El cardenal Celhyun de Atyr no se callaba. Alternaba entre sentidas disculpas, y severas acusaciones. Todo sin dejar de mencionar el error que se cometía al tener no una sino dos mujeres en la línea directa de sucesión. Frey miró al rey Alistor buscando alguna señal de aprobación para interrumpirle. Peró el rey no estaba prestando atención, en su lugar explicaba pacientemente a Eri por qué tenía que estar ahí.
—Pero hoy me toca práctica de vuelo, a la señora Mera no le gusta que no vaya a clases —dijo Eri con su típico puchero.
—Tranquila mi niña, Lady Meracina va venir más tarde, y las dos tendrán que responder algunas preguntas, tu maestra será quien hable, pero tú necesitas estar, esto es necesario para que nuestros amigos que vienen de lejos se sientan tranquilos sabiendo que ustedes dos son dragones.
—Los dragones me dan miedo —se volvió a ver al cardenal —el que se parecía a él era muy malo, lastimó a la señora Mera y rompió la casa del señor panadero.
Frey rió entre dientes, la forma de pensar de Eri era en verdad particular, no mentía al decir que los dragones la atemorizaban, incluso estando consciente tanto de su propia identidad como la de Lady Meracina, a quien había llegado a querer sinceramente. Miró hacia la comisión de Pellegrin, tampoco estaban escuchando al cardenal, en su lugar parecían enfrascados en su propia conversación; la única que lo hacía era Runa, quien lo miraba con evidente reproche.
—Basta cardenal —dijo Frey por fin —no está personalmente en posición de hacer reclamo alguno, yo estuve ahí cuando el dragón que usted trajo intentó asesinar a mi hija. Pediremos a Atyr que le reemplace como representante. Hemos escuchado ya lo que vino a decir pero temo que no es usted bienvenido a esta reunión. La información que aquí compartiremos es para nuestros aliados entre los que no podemos contarle.
Runa lo miró, su sonrisa era amplia, sus ojos un poco cerrados, sabía que lo había hecho bien.
—Creo —respondió el cardenal súbitamente humilde —que no podría esperar menos. Sin embargo, si su majestad el rey me lo permite, quisiera permanecer en la sala. Temo que mucho de lo que compartirán ya es de mi conocimiento.
El rey Allistor miró a Frey, esperaba que fuera él quien respondiera.
—A nombre de su majestad, le ofrezco admitirlo en la sala si está dispuesto a ser interrogado y jura por sus dioses que nos dirá toda la verdad —el cardenal hasta ese momento, se había negado a contar toda la historia de cómo había caído en manos del príncipe blanco.
El cardenal terminó por acceder con un simple asentimiento, lejos había quedado su exultante presencia del principio.
Uno de los miembros de la comisión de Pellegrin, el que parecía más viejo, tomó la palabra mientras pudo.
—Mis señores, pacientes hemos sido, pero debemos atender nuestro problema a brevedad —el acento y la forma de expresarse de Pellegrin no eran difíciles de comprender, pero le resultaban una distracción a Frey.
—Es verdad —dijo el rey Allistor —Estamos ya conscientes de que Pellegrin necesita la ayuda de Artemia, sin embargo, los detalles me preocupan, su reino es lejano, si hemos de ayudarles, en especial con gran número de efectivos, el tiempo de traslado debe ser un problema.
—A decir verdad majestad, nosotros necesitamos solamente...
La puerta se abrió interrumpiendo al delegado. Una mujer envarada y ataviada con un modesto vestido azul entró seguida de dos guardias élficos y de Jimmer, el general y amigo de Frey, desde que había regresado la tenían en constante vigilancia.
—Ya estamos aquí —les dijo a sus sombras —no necesitan seguirme a todos lados. Ya les dije que no puedo hacerles daño.
—Eso es lo que vienes a explicar dragón —le dijo Jimmer con muy poco tacto —me alegro de ver al alto general en su asiento, hay muchas preguntas, el pueblo mismo de Artemia necesita saber.
![](https://img.wattpad.com/cover/368763496-288-k135453.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Capullo de Dragón.
FantasyEn la tierra mística de Artemia, Freydelhart, el renombrado cazador de dragones, es aclamado como "el héroe" por su pueblo. Sus hazañas se han convertido en leyendas, y su nombre resuena en todo el reino. Pero el destino tiene una forma peculiar de...