𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟏𝟕

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-𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘵𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘳𝘳𝘰𝘳𝘦𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘰𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘢𝘭𝘪𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘣𝘶𝘦𝘯𝘢𝘴, 𝘺 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘣𝘶𝘦𝘯𝘢𝘴, 𝘴𝘢𝘭𝘦𝘯 𝘮𝘢𝘭𝘢𝘴. 𝘗𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘵𝘦 𝘢𝘥𝘮𝘪𝘳𝘢𝘯, 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘢𝘵𝘳𝘦𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘶 𝘵𝘦 𝘢𝘵𝘳𝘦𝘷𝘪𝘴𝘵𝘦-

Vivian Camille Coleman Ford

Nos encontrábamos de camino a Hilltop, íbamos a ir para ver a Maggie, Enid, Ron y a pedir algunas cosas, todos éramos aliados, así que habíamos quedado en que nos ayudarian y nosotros a ellos, aunque el imbecil de Gregory quería traicionarnos, por lo que ahora estaba amarrado junto con varios Salvadores más que atraparon.

Las puertas se abrieron, y entramos todos, cada uno se fue a un lugar, pero yo me fije en un Salvador, en uno en concreto que ya conocía, estaba amarrado y junto a otros más...

Alden...

El Salvador que me ayudó en el Santuario, recuerdo que antes de que me rescataran a mi y a Lilith, me dio de comer a escondidas de Negan.

Entonces entendí que no todos los Salvadores eran iguales, algunos no eran malos, solo buscaban sobrevivir y otros buscaban salvarse de Negan...

Me acerque a él con mis manos metidas en los bolsillos de mi pantalón, una vez quede frente a el, el chico alzo la mirada, encontrándose con la mia, vi el destello de reconocimiento que cruzo en sus ojos.

-Pecas- dijo mirándome con una ligera sonrisa- Te vez mejor que la última vez que te vi- reconoció.

Lo miré detenidamente, y le di una pequeña e insignificante sonrisa, este vendría a ser el primer Salvador con el que no me estoy intentando matar.

-¿Como acabaste aquí?- pregunte mirando sus manos amarradas y su espalda recargada en el muro de metal, me sentí mal porque estaba haciendo mucho sol, y el y todos los Salvadores ahí estaban sufriendo todo ese sol.

El me miró y se encogió de hombros.

-Negan se entero de que tal vez te ayude de más- respondió con una mueca- Y escape antes de que me dejara la cara como la de Dwight, pero tu fabulosa mejor amiga, me pego un derechazo que casi me rompe la nariz y ahora estoy aqui- dijo, mirando a Enid a lo lejos que hablaba con Asher.

Ah, tenía sentido, Enid tenía una fuerza para golpear.

Sin decir nada saque de la mochila que venia en mi espalda, debido a que me obligaron a traerla, una botella de agua, me eche un poco en la mano y luego le eche del tarro a el en la cara.

ALONNE 3: 𝐀𝐥𝐠𝐮́𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐭𝐞 𝐥𝐨 𝐞𝐱𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora