RONIN

CAP 96

Wraith se alejó del campo de batalla rápidamente y en silencio, deteniéndose solo para dejar su equipo antes de dirigirse directamente a casa. Si no podía matar a los héroes, no tenía sentido continuar. No hasta que tuvieran un objetivo sólido. Habían estado dando vueltas en círculos durante demasiado tiempo y no habría más peleas hasta que eligieran una dirección.

Las carreteras estaban vacías debido a la fuerte tormenta. Eso hizo que llegar a casa fuera bastante fácil mientras avanzaba bajo el aguacero, admirando la creciente tormenta eléctrica. Los relámpagos iluminaban la escena lúgubre, un destello de luz en un mundo de oscuridad. Alguien probablemente podría haber escrito un poema al respecto, pero para Wraith, era solo una ventaja táctica que podía usar para tomar a sus oponentes desprevenidos. Tal vez el contraste repentino entre la luz y la oscuridad podría cegar a un oponente y darle un golpe extra.

Sus patas no dejaron de caminar hasta que llegó a su apartamento, abrió la puerta y entró sin hacer ningún ruido. Cruzó el apartamento y se lavó, mirándose en el espejo.

Lo miraba fijamente un niño, demasiado asustado y débil para hacer lo que debía hacer. Temeroso de tomar una decisión, de cruzar la línea o abandonar su camino por completo. Incapaz de matar o de renunciar a su papel de justiciero. Un Deku inútil y sin peculiaridades.

"... los teníamos". Sabía que lo tenían. Él sabía que lo tenían. Desde el comienzo de la batalla, estuvo a solo un golpe de espada de cortar a los cuatro héroes profesionales por la mitad. Esos pequeños y débiles héroes habían estado en manos de Wraith durante toda la pelea, pero los contuvo. No dejó que terminara lo que había comenzado, que siguiera adelante con lo que necesitaban hacer...

—No puedo... no puedo... —protestó, incapaz de mirarlo a los ojos. Se dejó caer en el lavabo, sin atreverse a mirarse en ese espejo. Midoriya se frotó la cara, tratando de reunir fuerzas en las piernas y ponerse de pie correctamente.

—Podríamos haberlo hecho. —Wraith golpeó el mostrador con el puño, gruñendo—. Habría sido tan fácil. Lo hemos hecho miles de veces, ¿y ahora decides retirarte? ¿Ahora que estamos llegando a algún lado decides volver? ¿Qué pasó con la reforma de la sociedad y toda esa mierda? ¿Solo palabras de aliento? ¿Eres solo otro All-Might…?

—¡No! —Se dejó caer sobre el mostrador, frotándose la cabeza—. No. Sólo... tengo miedo.

Se quedaron en silencio mientras se cepillaban los dientes y luego regresaron a su habitación, la habitación en la que habían comenzado a practicar esgrima. Se sentía insultante volver allí después del espectáculo de mierda que habían organizado esa noche.

—¿Qué quieres hacer? —Wraith miró por la ventana, admirando la tormenta. Sin dudas, sin preocupaciones, solo resultados. Era hermoso—. Quiero una respuesta. Nada de tonterías, sin excusas, quiero una respuesta real. ¿Qué quieres hacer con tu vida?

¿Ser un justiciero? ¿Un héroe no pagado que morirá en algún callejón sin que a nadie le importe? ¿Un fraude como All-Might, montando un espectáculo para un público indiferente? ¡Di algo, di cualquier cosa! - gritó Wraith, golpeando una pared de lo enojado que estaba. Enfadado con los héroes, enojado con Midoriya y enojado consigo mismo.

"... ¿Existe una respuesta correcta?" No era una mala pregunta, pero ambos sabían la verdadera respuesta.

"El vigilantismo no es un trabajo, es un pasatiempo suicida. Podemos convertirlo en un trabajo, pero eso sería una maldad". Wraith comenzó a deconstruir lo que sabían sobre las tres grandes opciones. "Si seguimos por el camino actual, esto será nuestra muerte".