Capítulo 14: El Resurgir de las Sombras

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La ciudad de Luminis había comenzado a respirar con algo de normalidad tras la victoria sobre el Heraldo de la Desolación. Los días grises de guerra y caos quedaron atrás, y aunque la tristeza por la pérdida de Mia seguía presente, el pueblo comenzaba a reconstruirse. Pero, en lo profundo de la tierra, más allá de los límites del conocimiento humano, algo oscuro y antiguo despertaba.

Roger estaba en la Torre de los Sabios, con el Corazón de Eldoria delante de él, intentando comprender lo que Kael le había dicho tras la ceremonia de Mia. El Corazón brillaba tenuemente, pero sentía una conexión con él, una presencia cálida y familiar que lo acompañaba desde que había hablado con Kael. A veces le parecía escuchar la voz de Mia en su mente, como un susurro lejano.

—¿Cómo te traigo de vuelta? —murmuró Roger, con la esperanza de encontrar una respuesta en el silencio.

De repente, el aire alrededor del Corazón comenzó a vibrar, y un destello oscuro apareció en su superficie. Roger se inclinó hacia adelante, asustado, pero antes de que pudiera reaccionar, una voz grave y profunda resonó en la sala.

—El Heraldo no fue el final, joven Roger. Fue solo el principio.

Roger se levantó de un salto, su corazón latiendo con fuerza. Esa voz no era la de Mia. Era algo más, algo mucho más oscuro. El Corazón de Eldoria brilló intensamente por un momento antes de apagarse, como si se estuviera protegiendo de una fuerza externa.

Kael entró rápidamente en la sala, su rostro pálido y preocupado.

—¿Lo sentiste? —preguntó con urgencia—. Algo antiguo ha despertado.

Roger asintió, mirando fijamente el Corazón.

—Sí. Pero esto no es como el Heraldo. Es algo más grande... más peligroso.

Kael apretó los labios.

—La oscuridad del Heraldo era solo un fragmento de un poder mucho mayor. El verdadero enemigo, el que ha acechado a Eldoria desde el principio, está despertando. Y ahora que el Corazón ha sido utilizado, se ha debilitado, y esa fuerza antigua lo sabe.

Roger sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Si lo que Kael decía era cierto, estaban ante una amenaza aún mayor de lo que habían imaginado.

—¿Qué debemos hacer? —preguntó Roger, con determinación en su voz—. Si hay algo más allá del Heraldo, debemos detenerlo antes de que sea demasiado tarde.

Kael miró el Corazón de Eldoria, su expresión grave.

—Necesitaremos el poder del Corazón de nuevo, pero no será suficiente esta vez. Para derrotar esta oscuridad, tendremos que adentrarnos en su origen, y eso significa viajar más allá del plano mortal... al corazón de las sombras mismas.

Roger frunció el ceño, tratando de entender lo que Kael estaba diciendo.

—¿Qué quieres decir? ¿Dónde está ese lugar?

—La Fuente de las Sombras, un lugar fuera del tiempo y la realidad. Es allí donde se originó el poder que creó al Heraldo. Es el origen de toda la oscuridad en el mundo. Pero entrar allí es sumamente peligroso. Ningún mortal ha vuelto de ese lugar. —Kael hizo una pausa, y luego añadió con seriedad—: Si entramos allí, Roger, no habrá garantía de que salgamos.

Roger sintió el peso de las palabras de Kael, pero su resolución era firme. Había perdido a Mia y no iba a permitir que otro mal destruyera Eldoria.

—Estoy dispuesto a hacerlo. Si Mia se sacrificó por nosotros, lo mínimo que puedo hacer es luchar hasta el final para proteger lo que ella dio su vida para salvar.

Kael asintió lentamente.

—Entonces prepárate. El viaje no será fácil, y debemos movernos rápido. La oscuridad ya está extendiéndose.

La mañana siguiente, Roger, Kael, Thorian y Elara se reunieron en las afueras de Luminis. Thorian había insistido en acompañarlos, negándose a permitir que Roger fuera solo. Elara, por su parte, no iba a dejar que su amigo se enfrentara a este nuevo enemigo sin su apoyo. Los cuatro se prepararon para el viaje hacia la Fuente de las Sombras.

—¿Realmente estamos listos para esto? —preguntó Elara, ajustando su armadura mientras miraba a Kael.

—Nadie está completamente listo para lo que enfrentaremos allí —respondió el anciano—. Pero si no lo intentamos, Eldoria será consumida por las sombras. No tenemos otra opción.

Thorian golpeó con firmeza el suelo con el extremo de su lanza.

—Entonces que comience el viaje. No importa lo que venga, lo enfrentaremos juntos.

Con el Corazón de Eldoria resguardado en una caja sagrada y la firme determinación de proteger a su mundo, comenzaron el arduo trayecto hacia las profundidades de las tierras oscuras. El aire a su alrededor cambió gradualmente, volviéndose más denso y frío. A medida que avanzaban, sentían cómo una presencia maligna crecía a su alrededor, acechando en las sombras y observándolos.

Después de días de viaje, llegaron a una vasta llanura sombría, donde el cielo siempre estaba cubierto de nubes negras. En el horizonte, una enorme grieta se extendía, emanando una energía oscura y malévola. La Fuente de las Sombras se encontraba ante ellos.

—Ahí está... —murmuró Kael, su voz apenas audible ante la magnitud de lo que estaban viendo.

La grieta parecía respirar, como una criatura viva, y la oscuridad que de ella salía se movía como un humo espeso. Roger sintió cómo su corazón se aceleraba. Este era el origen de todo el mal que había asolado su mundo, y ahora estaban en el umbral de enfrentarlo.

De repente, la tierra tembló, y una figura enorme emergió de la grieta. Una criatura que hacía que el Heraldo de la Desolación pareciera insignificante. Su cuerpo estaba compuesto de sombras puras, y en su centro brillaban unos ojos rojos como el fuego. La presencia de la criatura era abrumadora, y el aire se llenó de un rugido ensordecedor que resonaba como el eco de miles de almas condenadas.

—Así que sois los mortales que osan desafiarme... —la voz de la criatura retumbó por toda la llanura—. ¡No sois más que insectos ante mi poder!

Roger apretó su espada con fuerza, sintiendo el miedo apoderarse de él, pero también la necesidad de luchar.

—No nos subestimes. ¡No permitiré que destruyas mi mundo!

El monstruo soltó una risa profunda y malvada.

—Vuestra resistencia es inútil. No hay esperanza en las sombras. Todos pereceréis.

Con un rugido, la criatura extendió sus brazos y una oleada de sombras oscuras se arremolinó a su alrededor, preparándose para atacar. Roger, Thorian, Elara y Kael se pusieron en posición, listos para la batalla más épica y decisiva de sus vidas.

La guerra por el destino de Eldoria acababa de comenzar.

el inicio del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora