Luego del anuncio de Umbridge en cada sala común de la escuela, todos se dirigieron como era costumbre al Gran Comedor para el desayuno; donde, un gran número de los asistentes al bar de dudosa procedencia se juntaron para conversar con Harry de una forma para nada disimulada respecto a lo que se haría a partir de ese momento.
A lo lejos crucé miradas con mi hermano, quien tenía las mismas intenciones de acercarse y con un sutil gesto se lo negué.
Quizás no importaría mucho considerando que es mi familia, pero Reggie estaba dentro del grupo que conversaba con Harry. Lo que menos quería era darle motivos evidentes a Umbridge para castigarme sin poder hacer nada al respecto para amenazarla.
— ¿Ya redactaste la solicitud? — Preguntó Pansy a Daphne mientras le daba un sorbo a su taza de té.
— Estoy en ello. — Respondió al tiempo que escribía en un trozo de pergamino palabras inentendibles para luego arrugarlo y comenzar a escribir en otro. — No sé qué decirle...
— Redáctalo como un e-mail. — Sugerí mientras peleaba con Mattheo por un trozo de pan.
De pronto todos se quedaron tiesos y me miraron confundidos.
— ¿Como qué? — Preguntó Mattheo.
Guardé silencio por unos segundos mirándolos paniqueada mientras pensaba en algo.
— Sí, un e-mail. — Repetí sin cuidado. — Un tipo de correspondencia muggle, es muy elegante.
— ¿Podrías ayudarme? — Pidió Daphne con un puchero.
— ¿Qué tienes hasta ahora?
Daphne deshizo el trozo de pergamino anterior para leer. — "Querida señorita Umbridge, muy buenos días. Le quiero pedir una cosa y eso es el permiso para que las animadoras podamos practicar en los días que nos corresponde por favor porque el equipo es muy lindo. Gracias."
Cerré los ojos masajeándome el puente de la nariz y luego le di un sorbo a mi taza de té para no tener una reacción grosera.
— ¿Y bien? — Preguntó curiosa. — ¿Te parece bien?
Aquella pregunta fue suficiente como para que todos los que nos encontrábamos cerca riéramos a carcajadas.
— ¿Por qué se ríen? — Reclamó mientras comenzaba a enfadarse también estaba a punto de llorar.
Daphne be like:
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— ¡Por Merlín! Nunca había escuchado algo tan estúpido. — Se burló Mattheo y Daphne lo tomó del pelo para zarandearlo y todos nos reímos aún más fuerte de la situación.
— ¡Ay! ¡Maldita loca!
— ¡Tonto! — Respondió ella molesta.
Aguantándome otro ataque de risa, tomé su pergamino para comenzar a escribir mientras el resto estaba distraído presenciando la escena de Riddle y Greengrass.
