Eri siempre era obediente, porque papá se ponía contento, y mamá ya no se enojaba, pero con la señora Mera, no había forma, su ceño estaba siempre fruncido y sus labios apretados; Le enseñaba cosas divertidas, y estaba segura de que la quería por lo menos tanto como la señora Reina, pero nunca podía verla contenta. Así que no valía la pena ser obediente. Especialmente ese día que estaban en la que había sido su casa. Por eso se había escapado y se escondía de su maestra.
Papá le había explicado que ahora esa era la casa del rey panzón y la señora Reina, y de otras muchas personas que la miraban raro; todos habían sido amables, pero casi todos la miraban mucho, o nada. Mamá decía que era por la hija del rey panzón, que todavía no había regresado. Ojalá volviera pronto, tenía ganas de conocerla. Quizá estaba escondida en algún lugar del castillo. Decidió seguir explorando.
Todo estaba muy diferente a cuando ella vivía allí. No había polvo ni olía feo, a donde mirara había muchas personas haciendo cosas, ¿Porqué no podía haber sido así entonces? Hubiera podido conocer a tanta gente, aprender tantos juegos, sintió un dolorcito en el corazón al recordar que algunas personas le tenían miedo. A lo mejor habían esperado que ella se fuera para vivir ahí, por eso la miraban tan raro...
Alejó ese pensamiento, no podía ser, todos habían sido cariñosos con ella a pesar de todo, igual que en Artemia, todos le daban dulces, y lo mejor era que ahora tenía caramelos de miel a montones, no tenía que comerlos despacito, hasta la habían llevado a conocer a las abejitas que los hacían, unos bichitos parecidos a las hadas, pero mejores porque hacían caramelos de miel.
El pasillo de pronto le pareció familiar, papá la había llevado por ahí aquel día, si seguía podría encontrar el cuarto donde estaba su cama. Ahí tal vez estaría el señor de la puerta, o por lo menos podría sentarse otra vez en la silla bonita. Apuró el paso hasta la enorme puerta, la encontró cerrada, no, estaba un poquito abierta, se asomó dentro antes de entrar, era grosero entrar a lugares de sorpresa.
Habían puesto una gran mesa frente a la silla bonita, había mucha gente diciendo muchas palabras complicadas, pero sí podía entender que estaban hablando de ella. El rey panzón acababa de decir que ella iba a ser una buena reina. Podía ser grosero a veces y olía agrio otras, pero sabía que la quería mucho. Papá estaba ahí, con la cara que ponía cuando la regañaba, y mamá parecía que quería regañarlo a él.
El que estaba junto a papá dijo algo de ser su "consorte" ¿Qué era eso? Ella no era nada de él. Seguro no era algo bueno, porque papá se levantó de la silla y le pegó en toda la cara. Papá nunca hacía eso a las personas, le había dicho que ella nunca debía hacerlo. El rey panzón y otros señores con sombrero de metal los separaron. No entendía nada, pero aprovechó que todos estaban ocupados para entrar despacito y escuchar mejor. Se escondió detrás de una columna, esas cosas eran muy útiles cuando quería esconderse.
"Príncipe Freydelhart, por favor" dijo con voz temblorosa el jovencito con ropa rara, levantándose del suelo "no quise insinuar nada, sólo quería mostrar un fallo en el plan de mi padre".
¿Porqué usaban todos palabras tan difíciles?
"Si la princesa fuese a casarse y tener hijos antes que yo, sus hijos tendrían más derecho que los míos a pesar del acuerdo, y si se diera el caso... " miró a papá, poniendo sus manos entre ellos, luego volteó a ver al rey panzón "...de que en un futuro nos uniéramos, tu plan para alejarme del trono habría fracasado, ¿o le negarías ese derecho incluso a ella con tal de alejarme?"
Todos se quedaron callados,¿Estaba ése hablando de casarse con ella? Mamá decía que eso era algo que se hacía por amor, en los cuentos las princesas se casaban con caballeros guapos y valientes o con príncipes sabios y gentiles, ella era una princesa, no quería a ese muchacho tan raro que hacía enojar a papá. Negó enérgicamente con la cabeza mientras la idea cruzaba su cabeza.
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Capullo de Dragón.
FantasyEn la tierra mística de Artemia, Freydelhart, el renombrado cazador de dragones, es aclamado como "el héroe" por su pueblo. Sus hazañas se han convertido en leyendas, y su nombre resuena en todo el reino. Pero el destino tiene una forma peculiar de...