RONIN

CAP 143

El segundo Nomu fue pateado de cabeza contra un árbol, tambaleándose mientras se agarraba el cerebro expuesto y se tambaleó hacia atrás mientras gritaba antes de que tanto el árbol como el Nomu fueran cortados por la mitad de un solo golpe.

El cuarto Nomu aplastó ambas mitades del segundo con sus pezuñas mientras cargaba, atravesando los árboles y todos los obstáculos en su camino mientras perseguía la sombra fugaz que mató a tantos de ellos.

Wraith no hizo ningún sonido mientras volaba por el aire, rebotando contra cualquier cosa mientras ganaba distancia, desapareciendo de la vista cada vez que el cuarto se acercaba lo suficiente para aplastarlo solo para reaparecer ligeramente por delante mientras continuaba corriendo.

Wraith desapareció de nuevo cuando otro Nomu, el tercero, descendió del cielo y casi lo agarró en el aire, golpeándolo justo a la izquierda de donde estaba con sus garras. Wraith se apartó del Nomu con forma de murciélago, moviéndose hacia el suelo y corriendo a lo largo de él antes de regresar repentinamente al aire, evitando por poco otro ataque del cuarto Nomu.

Este tipo de lucha era difícil, pero no tenía sentido. Era caótica y también era difícil seguirle el ritmo en ese momento. Si bien lidiar con tantas amenazas desde tantas direcciones era un desafío, no era imposible. Solo requería reflejos rápidos y, si tus reflejos eran lo suficientemente buenos, nada más.

No le costó mucho pensarlo, ya que Wraith bailó entre los Nomu, devolviendo sus ataques con golpes de espada mucho más pequeños mientras los atacaba, causándoles heridas menores, como cortarles un ala o una pierna, antes de atacarlos. Mientras estuviera atento a su entorno y estuviera listo, luchar contra dos Nomu no sería ningún problema.

Era difícil expresar con palabras la extraña mezcla de emoción y aburrimiento que Wraith sintió cuando los cuernos del segundo Nomu rozaron su hombro izquierdo, pisando fuerte con sus pezuñas mientras aplastaba fácilmente la piedra y la madera que tenía debajo. En represalia por este pequeño roce, Yamato voló por encima del cuerpo de Wraith y lo cortó, deslizándose a través de la piel y los músculos como si fuera aire.

Pero este contraataque no mató al Nomu, que apenas pareció notar la herida mientras continuaba cargando, siendo la herida más molesta que dañina. En el segundo en que las líneas del portal se convirtieron en una herida real, la herida comenzó a cerrarse a medida que la regeneración del Nomu se activaba.

Esa regeneración era parte del problema. Combinada con los números que Wraith había visto hasta ahora y la increíble durabilidad promedio de los Nomus, el único disparo que hacía algo con un Nomu era un disparo mortal. No podías apuñalarlos lentamente hasta matarlos o debilitarlos, tenía que ser un ataque todo en uno que los acabara rápidamente antes de que pudieran recuperarse.

Ahora bien, un disparo letal con todo incluido no era difícil la mayor parte del tiempo. Eso era casi cualquier ataque que impactara en el cerebro, a menos que tuvieras una mala suerte increíble y lograras evitar accidentalmente golpear algo vital, y con el cerebro expuesto se volvió aún más fácil. Era su gran velocidad y su cantidad lo que lo hacía difícil.

Para demostrarle su punto, ni siquiera un segundo después de clavar su espada en el monstruoso cuarto Nomu, el tercer Nomu se lanzó nuevamente para intentar matarlo nuevamente, gritando mientras su don hacía que todo lo que lo escuchaba se tensara instintivamente y se moviera más lento. Esto jugó con la propia velocidad rápida del tercer Nomu mientras se dirigía directamente hacia el ahora ralentizado y debilitado Wraith.