría, confiaba en él.

-Te enamoraste. -me dice Sean y lo miro. -Te enamoraste de Lucifer. -no podía dejar que descubrieran a Christian.

-Necesito que me hagas un favor. -suspira. -No quiero que su identidad se sepa.

-Madison, es un psicópata.

-Por favor. -suspira.

-Bien, no diré nada, pero tendrás que mentir muy bien. -asiento.

-Noquéame, será más creíble. -me mira. -Te diré esto porque quizás ya lo sepas, pero Evan me engaña con Molly y tendrán un hijo.

-¿Qué...?

-Los vi en el hospital, así que esta bien, no me importa, solo necesito que mantengas la identidad de Lucifer en secreto, haré lo que quieras.

-Lo haré porque te quiero, no necesitas hacer nada por mi. -sonrío.

-Gracias. -sonríe.

-Bien, esto dolerá. -asiento y me giro. Siento un dolor fuerte que me recorre la columna y luego solo oscuridad.

Al despertar me percato que estoy en el hospital, me dolía el cuello.

-Mierda. -digo y me siento.

-Madi, cariño...-era Evan que se acerca rápidamente abrazándome, me va a besar y me aparto. -Estuve preocupado...

-Si, Molly lo puede comprobar.

-¿De qué hablas? -dice con confusión y me río sin gracia.

-Deja de mentir, Evan, los vi en el hospital, solo aléjate de mi.

-Madi, escucha...

-Lárgate o juro que gritaré y diré que me violaste. -suspira.

-Bien, solo dime como estas...

-Estoy bien, ahora lárgate de mi vista.

-Necesito un informe.

-Lo haré, lárgate.

-Bien. -sale. A partir de ahora debía inventar una mentira muy grande y creíble. Estaba cansada, pero ya no fingiría nada o eso creía.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora