Cap 10

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Iván les había dicho a los hombres que debían vigilar más la parte trasera de la casa, pero, el no hacerlo de la manera correcta, había sido fatal.

Rodrigo no era estúpido, así que dio por hecho de que, si Iván quería que vigilen mejor esa área, era por algo y no se equivocó cuando llegó a un pueblo. Era casi como una parada que podían hacer los visitantes para hospedarse en un pequeño hotel, cargar sus autos con bencina, pasar a un pequeño supermercado y poder entrar a una comisaría.

El salir a la carretera por frente era algo difícil, pero el salir por detrás de la casa era algo demasiado sencillo. Iván conocía aquel pueblo porque solía ir ahí cuando no deseaba ir al centro de la ciudad por algo pequeño. Podía ir en auto, pero él acudía caminando para estirar las piernas y, debido a eso, es que había un camino marcado y un pequeño puente.Rodrigo quiso llamar a su madre, pero luego se dio cuenta de que no se sabía el número de aquella mujer y de seguro le iba a dar lo mismo. No había llamado ni una sola vez al teléfono de la casa, así que a ella le dio lo igual. Tomó su teléfono que estaba descargado. Solo le quedaba cinco por ciento y quiso dejarlo únicamente para utilizarlo por alguna emergencia. No vio muchas personas, hasta que vio un hombre que se encontraba subiendo a un auto.

-¡Disculpe! -gritó.

El hombre miró a todos lados hasta que lo vio caminando hacia él. Su primer pensamiento fue que era lindo y asumió que era un Omega.

-Hola-habló el hombre.

-Hola, disculpe, ¿sabe cómo puedo llegar al centro de la ciudad?

El hombre lo quedó mirando de pies a cabeza e imaginó cosas horribles.

-Sí, es por allí, pero es complicado chico, por aquí no pasan muchos autos, así que es un tanto solitario.

Rodrigo se quedó pensativo sobre qué hacer. Incluso estaba pensando en vender su teléfono. Miró a todos lados y el hombre se quedó viendo su ropa que toda era de marca y que el olor de su perfume también. Supuso que por un Omega como él le podrían pagar mucho dinero.

-Sin embargo, puede que sea tu día de suerte, yo voy para el centro de la ciudad -dijo con una sonrisa.

Pero Rodrigo no era tonto. Había aprendido a saber en quién confiar y en quién no.

-No, muchas gracias. Yo me las puedo arreglar solo.

-¿Seguro? Aquí en la noche no es muy seguro. Hay una estación de policía, pero nada más suele haber uno o dos que no pueden hacer mucho contra los ladrones.

-Estoy bien -repitió y se alejó.

El hombre se subió al auto, pero no se iba a quedar en paz cuando justo necesitaba dinero y Rodrigo gritaba por todos lados que le podía solucionar muchas cosas.

Revisó su teléfono cuando comenzó a vibrar por una llamada de Iván. Simplemente, lo dejó sonar las cinco veces.

 Simplemente, lo dejó sonar las cinco veces

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La Compra De Un Omega- Rodrivan (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora