el inicio del fin

prologo

En el vasto y misterioso reino de Eldoria, un lugar donde la magia y las espadas forjaban el destino de sus habitantes, vivía un niño llamado Roger. A sus diez años, ya era conocido por su valentía y espíritu indomable, un joven cuyo corazón latía con fuerza y cuyo destino parecía estar escrito en las estrellas. Su inseparable amiga, Mia, una talentosa hechicera de doce años, era su compañera constante, su confidente y su aliada en las numerosas aventuras que juntos emprendían.

Sin embargo, la vida de Roger estaba a punto de cambiar de una manera que ni siquiera los más sabios magos de Eldoria podrían haber previsto. Una noche, mientras el mundo dormía bajo el manto estrellado del cielo, Roger fue atrapado en un sueño tan vívido y perturbador que su corazón se encogió de terror. En su visión, se encontraba en un lugar devastado, un paisaje de desolación y muerte. Cuerpos yacían esparcidos por doquier, víctimas de una catástrofe inimaginable. Edificios, que alguna vez fueron grandiosos, se reducían a ruinas, y un aire pesado y opresivo llenaba el ambiente.

En medio de aquel horror, Roger distinguió una figura solitaria. Un joven con vestimentas extrañas, de espaldas a él. El rostro del extraño permanecía oculto, pero su postura y la manera en que se movía le resultaban inquietantemente familiares. Parecía buscar algo, o quizás a alguien, y en sus gestos había una súplica silenciosa que resonó profundamente en el alma de Roger. Antes de que pudiera comprender plenamente lo que veía, despertó, su corazón martilleando en su pecho y su mente llena de preguntas.

¿Qué significaba ese sueño? ¿Quién era ese joven del futuro y qué conexión tenía con él? ¿Por qué sentía una extraña sensación de reconocimiento hacia alguien cuya cara no había visto? Decidido a desentrañar el misterio, Roger se preparó para un viaje que lo llevaría más allá de los límites de su mundo conocido, acompañado por Mia, cuya sabiduría y magia serían esenciales en la odisea que estaba a punto de comenzar.