Cap 2

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La escuela estaba ruidosa como siempre, alumnos llegando y otros que ya estaban caminando por aquí, corriendo por allá, otros jugando en las canchas apesar de que el día recién comenzaba, en realidad todos en el lugar siempre se veían muy animados.
Minho llegó como todos los días con sus audífonos puestos mientras se reproducía una sonata de chopin.

Detrás de él una persona ya lo había reconocido así que no perdió más el tiempo y fue corriendo para alcanzarlo tomando su brazo y nuevamente haciéndolo dar un salto en su lugar.

—Pero qué manía la tuya —se detuvo quitándose los auriculares— No puedes ser como una persona normal y como mínimo tocarme el hombro? Qué se yo.

—Emm —apretó sus labios— No, porque no sería divertido entonces —se burló viendo como el otro se enojaba— Ya ya bueno, lo siento, es que eres la única persona que conozco o bueno, que voy conociendo por aquí y quisiera un tour.

—Pero no tengo tiempo, voy a clase ahora —señaló el edificio mientras caminaban— Porqué no le pides eso a alguno de control escolar?

—Porque quiero que me ayudes tú —ya estaban acercándose más dentro del edificio— Es el primer día, no creo que te digan algo por ayudar al alumno nuevo o si?

El chico rodó sus ojos suspirando sin decir ni pío y fueron directamente a control escolar para hablar sobre su situación dándole un permiso especial a Lee para que le ayudase. Comenzaron su ruta por ese mismo piso, cada salón, los casilleros, incluso le mostró dónde quedaba su aula y estaba justo atrás de la suya.
Siguieron con los laboratorios, los salones especiales para talleres, el comedor, las máquinas expendedoras, los grifos, la cancha, las duchas y vestidores, cada rincón habido y por haber Minho fue el encargado de enseñárselo.

Ambos terminaron justo a la hora de la comida, pues le tocó explicarle también qué reglas se tenía para cada cosa que le enseñaba, antes de que la campana sonara ya estaban en el comedor listos con su bandeja para tomar su comida.
Cuando se escuchó la gente llegar ahora sí pudieron servirles llenando sus recipientes, era buena hora por lo que lograron conseguir lugar sólo para ellos.

—Y bien? —se sentó poniendo su comida en la mesa.

—Me gusta —sonrió haciendo lo mismo— Eres el mejor guía del universo.

—Lo sé —dijo con egocentrismo— Y bueno, ahora si me disculpas tengo que comer.

Los dos hicieron lo mismo saboreando cada bocado que entraba a su boca, la gente llegaba y se sentaba, había mucho ruido en el lugar y eso era algo que molestaba un poco al chico pues no estaba acostumbrado ya que venía de otro tipo de ambiente donde las reglas eran mucho más estrictas comparadas a esas y aún debía adaptarse; El dolor de cabeza quería aparecer pero evitó a toda costa hacerle frente.

Pasado un rato y luego de haber terminado su comida sin dirigirse la palabra se levantaron y volvieron a caminar por ahí.

—Y la comida?

—Es lo más rico que he comido en mucho tiempo.

—Tanto te gustó? —preguntó sorprendido— Pero si no es tan buena, es sólo comida.

—Créeme que lo es —sonrió— Luego de hacer comida con tus manos, probar la de otros no hace daño y a veces es mejor.

—¿No tienes quién te ayude en casa?

—Nop —lo miró mientras caminaba— Crecí solo, vivo solo y tengo que hacerme todo solo.

—¿Y tus padres?

ENTELEQUIA // MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora