Capítulo 7: Encuentros y desencuentros

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Pasaron un par de días, y mientras Valeria parecía haberse adaptado perfectamente a la nueva situación de su vida, Tatiana cada vez se sentía más incómoda: sabía que no pertenecía a este lugar, y cuando salía a la calle no hacía más que sentirse observada. Quizá eran imaginaciones suyas, pero más de una vez, creyó ver una cara esconderse por alguna esquina.

A la hora de la cena, entraron todas al comedor, donde una elegante mesa les esperaba. Mark no estaba presente, lo que no pasó desapercibido para ninguna de ellas.

—Mark ha estado comportándose de manera bastante inapropiada últimamente, no puedo entender por qué no ha asistido a cenar.

Tatiana y Valeria intercambiaron una mirada, sintiendo la tensión en el aire. Intentaron cambiar de tema, comentando sobre lo deliciosos que estaban los platos y lo encantador que había sido su día en la ciudad.

Al finalizar la cena, las doncellas las acompañaron a sus aposentos. Mientras las ayudaban a cambiarse y peinarse para la noche, Tatiana no pudo evitar expresar sus inquietudes.

—Val, esta situación se está volviendo cada vez más complicada —susurró, mientras una doncella le cepillaba el cabello— No podemos quedarnos aquí indefinidamente. Eventualmente tendremos que volver a casa, pero... ¿cómo lo haremos? Ni siquiera sabemos cómo hemos llegado aquí.

Valeria suspiró, evitando la mirada de su amiga.

—No quiero hablar de eso ahora. Estamos viviendo una experiencia única, algo que nunca volverá a suceder. No arruines el momento.

Tatiana sintió cómo la frustración crecía en su interior. Mientras, las doncellas abandonaban la habitación.

—¡No puedes simplemente ignorar la realidad, Val! Necesitamos un plan, algo que nos asegure que podemos regresar. Esto no es normal y podría complicarse.

La discusión se intensificó, con palabras elevadas y reproches mutuos. Finalmente, Valeria se dejó caer en la cama, cruzando los brazos con exasperación.

—Haz lo que quieras. Yo no pienso dejar que esto se acabe tan fácilmente.

Tatiana, furiosa, salió de la habitación y bajó al jardín en busca de aire fresco. Se sentó en un banco, tratando de calmar sus pensamientos.

De repente, oyó pasos. Al girar la cabeza, vio a Mark acercándose.

—Milady, ¿no es un poco tarde para pasear sola por el jardín, de nuevo? —preguntó.

La joven suspiró, sintiéndose algo avergonzada.

—No podía dormir. Tenía la cabeza llena de pensamientos.

Mark se sentó a su lado, manteniendo una distancia respetuosa.

—¿Pensamientos sobre qué? —inquirió, con una voz más suave.

Tatiana dudó por un momento antes de responder.

—Sobre todo lo que está pasando. Valeria y yo... estamos en una situación complicada y no sabemos cómo resolverla.

Él la observó con una mezcla de curiosidad y simpatía.

—A veces, es mejor dejar que las cosas se resuelvan solas.

Ella frunció el ceño, sin estar segura de a qué se refería. Claramente no sabía que la situación de la que ella hablaba era ¡un viaje en el tiempo! Pero no sabía si lady Katherine le había confiado a su hijo toda la situación que Val había inventado, aunque parecía que sí.

—No siempre es fácil dejar que las cosas sigan su curso. Especialmente cuando no sabes cuál es el camino correcto - respondió.

Mark asintió, mirando al cielo estrellado.

Entre encajes y misteriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora