Despertando en la suave luz matutina que se filtraba por las cortinas, Angel se encontró en la habitación de Manuel con una mezcla de nerviosismo y calidez. Era la primera vez que se encontraba en una situación así, y aunque había una sensación de emoción y conexión profunda, también había un dejo de vergüenza y dudas sobre cómo proceder después de compartir esa intimidad.
Se incorporó lentamente, sintiéndose un poco perdido en sus pensamientos mientras miraba alrededor de la habitación. Los recuerdos de la noche anterior flotaban en su mente, llenándolo de emociones encontradas pero también de una sensación reconfortante de haber compartido algo especial con Manuel.
Justo en ese momento, la puerta se abrió suavemente y Manuel entró con una bandeja de desayuno en las manos. Su sonrisa era cálida y tranquilizadora cuando vio a Angel despierto.
"Buenos días, Angel," dijo Manuel con suavidad, colocando la bandeja sobre una mesita cerca de la cama. "Espero que hayas dormido bien."
Angel se sintió aliviado al ver la actitud tranquila de Manuel. "Sí, dormí bien," respondió con una sonrisa tímida. "Gracias por el desayuno."
Manuel se sentó al borde de la cama, mirando a Angel con ternura. "No tienes que sentirte avergonzado, Angel. Lo que compartimos anoche fue hermoso y significativo para ambos."
Angel asintió lentamente, agradecido por las palabras reconfortantes de Manuel. "Es solo que... nunca había estado en esta situación antes."
Manuel puso una mano suavemente sobre la de Angel. "Lo entiendo, y está bien sentirse así. Estoy aquí para ti, siempre."
Con una mezcla de gratitud y cariño, Angel comenzó a comer el desayuno que Manuel había preparado para él. La conversación entre ellos fluyó naturalmente, mezclando momentos de tranquilidad con risas suaves y gestos de afecto. Con cada palabra compartida y cada sonrisa intercambiada, la tensión de la mañana anterior se disipó gradualmente, dejando espacio para una conexión más profunda y una intimidad renovada.
Después del desayuno compartido, Angel y Manuel pasaron la mañana juntos en el departamento de Manuel. Entre risas y conversaciones profundas, ambos exploraron más sobre sus vidas, sueños y aspiraciones. La tensión inicial que Angel había sentido se disipó completamente, reemplazada por una sensación de conexión genuina y confianza mutua.
Manuel demostró ser un anfitrión atento y comprensivo, asegurándose de que Angel se sintiera cómodo y valorado en cada momento. A medida que el día avanzaba, ambos compartieron pequeños gestos de cariño y afecto que reforzaron su conexión emocional.
Con el tiempo, Angel comenzó a sentirse más relajado y seguro en la presencia de Manuel. Había encontrado en él no solo a alguien con quien compartía una atracción profunda, sino también a un compañero de vida con quien podía imaginar un futuro lleno de posibilidades y amor.
Mientras conversaban en la sala de estar, la lluvia suave golpeaba las ventanas, creando un ambiente acogedor y tranquilo. Manuel miró a Angel con una sonrisa suave y sincera.
"Angel," comenzó Manuel, su voz llena de afecto, "me alegra que estés aquí. Estoy feliz de haber compartido esta mañana contigo."
Angel sonrió, sintiendo una calidez reconfortante en su pecho. "Yo también estoy feliz de estar aquí contigo, Manuel. Esto significa mucho para mí."
Manuel se acercó y tomó suavemente las manos de Angel. "Quiero que sepas que estoy aquí para ti, en cada paso del camino. Quiero construir algo significativo contigo."
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COLORES DE LA VIDA
RomanceLa novela "COLORES DE LA VIDA " sigue la vida de Ángel Antonio, un joven artista y estudiante de medicina en Ciudad de México, quien enfrenta sus miedos y el dolor del pasado mientras encuentra el amor y la aceptación en Manuel, en un viaje hacia la...