𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟑𝟎

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-𝘚𝘰𝘯 𝘭𝘪𝘳𝘪𝘰𝘴....𝘛𝘶𝘴 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘰𝘴...-

Vivian Camille Coleman Ford

Salí de casa alrededor de las nueve de la mañana, con mi arco en una mano, iria a donde Daryl para que me prestara o me regalara algunas flechas, pero en cuanto salí, vi una figura bien formada agachada frente a el pequeño jardín que había junto a mi casa.

No me basto ni dos minutos para reconocer la espalda y sus hombros anchos, tampoco su cabello castaño largo hasta sus hombros ligeramente más largo, y su sombrero sobre su cabeza, se veía más musculoso, más fuerte que la última vez que lo vi.

Sorprendida y cohibida por su aparición repentina en el jardín de mi casa, baje los dos escalones de la casa con una expresión de sorpresa en mi rostro, mi boca ligeramente abierta mientras mis ojos azules miraban con emoción a la silueta arrodillada junto a mi jardín.

Una vez a unos cuantos pasos de el, pare y lo mire, nisiquiera me puse a pensar en que tal vez el no quería verme, simplemente la emoción me lleno.

-¿Carl?- lo llame temerosa mirando su espalda ancha y gruesa.

El ya nombrado se enderezó al oír mi voz débil, se levantó del suelo y se gir hacia , por un momento, tuve miedo de que su ojo me volviera a mirar con el odio que antes me miraba...Pero ahora, solo había lo que nunca pensé volver a ver en su mirada...

-Hey...- dijo bajito mientras me miraba, llevaba algo en su mano, baje la mirada y vi que eran lirios de un tono lila, dirigí mi mirada hacia el jardín y vi que este estaba repleto de lirios color lila....El parecio comprender mi mirada confundida porque la siguio y luego volvió a mitarme a mi- Son lirios....Tus favoritos...- dijo...

Sentí ese gesto tan lindo...Tan tierno, que sentí que me iba a poner a llorar...

-Y morados...Ya que es tu color favorito- agregó.

Mis ojos azules, ya llorosos, ardían, sentí ese gesto tan personal, tan dulce que me fue imposible no llorar, ¿el enserio recordaba cuales eran mis flores favoritas?

Me acerque a él sin pensar en las consecuencias y cuando estuve a una corta distancia lo abraze, pensé que me apartaria como lo hacía en todas mis pesadillas y que me gritaría que era mi culpa lo que le pasó. Pero al contrario, envolvió sus brazos alrededor de mi cuerpo delgaducho y flacuchento con fuerza, apoye mi rostro en su cuello y cerré mis ojos mientras lo abrazaba con fuerza y apretaba mis manos sobre su espalda como si tuviera miedo de que volviera a irse, las lágrimas cayeron por mis mejillas mientras lo abrazaba.

ALONNE 3: 𝐀𝐥𝐠𝐮́𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐭𝐞 𝐥𝐨 𝐞𝐱𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora