Tatiana daba vueltas y vueltas, pero no lograba conciliar el sueño. De pronto, recordó algo y se acercó sigilosamente a las maletas que reposaban en un rincón. La luz de una vela que había encendido iluminaba débilmente la habitación, y se reflejaba en las piedritas del asa de una de ellas.
Con cuidado, abrió las maletas, asegurándose de no hacer ruido. Encontró los objetos que Valeria había empaquetado meticulosamente: tampones y compresas, dos botellas de perfume, pastillas, desodorantes, cargadores y auriculares, y hasta preservativos. No pudo contener una risa silenciosa al ver estos últimos, preguntándose qué planes tenía Valeria para la fiesta que justificaran su inclusión en la maleta.
Finalmente, encontró lo que buscaba y que no sabía cómo había podido olvidar revisar antes: los teléfonos móviles. Sin embargo, al revisarlos, descubrió con decepción que ambos estaban sin batería. Eran completamente inútiles ahora que no podían cargarlos. Suspiró resignada y los colocó de nuevo en la maleta, cerrando todo con cuidado.
Mientras se acostaba en la cama, no podía sacarse de la cabeza la imagen de Lord Mark. ¿De dónde vendría cada noche? Había algo misterioso en su actitud distante y enigmática. Se planteó la idea de seguirlo una noche para descubrir qué secretos escondía aquel apuesto y misterioso chico.
Al día siguiente, Londres despertó con un rumor intrigante que corría por las calles como el viento. Al parecer, había ocurrido algo extraordinario durante la noche en una de las mansiones más distinguidas de la ciudad, y todos hablaban de ello. Las especulaciones iban desde eventos sobrenaturales hasta intrigas amorosas dignas de una novela.
Valeria y Tatiana se enteraron del revuelo mientras desayunaban con Lady Katherine, quien las había presentado a todo el personal como las señoritas Prescott, hijas de unos amigos del norte, y ya se sentían como una más de la casa. El desayuno fue servido en una mesa elegante, y las dos amigas no pudieron evitar comentar sobre el tema del día.
—¡Oh, lady Katherine! ¿Exactamente qué habéis oído del misterio que rodea la mansión de los Blackwood? —preguntó Valeria con entusiasmo, mientras tomaba una taza de té.
Lady Katherine asintió con una sonrisa misteriosa.
—Parece que algo muy interesante ha ocurrido allí durante la noche. La ciudad entera está alborotada con todo tipo de teorías y especulaciones.—¿Creéis que tiene algo que ver con una historia amorosa? — añadió Tatiana intrigada, uniéndose a la conversación.
—Quizás. O tal vez se trate de un robo o algún evento social inesperado - respondió lady Katherine pensativa.
Valeria levantó una ceja con picardía.
—Podría ser sobre cualquiera. A veces los más reservados son los que guardan los mayores secretos.—¡Me encantaría ir a investigar! ¿Podemos, madre? — dijo Isabel, quien parecía emocionada por la idea del misterio.
—No, querida, no creo que sea apropiado. Pero estoy segura de que habrá más noticias pronto —contestó su madre y rió suavemente.
Lady Katherine les dijo que esa tarde harían una visita a la marquesa de Cavendish para tomar el té, una amiga suya de la alta sociedad londinense. Valeria y Tatiana estaban encantadas de acompañarla, esperando obtener más información sobre el misterioso acontecimiento y quizás algunos chismes jugosos.
Tras el desayuno, cada una decidió ocuparse de sus propios asuntos. Tatiana se retiró al jardín para pensar y, poco después, vio a Mark acercándose a ella.
—Buenos días, Lady Tatiana —saludó él, con una leve inclinación de cabeza.
—Buenos días, Lord Mark —respondió, observando como él se detenía a su lado, mirando las flores con una expresión distraída.
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Entre encajes y misterios
Ficção HistóricaValeria y Tatiana, dos amigas inseparables, deciden escapar del bullicio del moderno Londres sumergiéndose en una extravagante fiesta inmersiva al estilo del siglo XIX. Con sus trajes de época meticulosamente preparados, viajan al sur hacia una maj...