Entre encajes y misterios

Capítulo 1: Una Noche de Ensueño

El despertador sonó estruendosamente en la pequeña habitación que Valeria y Tatiana compartían en el bullicioso Londres. Tatiana, con los ojos entrecerrados, golpeó el botón de apagado mientras murmuraba algo ininteligible. Valeria, ya más despierta y emocionada, se sentó en la cama y agitó a su amiga.

-¡Tati, despierta! ¡Hoy es el día! -exclamó con una sonrisa que apenas cabía en su rostro.

Tatiana entreabrió los ojos y la miró con una mezcla de sueño y curiosidad.

-¿El día de qué? -preguntó con voz ronca.

-¡La fiesta inmersiva de época, boba! -Valeria brincó de la cama y comenzó a hacer gestos exagerados mientras se movía por la habitación- ¡Vamos a ponernos esos trajes estilo marquesas y a pasar una noche como si estuviéramos en una mansión del siglo XIX!

Tatiana se incorporó con más lentitud, dejando escapar un bostezo, mientras su amiga ya estaba manos a la obra preparando las maletas para ambas.

-Oh, sí, esa cosa que suena a un montón de esfuerzo en este momento -murmuró mientras se pasaba una mano por el pelo alborotado.

Valeria le lanzó una almohada a modo de cariñoso reproche.

-¡Tati, es nuestra oportunidad de escapar de este mundo moderno por una noche y divertirnos como locas! Además, ya hemos pagado por los tickets y los disfraces, así que no hay vuelta atrás.

Tatiana suspiró. Desde que su ex, Josh, la había dejado por una compañera de trabajo, no tenía muchas ganas de salir. Aunque habían pasado meses y había superado la ruptura, aún no encontraba la motivación para disfrutar de la vida como antes. Por eso su amiga, siempre despreocupada y alocada, había pensado en esta fiesta.

Después de unos minutos de persuasión y un par de tazas de café, Tatiana finalmente se dejó convencer. Juntas, empezaron a vestirse con los elaborados vestidos de época que habían comprado para la ocasión. Valeria se maravillaba con cada pieza de su atuendo, mientras que Tatiana luchaba con los corchetes de su corsé con un gesto de frustración.

-¿Por qué demonios tenían que ser tan complicados estos vestidos antiguos? -se quejó, mientras Valeria intentaba sin éxito contener la risa.

Valeria, con su melena rubia y rizada recogida en una coleta alta, lucía un vestido de seda azul adornado con encajes. Su piel clara y sus ojos azul celeste brillaban con entusiasmo, reflejando su naturaleza alegre y despreocupada.

Tatiana, finalmente logró ajustarse el corsé. Su cabello oscuro caía en suaves ondas sobre sus hombros. Vestida con un elegante vestido dorado que resaltaba sus ojos verde esmeralda y su complexión delgada, emanaba una seriedad y una belleza que iban a la par con su habitual actitud sensata.

Finalmente, después de mucho esfuerzo y risas, estaban listas. Se miraron en el espejo y no pudieron contener su emoción. Valeria agitaba su abanico como si estuviera en una novela de Jane Austen.

—¡Nos vemos geniales! —exclamó Valeria con una energía contagiosa que llenaba la habitación.

Tatiana se encogió de hombros, pero no pudo evitar sonreír.

—Bueno, supongo que no estamos tan mal.

-¡Nos vemos geniales! -repitió su amiga, agitando el abanico una y otra vez.

Con un último vistazo en el espejo y asegurándose de tener todo lo necesario para la noche, salieron de su pequeño apartamento en dirección al coche que habían alquilado para el viaje. Valeria cantaba una melodía antigua mientras Tatiana revisaba su teléfono por última vez, asegurándose de que no se les olvidara nada.

-Listas para la aventura, ¿eh? -dijo Tatiana, riendo ante la actuación de su amiga.

-¡Listísimas! - exclamó Valeria, abriendo la puerta del coche y echando un último vistazo atrás con una sonrisa.

Con el motor arrancado y el sol brillando sobre ellas, se dirigieron hacia el sur, hacia una noche que prometía ser inolvidable.

-¡Allá vamos! ¡A una noche de ensueño que recordaremos para siempre!

Tatiana asintió con una sonrisa, sintiéndose agradecida por tener a Valeria a su lado en esta loca aventura.