ICARUS, h2o just add water

veinticinco ─── cardigan

te conocí, trataste de cambiar el final, Peter pierde a Wendy (...) dibujaste estrellas alrededor de mis cicatrices pero ahora estoy sangrando

—¿Soy demasiado dura o exigente? —Emma parecía decaída. Algo había ido mal en sus prácticas con Byron. Las chicas estaban en el colegio, rondando por los pasillos encaminadas a la salida.

—Nooo. —Lía alargó la voz.

—¿Creen que soy una sargenta?

—¿Eso te dijo? —Merlía se llevó las manos a la cadera indignada.

—Ni hablar. —negó Cleo.

—Imposible. —dijo Rikki.

—Aunque a veces... Eres un poco... Mandona. —Cleo intentó suavizarlo pero sonó igual de mal.

—Sí y, a veces... No escuchas a la gente. —siguió Rikki.

Emma se detuvo. Dejó de caminar detrás de sus amigas con la mirada seria y semblante pensativo. Dio la media vuelta y se alejó sin remediar palabra. Las chicas supusieron que se había enojado.

»Vaya, sí que se le da bien aceptar las críticas. —Rikki comentó viéndola marcharse.

—Sepan que Byron me empieza a caer mal. Sea como sea Emma, es muy difícil afectarla. Lo que le haya dicho ha de haber sido feo. —protestó Lía mientras Cleo asentía a su lado de acuerdo.

Lewis se les unió a media plática.

—Acabo de hacer un descubrimiento sorprendente. —dijo irónico dirigiéndose a Rikki. —Según la muestra de pelo que me diste ayer eres un pastor alemán de siete años.

Rikki hizo un gesto culpable.

Merlía y Cleo rodaron los ojos. Rikki se había propuesto hacer enfadar a Lewis sin que este lo supiera. El cambiar la muestra era uno de sus intentos.

Pero Lewis no se dejó amedrent

—Rikki, ¿a qué viene esto? ¿Temes que descubra el porqué eres una sirena? —apoyó la mano en el hombro de la rubia en un gesto fraternal. —Es normal tener miedo.