Destino Entrelazado

Capítulo 62: "Cuidando el Corazón"

Capítulo 62: "Cuidando el Corazón"

Una mañana soleada, mientras Camila acunaba a Emilia en sus brazos, notó que la pequeña tenía una fiebre leve. Preocupada, tomó la temperatura de Emilia y confirmó que estaba por encima de lo normal.

El corazón de Camila latía con fuerza mientras llamaba a Jennie y Lisa, cuyas voces tranquilizadoras le brindaron un poco de consuelo en medio de su preocupación. "Estoy tan asustada, mamás," admitió Camila, sintiendo un nudo en la garganta. "Emilia tiene fiebre y no sé qué hacer."

"Tranquila, cariño," dijo Lisa con calma. "Vamos a estar allí enseguida. Mantén la calma y trata de mantener a Emilia cómoda mientras llegamos."

William, al escuchar la conversación desde la otra habitación, se acercó rápidamente a Camila. "¿Qué sucede?", preguntó, notando la preocupación en el rostro de su novia.

"Emilia tiene fiebre," respondió Camila, sintiendo las lágrimas amenazando con caer. "No sé qué hacer, Will."

William la abrazó con ternura. "Vamos a cuidar de ella juntos. Jennie y Lisa estarán aquí pronto."

Cuando Jennie y Lisa llegaron, evaluaron a Emilia cuidadosamente y decidieron llevarla al pediatra de inmediato. "Es probable que solo sea un virus leve," dijo Jennie, tratando de tranquilizar a Camila. "Pero es mejor que un profesional la examine."

En la consulta del pediatra, Camila se aferró a Emilia mientras el médico la revisaba con atención. Después de algunos exámenes, el pediatra confirmó que Emilia tenía un virus respiratorio común y recetó un tratamiento para ayudar a reducir la fiebre y aliviar los síntomas.

De regreso a casa, Camila se sentía agotada pero aliviada de saber que Emilia recibiría el tratamiento adecuado. "Gracias por estar aquí," dijo a Jennie y Lisa con gratitud mientras Emilia descansaba en su cuna.

"Estamos aquí para ti, siempre," respondió Jennie, sonriendo con afecto. "Cuidar de ustedes es nuestra prioridad."

En los días siguientes, Camila y William se turnaron para cuidar de Emilia, asegurándose de seguir las indicaciones del médico al pie de la letra. Poco a poco, la fiebre de Emilia comenzó a ceder y su risa juguetona volvió a llenar la casa.

"Estás mejorando, mi amor," murmuró Camila, acariciando la frente de Emilia con suavidad. "Eres tan fuerte."

William la abrazó por detrás, observando con amor a las dos mujeres de su vida. "Eres increíble, Camila. No podríamos haber pedido una madre mejor para Emilia."

Camila sonrió, sintiendo el amor y el apoyo de su familia llenar su corazón. A medida que Emilia se recuperaba completamente, Camila supo que, aunque los desafíos de la maternidad fueran difíciles, el amor y la unión de su familia eran más fuertes que cualquier obstáculo.

Y así, juntos, continuaron su camino, enfrentando cada día con valentía y cuidando el corazón de Emilia con todo el amor del mundo.